HUELE A FUEGO

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-Que dices Masamune? ... bueno tienes razón, no lo hemos hecho en la cocina y eso no significa que hoy ... !! Ma ... Masamune!-

Takano me levantó dejándome sentado en el mesón de la cocina, para luego desabrochar mi camisa

-"No te preocupes Ritsu, tengo considerado solo algo suave, se que no puedes agitarte mucho hoy"-

-Que dices?! ... idiota !-

Sus palabras me hacían sonrojar, me avergonzaban al mismo tiempo que me excitaban y causaban descontrol en mi cuerpo.

Me quitó por completo la camisa y comenzó a lamer mis pezones mientras me tenía tomado de la cintura.

-Ritsu ... sólo relájate, todo lo haré yo-

Abrió mis pantalones, movió mi ropa interior y comenzó a mastubarme lentamente mientras me besaba con pasión.

-"Un día te lo haré hasta que quedes esperando gemelos"-

-Ya calla, no digas eso!- Dije sonrojado, para que después un beso suyo me hiciera callar a mi.

Mi miembro se puso muy duro en las calientes manos de Takano, el bajó y comenzó a jugar lentamente con su lengua, dándole suaves caricias.

Tapé mi rostro. Su actitud me desesperaba, me avergonzaba ... si me miraba a los ojos sentiría un calor intenso por lo evité esa mirada gris.

-Ya ... Ya hazlo Takano-

Aún con mi rostro cubierto y con mucha vergüenza fui capaz de pedirle que me diera un oral.
Sentí como lo metió lentamente a su boca y ayudado por una mano lo metía y sacaba de su boca, como si tuviera demasiada hambre de mi.

-"Eres todo lo que deseo"-

No respondí, solo comencé a dar suaves gemidos hasta descubrir mi rostro.
Aquellos ojos grises lo primero que hicieron fue buscar a los mios. Ya no me daba pudor.

-Ma ... masamune ... huele a fuego ... huele a ... huele a ... Masamune!! se quema!-

A mi lado una olla de arroz se quemaba. Takano perdió cuidado y acabó con nuestra cena por lo que corrió a apagar todo.

-Ritsu, debo comprar algo para que comas ... ve a recostarte-

Fuímos interrumpidos por un accidente casero.

Caminé hasta el cuarto con la sensación de no haber concluido nuestro acto. Debíamos seguir, a pesar de que no se lo pediría por favor.

Decidí auto estimularme, comencé a tocarme despacio ... hasta cerrar los ojos ...

EL DIARIO SECRETO DE RITSU ONODERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora