Día del accidente

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Hola, les vengo a narrar lo que sucedió el día del accidente, en esté caso "la amiga que está en coma" se llamará Lesslye (narradora) y "la que escribió las cartas" Ana, quiero que sepan que éstos nombres no son los reales de las chicas, sólo los ...

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Hola, les vengo a narrar lo que sucedió el día del accidente, en esté caso "la amiga que está en coma" se llamará Lesslye (narradora) y "la que escribió las cartas" Ana, quiero que sepan que éstos nombres no son los reales de las chicas, sólo los inventé para llevar un orden en la historia y poder narrarla, sin más los dejó con el capítulo.
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Hola, les vengo a narrar lo que sucedió el día del accidente, en esté caso "la amiga que está en coma" se llamará Lesslye (narradora) y "la que escribió las cartas" Ana, quiero que sepan que éstos nombres no son los reales de las chicas, sólo los ...

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Narra Lesslye

Me encontraba en casa de Ana como era costumbre en las tardes, aunque a decir verdad ese día en realidad era muy tarde, recuerdo que tuvimos una discusión muy intensa donde las dos dijimos cosas que no eran ciertas, sobre todo ella, sé que estaba muy arrepentida por lo que dijo, la conozco perfectamente y conozco sus gestos de arrepentimiento...

—No puedo creerlo, ¡te rebajaste! — gritó Ana notoriamente molesta —No puedo creer que ahora seas amiga de Isabella después de todo el daño que te ha hecho.

—¡Ana ella cambió! — grité enojada — ¡No puedo creer que seas tan egoísta!— grité alterada por su comportamiento.

—¡Y yo no puedo creer que seas tan pendeja e ingenua! — gritó, un silencio invadió la habitación, yo estaba enojada, tenía rabia e irá.

—Creo que lo mejor será que me marché— dije tomando mis cosas.

—Pues ahí está la puerta y nadie te lo está impidiendo— dijo fría y cortante, pero yo la conocía no pudo mirarme a la cara, ella estaba arrepentida por lo que había dicho pero su orgullo hacía que no fuera capaz de pedirme disculpas, y yo no le iba a rogar.

Salí de su habitación azotando la puerta, baje rápido las escaleras mientras mis ojos se llenaban cada vez más de lágrimas, acelere más el paso hasta llegar a la puerta principal y salir corriendo. Llovía fuertemente y mientras las lágrimas se confunden con las gotas de lluvia caminé sin mirar atrás, la calle estaba sola y oscura, el frío era demasiado intenso y sentía como mi piel se ponía de gallina, mi cabello largo se pegaba a mi rostro pegajoso y mis zapatos altos se hundían en los charcos de lodo formados por la lluvia.

Baje la velocidad de mi caminar y mi corazón empezó a latir más fuerte, pase un rato en una esquina, todo estaba oscuro y silencioso tanto que hasta podía escuchar los latidos acelerados de mi corazón y entonces empecé a pensar, a pensar en medio de la soledad mientras fuertes gotas de lluvia me invadían.

Pensé en Ana, ella siempre había estado ahí para mí, era mi mejor amiga, siempre me había apoyado a pesar de cualquier cosa, sabía que ella era la única que me había podido soportar a mí y a mis jodidos caprichos de niña mimada; ella siempre estuvo ahí brindándome una sonrisa de aliento cuando más lo necesité y haciéndome reír con sus locuras. Gracias a ella había superado mi difícil infancia, ella me enseñó a ser fuerte y valiente, en cambió yo no había hecho nada por ella ¿Yo nunca la había apoyado? Siempre que Ana tenía un problema ella sola se sacaba de él, y ahora que lo pienso ¿Será que si fui una buena amiga? Mientras ese pensar aturdía mi cerebro mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, ella tenía razón soy una idiota por pensar que Isabella podía cambiar.

Saqué mi móvil y busqué su contacto para enviarle un mensaje...

-Siempre juntas, te lo prometo- envíe el mensaje con mi móvil en las manos y esperé.

Mensaje enviado✔ Mensaje recibido✔ Mensaje leído✔ y Mensaje ignorado✔

Suspiré- sabía que Ana había de estar muy molesta y probablemente aún no quiera hablar y menos conmigo, así que ignore el hecho de que mi mensaje fue ignorado y caminé desganada a mi casa.

La calle parecía más larga, el camino cada vez era más oscuro y la lluvia no parecía querer cesar, saqué mis audífonos y puse algo de música para subirme el ánimo, caminé lento y despacio mientras escuchaba música de Marron5, tal vez fue ironía del destino o no, pero la música paró en ese instante, fijó mi mirada confundida hacia el móvil.

-batería baja- enojada volví a meter el teléfono a mi bolso y me dispuse a pasar la carretera, con mis ojos puestos en mi bolso.

—¡PIIIII!— recuerdo ese gran ruido que me sordo por unos minutos, mi mirada se fijó al frente, un gran camión se aproximaba hacia mi mientras que mis pies no reaccionaban.

¡JODER CORRE! ¡CORRE!- gritaba mi mente pero mi cuerpo no parecía responder, el camión estaba lo suficiente cerca de mi —¡PIII! ¡PIII! —volví a sentir el pito, ya era muy tarde, cerré los ojos aterrada esperando el impacto.

Escuchó un rechinante ruido aún más fuerte que el anterior, el camión cruzó haciendo aquel ruido rechinante gracias a las llantas traseras que habían rosado con el pavimento mojado, el conductor quedó con el camión a punto de caer a un barranco, y yo seguía ahí, aún en shock por lo sucedido, sin moverme, sin parpadear, ahí admirando todo.

—¿¡Que estas loca niña!?— gritó el conductor del camión bajando enojado —¡Pude haberte matado! — gritó mientras yo aún miraba la escena con temor.

—Lo-lo lamento— dije tartamudeando y tragando un gran nudo que se me había formado en la garganta, yo estaba intacta aquél suceso que pasó delante de mis ojos no me habían hecho mover ni un pelo de la frente pero sentía en mi toda la tensión del momento, sentía en mí el fuerte impulso de los nervios, estaba sudando frío, mi rostro padeció mientras el trauma iba marcado en mi semblante, el temor era evidente en mis manos temblorosas.

—¡Ahh!— bufo enojado el tipo — ¿Quieres que te llevé a casa?— dijo esta vez en un tono más suave pero sin dejar la expresión de preocupación.

¿Debería subirme con un extraño? Me pregunté mientras el frío invadió mi cerebro y me congelé parcialmente, estaba aterrada, no podía quedarme ahí de eso estaba segura.

—Si-si— digo dudosa, caminé junto al tipo hacia el camión, sentía como cada vez más mis pasos pesaban y la vista se me empezaba a nublar —Señor—
dije casi en un susurró antes de caer al pavimento helado.

—¡Señorita! — escuché algunos gritos del señor, intenté pedirle ayuda, pero de mi boca no salía palabra alguna, sentía todo en mi pesar, y antes de cerrar completamente los ojos veo y escucho el acelerador del camión partir.

Se había ido, aquel viejo amargado se había ido y me había dejado tirada en medio de la carretera. Intenté con todas mis fuerzas moverme, fue un intento en vano y poco a poco mis ojos se fueron cerrando y todo se volvió oscuridad, antes de sentir ahogamiento, la falta de aire, el cansancio, los nervios, todo... después no recuerdo nada más.

 después no recuerdo nada más

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Querida mejor amiga™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora