A Louis lo conocí en una etapa muy bonita. Claro que lo fue, si apenas tenía 15 años. Era la primavera de mi vida, ese momento en el que las flores muestran todo su esplendor y las orugas se convierten en mariposas listas para emprender su vuelo. Y yo... ansiaba eso, volar sin retorno. Desde entonces, todo parecía tomar sentido. ¡Todo! Mi vida no era perfecta, pero me gustaba pensar que tenía un propósito.
Nunca podía quejarme de mi rendimiento académico porque siempre destacaba. Era buena en todo lo que hacía... pero ni eso parecía suficiente. Mis horarios escolares eran un constante ciclo de tarea tras tarea, un escape silencioso que llenaba los vacíos que mi corazón no podía comprender.
Mi madre nunca supo que era una de las mejores en la escuela. Ni siquiera le importaba. A pesar de que todo lo que hacía era por ella, para que me notara, para que me amara como yo la amaba. Pero no importaba cuántos problemas matemáticos resolviera ni cuántos nombres de animales extintos memorizara, siempre parecía que el problema más grande de todos era yo.
"¿Por qué no me ve? ¿Por qué no me valora? ¿Acaso no soy suficiente?"
Con el tiempo, esas preguntas dejaron de ser susurros y se convirtieron en una constante en mi mente. Pero lo más extraño de todo era que, aunque sentía que mi madre no me veía, no me entendía, me quería, había algo en ella que me envolvía, que me retenía, como si su sombra estuviera siempre presente, incluso cuando no estaba.
Cuando tuve la oportunidad de irme, cuando conseguí la beca para estudiar en otra ciudad, lo vi como mi gran momento de liberación. Mi escape. Pero no puedo mentirme a mí misma: aquel viaje era solo una excusa.
No me fui solo para estudiar. No. Me fui para correr, para huir, para escapar del peso de todo lo que me rodeaba. De ella, de su constante presencia, de su control disfrazado de cuidado. Porque aunque mi madre estaba a kilómetros de distancia, siempre encontraba la forma de estar presente, de influir en mis decisiones, de hacerme sentir que nunca estaba realmente sola... ni realmente libre.
"Es por su bien," me decía.
Pero no era por su bien. Era por el mío. Necesitaba aire, espacio. Necesitaba aprender a decir "no". Aunque decir "no" era una de las cosas más difíciles para mí.
Desde pequeña, me costaba negarme a lo que los demás querían, especialmente a lo que mi madre pedía o esperaba de mí. Siempre fui una niña obediente. Siempre traté de cumplir con sus expectativas, incluso cuando sentía que me ahogaba en el proceso.
Pero cuando me fui, pensé que todo eso terminaría. Pensé que finalmente sería libre de esa influencia, de ese peso que me hacía incapaz de decidir por mí misma.
"¿Libre? ¿De verdad creías que sería tan fácil?"
Mis pensamientos me traicionaron mientras recordaba lo que sentí cuando pisé la nueva ciudad por primera vez. Una mezcla de emoción y miedo, como si el suelo bajo mis pies fuera inestable, como si no pudiera confiar en mí misma para sostenerme. Porque no sabía qué hacer sin alguien que me dijera qué debía hacer.
Mi madre me había cuidado demasiado. Ese cuidado que, en lugar de protegerme, me debilitó. Me hizo dependiente. Y por eso, el viaje no era solo un escape, era una lucha interna, un intento desesperado por demostrarme a mí misma que podía ser algo más, que podía ser alguien más.
"¿Y lo lograste, Sofí?"
La respuesta era complicada. Me había construido una vida lejos de ella, lejos de Louis, lejos de todo lo que me hacía sentir atrapada. Pero en el fondo, nunca dejé de sentir su sombra sobre mí. Incluso ahora, mientras escuchaba la voz de la enfermera informándome sobre su estado crítico, me daba cuenta de que nunca había escapado realmente.
"Es tu madre. Siempre será tu madre. No puedes correr para siempre."
Mi pecho se apretó al recordar todos los momentos en los que me sentí incapaz de decir "no" a sus demandas, incluso a las más pequeñas. Porque ella tenía una forma de hacerme sentir culpable si me atrevía a desafiarla.
Cuando finalmente tomé el camino de alejarme, pensé que esa culpa desaparecería. Pero ahora, estaba aquí, sentada en mi cama, con el teléfono todavía en mi mano, sintiendo que el peso de esa culpa era más grande que nunca.
—¡Es mi madre! —grité nuevamente, con lágrimas corriendo por mis mejillas.
Me levanté y comencé a caminar por la habitación, tratando de calmarme, pero los pensamientos seguían golpeándome como olas contra una roca.
"¿Por qué no puedo dejar de sentirme así? ¿Por qué no puedo simplemente perdonarla? ¿Por qué no puedo amarla como debería?"
Porque la verdad era que siempre la había amado. Pero ese amor estaba mezclado con tanto dolor, tanto rencor, que a veces ni siquiera podía distinguir entre ambos.
Cerré los ojos y suspiré, sintiendo que mi cuerpo temblaba. Había querido escapar para encontrarme a mí misma, pero en el fondo, siempre supe que nunca podría huir de ella. Ella era parte de mí, tanto como yo era parte de ella. Y ahora, debía tomar una decisión.
Con manos temblorosas, abrí el cajón desgastado y saqué mi diario. Necesitaba escribir, poner en palabras todo lo que sentía, aunque solo fuera para sacarlo de mi cabeza por un momento.
"Mis días habían sido demasiado largos y extensos, pero esa llamada despertó en mí algo que creía dormido. Una mezcla de melancolía, amor, odio y dolor. Antes de hoy, mi vida era monótona y aburrida, pero ahora me siento atrapada en una espiral de emociones que no puedo controlar. Quizás siempre fui así, un rompecabezas incompleto, recortado al antojo de todos menos de mí misma."
Dejé la pluma con cuidado y cerré el diario. Guardé el cuaderno en el cajón y apagué la luz. Pero mientras la oscuridad llenaba la habitación, supe que el día aún no había terminado para mí.
"Es tu madre. No puedes ignorarlo. Tienes que decidir."
Y así, una vez más, el peso del pasado y el futuro se estrellaron contra mí, mientras intentaba encontrar el valor para enfrentar lo que estaba por venir.
4o
![](https://img.wattpad.com/cover/55516971-288-k910637.jpg)
ESTÁS LEYENDO
MUÑECA DE PAPEL
Teen FictionMuñeca de Papel" es una obra introspectiva y profundamente emocional que sigue a Sofía, una joven atrapada en una realidad que parece oscilar entre lo tangible y lo etéreo. Desde el inicio, Sofía siente que su existencia no es completamente suya, co...