CAPÍTULO 10

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Kara contempló a Lena durante unos instantes, en los cuales, la joven CEO fue incapaz de parpadear. Nunca la había visto con aquella actitud ni aquella mirada. De pronto, Kara se aproximó a ella y cerró los ojos, Lena los mantenía abiertos, paralizada por el arrebato de la kriptoniana. Lo primero que sintió fue el calor procedente de su cuerpo, después, cómo el brazo de Kara la apretaba un poco para acortar la distancia. Finalmente, sintió unos labios suaves y cálidos rozando los suyos, y sus ojos verdes también se cerraron.

¿Y si las palabras de Kara eran ciertas y las cosas nunca mejoraban?, ¿y si el extrapolador roto era una señal?... ¿Y si el universo le había quitado una Kara pero le había llevado otra? Se habían conocido de la manera más fortuita, pero ¿podían estar destinadas a estar juntas?

Kara la besaba con intensidad, aferrándose a ella como si fuese lo único que pudiera salvarla de la oscuridad que se cernía sobre su ánimo. Lena le devolvía los besos, y sus manos habían dejado de estar vacías, apoyándose en los fuertes hombros de Kara. La kriptoniana tiró un poco más de la cintura de Lena, y con su fuerza, llegó a levantarla ligeramente en el aire, haciéndola tumbarse sobre el sofá, y se echó sobre ella. Sus manos se deslizaron sobre los brazos de Lena hasta que inmovilizaron sus muñecas, con cuidado para no hacerle daño. Podía sentirla en todo su cuerpo, desde sus piernas entrelazadas, hasta sus pechos, pasando por sus caderas unidas. Kara se inclinó sobre Lena, buscando su boca otra vez, y la encontró. Volvieron a besarse. Liberó sus muñecas, y apoyó una mano en el sofá para poder acariciar el rostro de Lena con la otra.

Pero entonces, el recuerdo de otro beso, el que su Kara le dio, hacía más de un año, para confesarle que sentía lo mismo que ella, cruzó la mente de la joven Luthor. Sus labios dejaron de responder a la kriptoniana.

-Kara, no... -susurró contra su boca mientras apoyaba las manos en su pecho, sabiendo que no podría moverla un solo milímetro, pero tratando de hacerle ver que aquello no podía ser.

Kara se incorporó un poco, apoyando ambas manos a los lados de la cabeza de Lena. La miró, respiraba con dificultad, igual que ella, tenía las mejillas sonrojadas, estaba increíblemente hermosa... e inmovilizada bajo el peso y la fuerza sobrehumana de su cuerpo, a su merced, rogándole con la mirada que se apartase de ella. La culpa la sobrecogió. Kara brincó hacia atrás, liberando a Lena, y se levantó del sofá, temblando y con los ojos vidriosos.

-Oh Rao, ¿qué he hecho? -exclamó.

-Kara... -replicó Lena irguiéndose en el sofá.

-Perdóname, por favor -rogó Kara-. No sé lo que me ha pasado.

-Kara, tranquila... -dijo Lena con voz suave.

-¡Te he faltado al respeto! Tú tienes muchos más motivos que yo para cruzar la línea en tantas ocasiones que ha habido, y siempre te has contenido, ¿pero qué hago yo? ¡En el primer momento de debilidad me aprovecho de ti, soy una impresentable!

-¡Te he faltado al respeto! Tú tienes muchos más motivos que yo para cruzar la línea en tantas ocasiones que ha habido, y siempre te has contenido, ¿pero qué hago yo? ¡En el primer momento de debilidad me aprovecho de ti, soy una impresentable!

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Tierra - 40 [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora