¿En realidad esto es lo que soy yo?
¿Me he convertido en un... un ser sin nombre?
Una criatura que no se sabe quien es realmente, una sin clasificación ni orden.
Dios Mío ¡¿Qué he hecho?! Jamás en mi vida podré lidiar con este pensamiento.
El reloj marca la 1 de la tarde y aún no puedo creer que permanezca postrada en esta cama, en medio de este edredón, que solo sirve de testigo a mis casi dos semanas consecutivas de sueños caóticos. Soy tonta al pensar que estos puedan volverse realidad, y le pueda pasar a alguien con una vida común y ordinaria como la mía.Sé, que tampoco soy tan culpable de todo ello ¿Qué persona en su sano juicio buscaría llegar a este punto tan critico?) pero en su momento yo misma pude haber controlado, o eso quiero creer de esta maldita bomba llena de sentimientos, que si revienta...
Ding dong – suena monótono el timbre.
¡Alguien toca la puerta! - pienso fugazmente. ¡Espera! Nunca he invitado a nadie a casa en aproximadamente en un año según, definitivamente mi vida social está por los suelos – digo entre risas – ¡Rayos! Me siento tan poco femenina con este camisón con mangas largas– El timbre resuena insistente.
- ¡Esperen! Allí voy, lo digo entre saltos mientras acomodo unas pantuflas celestes desgastadas.
Era él..."él", estaba allí, mirándome con sus ojos color madera de forma muy coqueto, a diferencia mía, estaba bien vestido con un traje muy elegante.
- ¡Te ves muy bella! Al parecer a alguien le ha ido muy bien – decía mientras se le dibujaba una sonrisa en sus labios pequeños - ¿Cómo estás, bonita? ¿Me recuerdas?
- ¿Cómo es posible que estés aquí?-era inevitable no reclamarle y sabía este era mi momento.
- Tengo grabadas perfectamente tus palabras en mi mente – le respondí mientras tocaba su sien.
- Espera, pasa, toma asiento.
- Pues vaya, pensé que nunca lo dirías – dijo divertido, mientras me miraba a los ojos.
- Sabes que nunca he sido muy buena con la cortesía así que no te quejes tanto, y considerando todo el daño que me hiciste estoy siendo demasiado tolerante.
- Vaya, creo que jamás te vas a olvidar de ello. Lo dijo con la cabeza agachada
- Olvidar el daño no, pero a ti si, por ahora siéntate espera que traiga algo de comer.Esto último pareció mellar un poco su orgullo y obedeció sin chistar moviéndose de forma ágil, casi felina y eso me dio mucha risa y ternura a la vez.
"Sabes que te empiezan a sudar las manos con solo verlo Sofí, ¡No seas tonta! ¡Mantén la calma!" Me digo mientras estoy en la cocina.
- Sofí ¿Necesitas ayuda? – exclamó desde la sala, con voz preocupante.
- No, todo bien, quédate allí – le respondí mientras levantaba la fuente con los platos y la taza para que pudiera ver que me las arreglaba perfectamente - Ahora yo me hacía la interesante ante él.
- Pues vaya, tengo que admitir que me sorprendes. Lo escuche decir mientras me sonría al verme llegar con la bandeja de tazas, tan ágilmente
- Recuerdo que te gustaba el café cargado y las empanadas de carne, así que buen provecho, ¡Tienes suerte eh! Justo ayer los preparé, ahora dime ¿Qué te ha traído hasta acá? – Le increpé con un tono serio.
- Primero déjame devorarme estas empanadas, bonita - me sonríe de forma pícara con una tierna mirada.
- Pues dale, si gustas come mi empanada igual no tengo hambre y preparé muchas – respondí todo lo fríamente que pude.¡Sofí! Esto se ve tan deliciosamente rico, Sabía que aparte de tener un rostro bonito, figura bonita, personalidad tan propia de ti. Preparabas cosas tan ricas. Quien diría que ante mis ojos... Lo miré detenerse para decir. ¡Mierda! Como lo haces para ser tan perfecta- Lo miro sonrojada al notar que se devoraba todo del plato.
-Mierda! Como le haces para cambiar mi estado de ánimo ,cada vez que quiero enojarme contigo.
¡Grosera!, no era necesario decir eso, bonita.. Créeme cuando te digo que eres perfecta,lo eres sofi - lo mencionó tan sincronizadamente cuando se terminaba la empanada, que yacia en su boca.
- Grosero eres tu!,le recalco mientras recojo las cosas hacia en comedor,para proceder a lavarlos.
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MUÑECA DE PAPEL
Teen FictionHe sido una maldita bomba de sentimientos encerrados sin detonador. Quise explotar pero nunca pude. Hoy me queda la más grande frustración junto a la inmensa montaña de quizás y recuerdos de un futuro inventado que aún imagino pero que no sé si lleg...