CAPÍTULO 5

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El reloj apenas marcaba las seis y media de la mañana y Kara ya estaba saliendo de la cama, no quería llegar tarde a CatCo en el día de su regreso como Kara Danvers de la Tierra 40. Se dio una ducha para despejarse y sacudirse los nervios. Lena Luthor nunca se levantaba antes de las siete, pero aquel jueves hizo una excepción. Era consciente de la situación comprometida en la que se encontraba Kara y quería desearle suerte antes de que se marchase.

Lena se acercó hasta la puerta de la habitación de Kara, la abrió despacio por si todavía no se había despertado y se asomó, buscándola con la mirada. La encontró. Kara estaba de espaldas a ella, fijando toda su atención en la ropa que tenía esparcida sobre la cama. Todo habría ido perfectamente si no hubiese sido porque Kara sólo llevaba una toalla rodeando su cuerpo mojado, mientras se secaba el pelo enérgicamente con otra toalla más pequeña. La kriptoniana estaba tan preocupada por la elección de la ropa que no advirtió la presencia de Lena. Aquella escena la paralizó. No fue capaz de dar un paso más, se quedó en el umbral, pero tampoco podía dejar de mirar.

Sus ojos verdes recorrieron el cuello y lo que quedaba a la vista de sus piernas. Tragó saliva. Kara entró al baño, era el momento perfecto para que Lena le hiciera saber que estaba ahí, pero de nuevo fue incapaz de hacer otra cosa que no fuera quedarse allí plantada, anhelando ver más. Al cabo de dos minutos, Kara volvió a la habitación, esta vez, su cuerpo lo cubría escasamente un sencillo conjunto de ropa interior de color azul. Lena sintió cómo sus mejillas ardían y una necesidad implacable se instalaba entre sus muslos al contemplar el atlético cuerpo de Kara, que, todavía ajena a ella, se disponía a vestirse. Por fin, Lena reaccionó y se dio la vuelta rápidamente, sintiendo vergüenza por haberse comportado como una adolescente salida. Especialmente, porque aquella Kara no era su Kara, y sintió culpa por invadir su privacidad. Caminó deprisa hacia la cocina, necesitaba beber algo frío.

Diez minutos después, Kara entró en la cocina para desayunar, pero no había nadie allí. Se acercó a la nevera y algo llamó su atención. Se trataba de un papel de color amarillo, sujeto a la puerta metálica con un pequeño imán. Tenía algo escrito a mano.

"Buenos días, Kara. Seguro que te has levantando antes que yo, espero que hayas descansado. Aliméntante bien y no te preocupes por nada, seguro que todo irá bien en CatCo. Ánimo, chica de acero. Nos vemos más tarde. Lena."

«Qué detalle más tierno —Kara sonrió y se guardó el papel en el bolsillo del pantalón.»

Lena había dejado de escuchar ruidos hacía un rato, sabía que Kara ya no estaba en su apartamento. Pasaban unos minutos de las siete y decidió que ya era hora de salir de la cama. Se desnudó despacio y se metió en la ducha, sintiendo cómo el agua caliente recorría su cuello, sus hombros, su espalda, sus piernas... Mantenía los ojos cerrados. Quería relajarse, pero su mente tenía otros planes para ella.

Apoyaba las manos en la pared y tenía la cabeza agachada cuando escuchó el ruido de la mampara al deslizarse. No tardó en sentir las manos de Kara apoderándose de su cintura, sus pechos pegándose a su espalda, y sus caderas contra su trasero.

—Kara.... —musitó—, tengo una reunión a primera hora.

—¿Y qué? —susurró Kara mientras besaba su cuello— Eres la jefa, no empezarán sin ti.

Lena echó la cabeza hacia atrás, buscando los labios de su novia. Se besaron bajo el agua y sus respiraciones empezaron a alterarse.

—Te esperan... en el DEO... Alex te va a matar —logró pronunciar Lena.

—Pero después me perdonará... me quiere mucho —aseguró Kara justo antes de que una de sus manos apresara un pecho de Lena, haciéndola gemir.

Tierra - 40 [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora