CAPÍTULO 28

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Conduzco histérica hacia el hospital

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Conduzco histérica hacia el hospital.

Me las he ingeniado para pedirle el coche a Marcus,conducir sin licencia,no ser parada por la policía y llegar en cinco minutos al centro.

Todo está muy transitado,Mike no contesta a mis llamadas y mi móvil va a explotar si le dejo un solo mensaje más,pero no puedo evitar mandar uno tras otro...

-Cariño ha ocurrido algo con James, ven al hospital-1:35 a.m.

Sin contestación.

-Mike por favor,contéstame-1:38 a.m.

Sin contestación

-Mike,llámame.A pasado algo malo-1:45 a.m.

Aún nada...

Sigo conduciendo por el concurrido centro,todos parecen tener siempre prisa, incluida yo,pero ahora,ahora que no tengo idea de nada...El tiempo parece ir más despacio,y aún peor parece interminable.

Cada minuto de espera es un puto suplicio y un agujero cada vez más grande crece en mi interior.

Millones de posibilidades se me vienen en mente,desde que se haya vuelto a drogar y haya tenido un accidente,hasta que le disparasen o algo peor...

¿¡Y si no lo vuelvo a ver sonreír!?

¡No,no es momento de pensar en lo peor!

Agarro el volante con fuerza e impotencia.

Aparco mal en la entrada del hospital,no es momento de preocuparse de las multas.

Corro hasta llegar a recepción,donde una chica de unos veintisiete años ojea una revista con sus ojos llenos de maquillaje.

Su mirada sube hasta mi,me explora de arriba a abajo y sonríe.Debo estar horrible,pero como ya dije antes este no es el momento para pensar en eso.

-¿Desea algo?-me pregunta sin apartar la vista de su revista.

-¡Donde se encuentra James!-le grito histérica.

-Tranquilícese-me observa y mi sangre hierve.

-¿¡Qué me tranquilice!?-suspiro frustrada-¡No puedo tranquilizarme!-grito llamando la atención de los médicos presentes.

Unas manos cálidas me sujetan mis hombros desnudos y fríos.

Me doy la vuelta esperando a que sea él...pero no lo es.

En su lugar un joven doctor,de no más de veintidos años me sonríe cálidamente.

Hacían tanto que no me sonreían así...

Me lanzo a sus brazos,ahogándome en mis propias lágrimas,mientras me rodea con su brazos.

Me separo de él un minuto después,este me sigue sonriendo,aún con una tierna sonrisa en su rostro.

MIKE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora