[03]. Pasión

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Sebastián

Cuando llegamos al destino, me quedé mirando la cara de sorpresa de ella. Me hacía muy feliz verla así, ya que lo que quería era sorprenderla.

- ¿Te gusta? - la pregunté

- Si, es precioso

Estabamos en un hotel que estaba decorado como si fuera un hotel antiguo, pero a su vez tenía cierto toque moderno. Yo ya había entrado una vez, de invitado de mi padre, para una cena de trabajo con unos clientes, y por el interior el hotel era precioso.

- También he reservado una habitación para pasar la noche, para así si terminamos muy tarde de cenar, no tener que volver

- Va.... vale - tartamudeó Brittany

- Tranquila, las camas están separadas

- Vale. Aunque tampoco me hubiera importado que hubiera una sola cama, mientras fuera lo suficiente grande para que no hubiera necesidad de contacto.

Me quede impresionado cuando dijo eso, pero intenté disimularlo. Al poco rato, llegamos al restaurante del hotel, y el recepcionista nos llevó hasta donde teníamos la mesa reservada. Nunca imaginé que volvería a este hotel, ya que me trae malos recuerdos.

Mientras mirábamos el menú, de vez en cuando miraba disimuladamente la belleza de Brittany. Nunca pensé que me encontraría con una persona como ella que consiguiera captar toda mi atención. No podía dejar de pensar en ella, en su sonrisa, sus ojos....

Pero la visión duró poco rato

Brittany

Sentía que me estaba mirando fijamente y no se porque tenía esa sensación, asi que le miré y descubrí que en vez de estar mirando el menú me miraba a mí con esos increíbles ojos. Me puse nerviosa así que elegí ya lo que quería pedir

- Ya se que pedir - dije para romper el hielo e intentar ocultar mi nerviosismo

- De acuerdo, ¿y que vas a pedir?

- La ensalada y de postre la tarta

- De acuerdo. Pediré lo mismo para mí

- Eeee eso no vale, me has copiado

- Por eso mismo te pregunté que habías pedido - dijo riéndose

Noté como me había puesto roja, y notaba también el hecho de que había entrado en calor.

Él se dio cuenta y empezó a reírse, aunque no se porque.

Terminamos la comida tranquilamente y nos fuimos a la habitación ya que era muy tarde para conducir.

- Que habitación más bonita - le dije

-Ya, por eso la escogí.

Noté como mientras me decía eso, me miraba intensamente, y cuando me giré estaba él, con algunos botones de la camisa.

Gracias  a eso, me imaginé su torso desnudo, y ya no nos pudimos contener ninguno de los dos.

Esa noche, fue una "noche loca" llena de sexo

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