BOSTON

1.4K 29 0
                                        

"¡Ya callate!" Le gritó él agarrando los cabellos dorados de su amada esposa para luego estrellar su débil cuerpo contra el suelo.

La escena era perturbadora para cualquiera que sea un espectador; muchas veces vio hablar del maltrato de género pero nunca pensó que lo viviría. O tal vez si, solo que nunca pasó por su cabeza el hecho de que el que la maltrate sea el, la persona que alguna vez la amo. Su aspecto era denigrante: un vagabundo debe estar más presentable que ella. Pensar en eso solo la hacía llorar más. Pedía, no, suplicaba que la deje pero eso no iba a suceder... Ella debería saber que nunca la escucharía.

"¡Que te calles!" Le gritó de nuevo sin dejar de patear el estómago de su esposa.

"Basta" Su susurro fue débil; le dolía demasiado el cuerpo, a duras penas podía hablar.

Su cuerpo se debilitaba cada vez más cuando su miraba se encontraba con la de el que alguna vez fue la persona que mas amo. Su mirada fría no la conocía hasta hace unas semanas... Donde empezó todo. 

Escuchar los pases del hombre a las escaleras seguidos de una pausa, hicieron que deje de respirar. Oír como seguía su camino hacia arriba para después escuchar un portazo desde su habitación hicieron que la chicas retome sus dudas de semanas anteriores.

Era controlador, demasiado, pensó la joven, y diría que hasta celoso pero en mis casi cuatro años de matrimonio nunca se vio interesado en mí, ni siquiera dijo algo cuando conoció a mi compañero de la facultad, nada. Recapacito. 


Llegaré tarde, llegaré tarde, llegaré tarde... Se repetía una y otra vez la muchacha. Corría desde el supermercado hasta su casa que solo quedaba a un par de cuadras; Su temor aumentaba cada vez más, el solo pensar qué le iba a hacer le ponía los pelos de punta.

"¿Donde diablos estabas?" Dijo alguien demasiado conocido para ella. 

Su respiración era irregular.

"Fui a hacer las compras" Dijo ella en un susurro casi inaudible. Cerró sus ojos impulsivamente, no sabía que iba a ocurrir después. Tampoco se lo imaginaba...

Sintió como le tomaban el brazo fuerte, muy fuerte.

"Suéltame" Trato de sonar segura y lo logró, se sorprendió de ello.

"No" Pronunció él con voz fría. La alzó y la colocó en su hombro. La chica pataleaba para todas las direcciones, buscando que él la libere de sus fuertes brazos, pero este hacía caso omiso a los berrinches de aquella. Caminó hasta la habitación y la dejó caer en la cama, la cabeza de la muchacha golpeó con el respaldo de la cama, provocando una herida que comenzó a derramar sangre. De una manera brusca, el hombre de deshizo de su ropa y de la ropa de la chica. Comenzó pensándolo sus redondos y perfectos senos, mientras que con la otra mano masajeaba el restante, mordió sus pezones ocasionando que ella suelte un grito de dolor puro, pues los había mordido demasiado fuerte. Luego se dirigió a su cuello y comenzó a lamerlo, dejando así varias marcas que al día siguiente se convertirían en moretones. Sus besos descendieron hasta su feminidad, tocó con su mano derecha su clítoris y lo acarició, luego introdujo su lengua.

Lengueteaba todo lo que podía. Lágrimas caían sin parar por la cara de la mujer. Finalmente, introdujo su gran miembro en ella, los gemidos de él eran imprescindibles en aquel cuarto. Luego que él llegó al orgasmo, se dejó caer al lado de ella y se durmió plácidamente. Pero la pobre muchacha no podía, no lograba conciliar el sueño. 

Su peor pesadilla era realidad y aún no se iba a librar de ella.







((EDITADO: 4/2/16)) 

Mujeres asesinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora