El mundo cambia constantemente, al igual que la materia, que se transforma para darle continuidad al todo, en conjunto. Muerte pudo constatar que desde sus ojos perecederos, el mundo era completamente distinto, frágil, extraño, difícil. Como humano, le temía a la misma oscuridad en la que ahora reposaba, con la mirada fija en la enorme luna, que desde sus ojos mortales antes se veía más hermosa. Suspiró al darse cuenta que de una u otra manera, había cosas que extrañaba de ser humano, y que difícilmente olvidaría, pues ese cuerpo nuevo que poseía tenía muchas de esas memorias. El pequeño crujido de unas hojas en el pasto donde reposaba bajo el manto de la noche, le advirtió que Vida estaba detrás suyo. Se giró para extender un brazo e invitarlo a acercarse, y por supuesto el joven de piel verde no dudó en atender esa solicitud silenciosa.
—Discúlpame, ¿interrumpo?—preguntó apenado el pequeño creador al saberse descubierto, y tomó asiento junto al Juez, mismo que no tardó en acurrucarse contra el costado de Vida, negando sutilmente con la cabeza.
—No interrumpes nada, no te preocupes... solo, pensaba un poco, eso es todo— aseguró con una sonrisa suave, mirando de reojo a su igual— en verdad estoy bien Vida, ¿sigues preocupado?—
—Tu herida... ¿Cómo sigue?— Y Muerte sabía bien que no se equivocaba. Después de lo acontecido en Londres, el juez se había desplomado puesto que el corte de su propia guadaña, aun cuando se había cerrado, internamente era grande y le supuso varios días de recuperación, con la ayuda de Médico. La reincorporación al mundo fue un poco más complicada, ya que no recordaba lo que era vivir en un cuerpo con semejante estatura y que no estaba atado a las leyes de la física, así que constantemente se le veía agotado. Que decir de retomar su trabajo como Juez y marcador de almas. Los blights habían evolucionado tanto, que en algunos casos, lograron tomar una forma humanizada, hablaban y estaban conscientes de sus propios poderes, algo que Muerte jamás podría haber imaginado.
Llamados "los dioses del Nim", seres como Odio, Hambre, Dolor, Terror, Guerra y Pánico, aparecían por todas partes, sembrando sentimientos oscuros en el corazón de los humanos para llevarlos a la locura y mantener el caos universal en el mundo. Incluso el dios Locura ahora se encontraba en un estado delicado, pues su poder había crecido a causa de las acciones de los dioses oscuros, y era muy inestable. Por esa razón, Sabiduría decidió permanecer a su lado día y noche, y velar por su salud mientras encontraban una solución para lograr que Locura pudiera estar solo, como menos, una hora. Todos los seres del Nim parecían buscar a Muerte constantemente, al grado de que incluso lo llamaran "hermano". Se sentían atraídos por quien fuera declarado "Rey de la Noche", aún en contra de su voluntad, y era algo que Vida no toleraba. Sin embargo, sabiéndolos peligrosos, preferían mantener distancia o combatirlos con la esperanza de algún día poder derrocarlos.
Era esa la razón por la que el primer dios se volvió sobreprotector, siempre atento a las necesidades de su amado juez, mismo que ahora acurrucaba al grado de casi obligarlo a recostarse sobre sus piernas. Todas las noches el primer dios admiraba la belleza ante él, delineando el rostro de Muerte con tanta benevolencia que parecía obsesionado. Y es que a veces se preguntaba si realmente estaban juntos, o si era otro de sus sueños delirantes donde después despertaría, con la cama vacía y el corazón hirviendo de dolor. Pero en el momento que Muerte elevó una de sus manos provistas de largos dedos afilados, Vida entendió bien que no era un sueño, si no la realidad prometedora que estuvo esperando con impaciencia. Aún existía una duda en el corazón del príncipe, y esa noche en especial no podía dejar que siguiera guardada. Sonrió recargando la mejilla entre los dedos que le acariciaban, y dejó que las palabras fluyeran por fin.
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Cuando la vida comienza.
RandomVida abrió sus ojos a un mundo sin forma. El gran Creador Ithis espera con ansias una explosión de imaginación de parte de su más importante creación. N.A. Crédito de personajes a The Snipster, autora del comic AMOLAD (A Matter Of Life And De...