Tierra - 40 [Supercorp]

CAPÍTULO 9

Hoy os toca capítulo largo, gracias por estar ahí y seguir leyendo y comentando esta historia.

CAPÍTULO 9

El miércoles por la tarde, Lena Luthor y Supergirl tenían que inaugurar un parque en el centro de National City. La obra había sido financiada completamente por L Corp, y la ciudad estaba encantada con el resultado. Hasta allí se acercaron muchas personas de todas las edades, tanto humanas como aliens.

Alex y Maggie se encargaban de la seguridad del evento junto a algunos agentes del DEO. Mon-El y más agentes se ocupaban de los alrededores. Kara se quedó unos pasos detrás de Lena, cruzando los brazos delante del pecho. Tras el aplauso inicial del público, Lena empezó su discurso. Kara la escuchaba con atención. Se sentía orgullosa de ella, de todo lo que había conseguido en aquel mundo, y deseó ver a su Lena disfrutando del mismo apoyo, lo merecía.

Lena terminó de hablar, la aplaudieron y bajó los escalones del escenario con ayuda de Kara, que le ofreció la mano con gentileza. Los fotógrafos inmortalizaron aquella escena, ambas pensaron que la verían en las portadas de la prensa al día siguiente. Entonces se acercaron hasta la cinta roja que unía dos árboles y, juntas, la cortaron con una tijeras. La gente volvió a aplaudir.

—Espero que todos disfrutéis de este nuevo parque, es para vosotros —exclamó Lena con una sonrisa.

Después de hablar con los periodistas presentes, Lena y Kara se acercaron al público que quería saludarlas. Caminaban cogidas de la mano y luciendo amplias sonrisas. De pronto, una niña de no más de seis años, cabellos rubios y ojos verdes corrió hasta ellas.

—¿Puedo hacerme una foto? —preguntó con su graciosa voz infantil.

Ambas entendieron que se lo pedía a Supergirl, así que Kara la miró sin dejar de sonreír.

—Claro que sí, pequeña, ¿cómo te llamas?

—Lori —contestó, después señaló a una pareja con un móvil que las apuntaba—, esos son mis papás.

Kara se agachó a su lado, cogiéndola de la cintura con cariño y Lena iba a alejarse para no molestar, cuando sintió la pequeña manita de Lori cogiendo la suya y se volvió hacia ella.

—Tú también —afirmó sin titubeos la niña. Lena sonrió emocionada, y se colocó al otro lado de la pequeña. Entonces, sus padres inmortalizaron la imagen, y Lori se abrazó a cada una de ellas.

Lena y Kara se irguieron, pero cogían a Lori de sus manitas. La pareja se acercó a ellas.

—Muchas gracias a las dos... Sois un ejemplo para esta ciudad y para el mundo —aseguró el hombre.

—Bueno... —Kara no sabía qué decir, no estaba acostumbrada a cosas así.

—Gracias a vosotros por haber venido con vuestra hija —dijo Lena con una sonrisa amable.