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30 de Julio de 2017

Querido papá:

Los secretos no duran mucho, esa es una lección que aprendí duramente justo el día después de mi cumpleaños.

Cuando Valentine me dijo que tuviéramos sexo, no se lo negué porque lo amaba y sabia que me podía hacer feliz.

Pero todo se fue al traste cuando nos quitamos toda la ropa, y el vio mi desnudes. Cuando vi su cara de terror pensé que era porque mi cuerpo era flaco y feo con las cicatrices.

Pero el estaba observando mi pene, aquello por lo que yo dudaba que fuera una chica y salio corriendo con su ropa como alma que lleva el diablo.

Al día siguiente era la burla de todo el colegio, y me tiraban cosas y me escupían mientras las lágrimas calientes se deslizaban por mis mejillas.

Y no se porque me sentí tan frágil y estúpida. Tal vez porque hacia algún tiempo que las voces no me hablaban y en ese momento volvieron con toda su fuerza.

Y pienso en todo eso en este momento, mientras recostada en mi cama las oigo reírse en mi habitación. Y mi única consolación es acariciar ese dije con forma de corazón.

No sabia que fuera una aberración, lo lamento mucho mi querido Valentine.
Y parece que solo seré tuya papá, como tu querías.

Tu hija, Diana

Las letras de papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora