[19]. Seguridad y traslado

27 1 1
                                    

Habíamos decidido tomar medidas sobre el tema con "ella". Si, con "ella". A partir de ahora íbamos a tener mucho más cuidado sobre todo en lo referente a nuestra hija. Habíamos puesto en casa lo mejor en cuanto a seguridad que existe en el mercado, por lo que estábamos más tranquilos. Aunque en lo que respecta a salir a la calle, teníamos que tener más cuidado, por lo que siempre llevábamos guardaespaldas, e iban a una distancia prudente de nosotros, vestidos como la gente de la calle, por lo que pasaban totalmente desapercibidos. Ya habían pasado varias semanas desde que Megan se había ido y no había vuelto a contactar con ella. Según parecía, o tenía el móvil apagado o había cambiado de número de teléfono. La echaba mucho de menos, ya que era mi mejor amiga desde hace mucho tiempo, y confiaba lo suficiente en ella como para contarla todos mis problemas. Pero comprendía las razones por las que se fue, la protección de su familia, y hasta que se arreglara todo, no podía estar segura, y no la culpaba.

La verdad es que "ella" está haciendo un buen trabajo separando a todos los que se encuentran a mi alrededor. Yo solo espero que Sebastian no me deje. ¿Cuando terminara todo esto? Es una pregunta que siempre me hago, por el tiempo que llevamos con este problema, pareciendo que nunca acabará. Ya tengo todo preparado por si acaso algún día hay que irse de aquí muy rápido de esta ciudad, aunque ya esté cansada de huir. Mientras mi hija estaba jugando, no he podido dejar de pensar en todo eso, ya que siempre tendré ese temor en mi corazón.

- ¿Qué pasa, cielo? - dije a mi niña, a lo que ella se rió, y no pude evitar unirme a ella. Estuve toda la tarde jugando con ella, hasta que llegó la hora de hacer su cena

Mientras hacía la cena, recibí una llamada de teléfono, de un número desconocido. Y no sabía de quién podía ser, ya que todos los teléfonos de mis conocidos los tenía guardados. Y aunque no sabía de quién era, me decidí por contestar.

- ¿Si?

- Hombre, hasta que al final contestas. ¿Qué estabas haciendo que era más importante que hablar con tu abuela? - si, era mi abuela, de la que no sabía nada desde hace mucho tiempo.

- Pues hacer la cena a tu bisnieta. ¿O quieres que esté siempre pendiente de ti?

- Vale, lo siento. Solo quería saber que tal estaba todo por allí

- Pues muy bien. Y tu bisnieta ha crecido mucho

- Mañana me gustaría ir a veros. Si no te molesta claro

- No molesta. Me encantaría que vinieras - En realidad no me gustaba la idea, pero quería disimular, porque todo esto me estaba pareciendo muy extraño

- Vale, pues entonces mañana por la tarde me paso por allí. Si quieres, en vez de ir a tu casa quedamos en algún parque cerca de tu casa, para que la niña juegue.

- Por supuesto que si. Adiós.

Tras esta conversación me quedé muy intrigada porque nunca hbía visto a mi abuela tan colaboradora, y encima dispuesta a hablar conmigo y conocer a la bisnieta. Las pocas veces que había coincidido con ella, era capaz de que te sintieras como mierda tras las duras palabras que te dirigía. Por lo que decidí hablar con Sebastián, que llegaba a casa en ese mismo momento. Pero esperé que saludara a la niña y a mi.

- Em... Sebastián tengo que comentarte una cosa.

- Vale, dime

- Verás, me ha llamado mi abuela que quiere pasar a visitarme, a mi y a Clara, pero me ha parecido una cosa muy extraña, ya que nunca ha querido verme ni a mi, ni a mi madre. Y ha dicho que podríamos quedar en un parque cercano a nuestra casa, pero resulta que no sabe donde vivimos, o eso creía yo.

- Pues me parece a mí que lo mejor que vamos a hacer es trasladarnos a otro sitio, si puede ser a otro país.

- ¿Y eso por qué?

- Porque quiero que esteis seguras, por lo menos hasta que pase todo esto.

- Vale.

Tras hablar todo muy bien, y dejar todo aclarado, decidimos que nos iríamos a Estados Unidos, pero debía parecer que íbamos a otro sitio, como por ejemplo Irlanda. Habíamos quedado en que lo mejor sería ir a Florida, por lo que preparamos todo lo necesario. Sebastián se iba a quedar aquí, por lo menos hasta que se solucionara todo este asunto. Y también iba a preguntar si se podria crear una sucursal de la empresa en Florida, y si no se podía, tendría que buscar trabajo allí. El vuelo salía al día siguiente. Si es lo que sospecho sobre mi abuela, intentará hacernod algo a mí y a Clara y eso es algo que no voy a permitir.

Pero dentro de poco iba a estar al otro lado del océano. Y estaría libre de todo esto. Al fin. Estaba muy nerviosa por lo que podía pasar, pero enseguida se me pasó, porque Sebastián me tranquilizó. En cuanto llegue a Florida, voy a cortar lazos, excepto con Sebastián, pero solo hasta que se arregle la situación. Por una vez me salía algo bien en la vida, espero que este momento no se estropee. Estuvimos hablando toda la noche sobre como lo haríamos hasta que se nos ocurrió que podríamos contratar una doble que se hiciera pasar por mi y que vaya a Irlanda. Por lo menos distraerá si nos siguen. Hasta he pensado que podría comprar un perro en cuando llegue allí.

Cuando llegó la hora nos fuimos al aeropuerto, haciendo todo tal y como lo hemos planeado. Y al darme cuenta, el avión ya había despegado. Como el camino iba a ser muy largo, decidí utilizar el móvil para buscar trabajo, y asi tenerlo ya en cuanto llegara allí. Ya habíamos arreglado todo lo referente al apartamento, para asi no quedarme sin techo. Me había dado cuenta que una de las empresas de mi ciudad natal tenía una sede allí en Florida, pero prefería no arriesgarme a que fuera una mentira, por lo que en cuanto llegara allí una de las primeras cosas que haría sería llamar a una niñera para que cuidara de Carla mientras que yo me iba a buscar trabajo. Aunque ya sabía que el apartamento me lo pagaba Sebastián, también sabía que a largo plazo necesitaría un trabajo. Pero no pude pensar más, ya que del cansancio me quedé dormida.

SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora