1

16.3K 489 43
                                    


ADDISON

—¡Sully! —Grita mi madre casi pegada a mi nuca. —¡Sully! —Vuelve a chillar, esta vez irrumpiendo en mi habitación.

—Que... —Susurro con aspereza en mi voz, mientras tapo mi cabeza con las sábanas.

Ella comienza a zarandearme.

—¡Qué! ¡Qué quieres! —Grito enfurecida, haciendo que ella salte sorprendida hacia atrás.

—Addison, tienes que ir al instituto.  —Me ordena autoritaria.

¿El instituto? ¿Hoy? Miro el reloj de mi derecha y mi boca cae rendida al suelo.

—Mamá son las seis y media... —Suspiro frustrada —¿Cómo quieres que me levante sin dormir mis siete horas de sueño?

—Addi cariño, ambas sabemos lo tardona que eres. Y dicho esto, levántate —Coge todas mis sábanas echándolas hacia atrás.

Rendida, me siento con las piernas cruzadas y le levanto las manos en símbolo de rendición.

—Está bien, pero, ¿podrías irte para que pueda cambiarme? —Ella solo sonríe y abre las comisuras de sus labios para decir algo, pero rápidamente los cierra de nuevo y se va.

Me apuesto todo lo que tengo, que es más bien poco, a que iba a decir algo cómo: "¿No recuerdas que yo te bañaba de pequeñita?" "No tienes nada que yo no haya visto." Pongo los ojos en blanco.

—Es exasperante... —Suspiro, soltando una gran bocanada de aire.

Me levanto de la cama y me dirijo al armario; siempre me pongo delante de él pensando en que ponerme. Sin muy buen resultado a decir verdad.

Con ropa interior roja decido ponerme una blusa blanca, porque sí, así soy yo, aveces me siento divergente; unos pantalones negros largos y unas converse blancas y negras. Yo creo que así bastará.

Me atuso mi gran mata de pelo castaño y me dirijo a la cocina, no creo que sea necesario aclarar que a veces no me peino.

Una vez allí, veo a mi despreocupada madre con el desayuno en la mesa.

—Ahora sí. Buenos días. —Le digo plantando un beso en su mejilla.

—Buenos días cariño. —Me responde con una pequeña sonrisa en su rostro.

Me siento a la mesa y me sirvo un zumo de naranja.

—Monstruo. —Sonríe el idiota de mi hermano mayor, entrando en la cocina y revolviéndome el pelo.

—Idiota, —Le respondo yo con una sonrisa de superioridad. — Qué ¿listo para tu último año? A menos que no pases de él... —Me mira con cara de pocos amigos y mientras se lleva unos cereales a la boca, murmura algo que no consigo entender, ni me molesto en hacerlo. —Supongo que estás preparado. —Espeto encogiéndome de hombros mirando el reloj. Las 7:30.

—Relájate, no vas a llegar tarde. —Dice él a mi lado. Claro, con lo que corres... —Además, este es tu penúltimo año.

—No sólo por eso debo llegar tarde. —Le contesto con tono de burla. Él pone los ojos en blanco y coge las llaves del coche.

El camino al instituto es tranquilo, James no dice nada malo sobre mí y yo no lo insulto como de costumbre. Esto es demasiado raro, aunque a decir verdad acabamos de empezar el curso, es normal estar un poco oxidados.

Justo cuando termina de aparcar, el timbre suena y yo salgo despedida del coche.

Las primeras tres clases se pasan rápido, no hay señales de Maggy, mi mejor amiga, aunque es muy probable que se haya quedado dormida.

Por el pasillo, me dirijo rápidamente hasta la última clase al otro lado del centro, cuando sin mirar, alguien se cruza en mi camino, haciéndonos chocar.

—Más cuidado mocosa. —Habla él, con una mirada de desprecio en su rostro.

—¿Perdona? ¿A quién llamas tú mocosa? —Gruño con más desprecio que él.

Solo sonríe y sigue caminando.

—Gilipollas... —Murmuro en voz baja.

Más tarde, ya en casa rendida por mi primer mal día, me tumbo en la cama exasperada mientras llamo a alguien que debería de haber aparecido pero nunca llegó a hacerlo, Maggy.

—Hola

Hola —Me responde ella al instante.

—Hoy has faltado. —Afirmo. —¿Por qué?

Eh... he faltado porque... no tenía ganas de ir.

—Para ser alguien que no va a clases tienes muy buenas respuestas. —Me burlo con una sonrisa en el rostro. Casi puedo ver como es su expresión.

Ja ja, ¿que tal tu día? ¿Primer día interesante?

—Mal, casi llego tarde, nos han puesto un examen sorpresa y un chico...  —Suspiro con rencor al recordarlo. —un gilip...

—¡Ah! —Grita Maggy con voz chillona —¿Un chico? Chica eres rápida, voy ahora mismo para allá y me lo cuentas todo. ¿Vale?

—No Maggy, no es lo que... —cuelga —piensas... —Suspiro de nuevo. Yo no gano para suspiros.

(...)

Ha pasado el tiempo y Maggy no a aparecido. No me resulta extraño, sabiendo lo tardona que es para todo. Juego con mi pelo tumbada en la cama esperando su llegada, cuando el sonido del timbre me despierta de mi trance.

—¡Voy! —Grito bajando los escalones de dos en dos. Vuelve a sonar. ¿Desde cuando ha sido tan impaciente? —¡Qué ya voy! —Grito una vez más, sonriendo mientras me imagino lo intrigada que estará, para nada.

Abro la puerta esperando encontrarme con unos ojos verdes llenos de ilusión hacia mí, pero no. No es Maggy.

—¿Y tú quien eres? —Digo hacia el extraño, él solo sonríe. Me resulta incómodamente familiar.

—¿Y tú? —Responde en tono de burla.

¿En serio piensa hacerse el listillo conmigo?

—Teniendo en cuenta que esta es mi puñetera casa, no sé, quizás sea ¡la dueña! —Le grito a la defensiva. Niñato idiota y arrogante.

—No te enfades, cariño. —Dice el extraño de mi puerta. Fijándome algo mejor en él veo que es guapo, muy guapo.

—He dicho, qué quien eres. —Digo con más calma dando un paso hacia atrás.

—Me suenas mucho... —Dice tocando su barbilla. —¿Alguna vez hemos estado juntos? ¿No? —Tan pronto como sus palabras llegan a mis oídos, mis mejillas se tiñen de un intenso color rojo. 

Me pone furiosa, ¿por qué me sonrojo?

—¡Claro que no! ¡No te conozco! —¿Parezco nerviosa? Porque lo estoy. 

No le pegues una patada, no le rompas sus...

—Bonita reacción, eso significa que es... —Comienza a murmurar para sí mismo —Claro, no hemos estado juntos. —Se acerca a mí sin dejarme retroceder. Veo que sí, sí hay un problema, pero conmigo. —Me acordaría de ti...























**ATENCIÓN, ESTA HISTORIA LA ESCRIBÍ YA HACE COMO CUATRO AÑOS, OSEA, EN EL AUGE DEL CLICHÉ DE WATTPAD, TIENE ERRORES, PERO YO TENGO MIS PROYECTOS SERIOS, SI VIENES A QUEJARTE DE ALGO, QUE NO SEA DE ALGO QUE HE AVISADO, GRACIAS**





FINAL DEL PRIMER CAPÍTULO...

Nota empalagosa eliminada.

MIKE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora