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27 de Mayo de 2017

Querido papá:

He estado cortandome más últimamente, es la única manera de callar a las voces.

Se enojan conmigo si no hago lo que ellas dicen y me dicen mutilate. Ya no siento dolor y no me importa. Igualmente siento asco por este cuerpo, flaco y desnutrido por los castigos prolongados que me das aguantando hambre y las múltiples cicatrices de cuchilla y de tus golpes.

Y están esas otras marcas que no se borran porque no alcanza a desparecer cuando las estas volviendo a marcar; me refiero a esas que están en mi cintura, con forma de grandes manos y que son peor que si me pusieras unas esposas.

¿Y qué es eso que cuelga entre mis piernas muerto y sin vida?. No lo comprendo, no tengo senos sino pectorales y mis brazos son mas anchos que los de las chicas, eso que tanto me extraña creo que se llama pene.

Pero, ¿Por qué lo tengo si soy una chica?. O eso parece por mi largo cabello y mis facciones femeninas, nunca en mi vida he cogido un maquina de afeitar. Aunque no se, no estoy tan segura de si soy una mujer y aun no comprendo ese tatuaje en mi brazo con el nombre de Marcus.

¿Quien es Marcus? No conozco a nadie con ese nombre y lloro en las noches intentando saberlo, pero no puedo. Mi memoria se niega en aparecer y cuando intento recordar algo más allí de el mes anterior me da jaqueca.

Además últimamente me duelen los puntos que me pusiste en la cabeza cuando según tu resbale accidentalmente por las escaleras.

No se quien soy, por favor salvame papá.

Tu hija, Diana.

Las letras de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora