Esperanza: Alis Aquilae

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Un nuevo cataclismo puso al planeta entero de cabeza, poco después de que se declarara la muerte auténtica del dios más importante de todos. Con gran dolor, los egipcios recolectaron el cuerpo del pequeño creador, a quien renombraron como "Horus" puesto que la espalda de Vida quedó expuesta, rebelando el singular tatuaje tribal que poseía, mismo al que le atribuyeron las alas auténticas de un dios bajado del cielo, un salvador verdadero. Aquellos hombres estaban agradecidos, habían salido de su engaño al creer que "Anubis" los protegía, cuando su deceso literalmente detuvo todos los males que los aquejaban. Mientras unos recolectaban los restos de Muerte y comenzaban a momificarlos, otros disponían del cuerpo de Vida, llevándolo ante el altar de Ra, rodeándolo de inmediato con esencias puras, grandes cantidades de flores y ofrendas, rezando día y noche para que despertara. Sabiduría y el resto de los dioses menores hicieron presencia, disfrazándose con los rostros de las deidades egipcias, a fin de que los hombres reforzaran sus creencias y temores, y fueran cautos a partir de ese momento.


Sabiduría se dobló en un llanto silencioso, al confirmar que Vida no poseía signos vitales, y a pesar de que Médico intervino, no había nada por hacer. La guadaña ahora estaba anclada al sarcófago donde los restos de Muerte descansarían, misma que sería enterrada junto con él bajo los pies de la estatua de Anubis; una serie de inscripciones hablaban sobre una maldición que jamás debía de romperse, por temor a que Muerte resucitara y trajera la destrucción nuevamente. Vanidad terminó perdiendo el conocimiento al reconocer la esencia de Esperanza, engarzada para siempre a esa peligrosa arma y sin más, todos se retiraron, menos Locura y Sabiduría. Ambos insistieron en convertirse en centinelas del cuerpo de Vida, pues el sabio no estaba contento al respecto. A pesar de que estaba muerto, el cuerpo del pequeño creador no comenzó su proceso de descomposición, tampoco se convirtió en polvo (como lo había presenciado en otros dioses mucho menores, que por ataques de Blights perecieron en el pasado) así que tenía muchas dudas que no resolvería si se despegaba de ese cuerpo.


Locura presenció como el príncipe fue envestido en oro, plumas y piedras preciosas. Los sacerdotes de Horus se ocuparon de cubrirle la cabeza con tocado real y una máscara que representaba la cabeza de un águila, así como collares, sortijas y maquillaje previo.


Pero para Nim, el que su Destructor fuera derrotado, fue una ofensa profunda que se pagaría con sangre. Todos los dioses provenientes de Ithis, aún ocultos bajo los rostros de deidades egipcias, fueron testigos de cómo las arenas alrededor de Egipto se tornaban negras completamente. El pueblo de esclavos había escapado hacía días, por lo que sólo el pueblo egipcio experimentaría en carne propia la masacre, incluyendo a su faraón, que desde la parte más alta de su templo, presenciaría el declive de la dinastía. A pesar de que Muerte ya no existía, miles de blights fueron invocados por el señor de la Destrucción, y liberados como bestias salvajes sin control, sobre aquellas tierras. Cada dios poseía un poder especial, y fue la única ocasión en que el "ejército de Ithis" se haría presente de forma monumental.

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