CAPÍTULO 12

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TIERRA 38

—¡No te acerques a mí! —chillaba Lena.

Kara aterrizó abruptamente en la terraza principal del apartamento, rompió la puerta de vidrio y atravesó la pared de la habitación en la sabía que Lena se encontraba por el sonido de su voz.

—¡Apártate de ella! —bramó la kriptoniana.

Tardó unos instantes en comprender que estaba en el baño de la habitación principal del apartamento. Allí sólo estaba Lena, asomada por la cortina de la bañera, con el cabello mojado y expresión de susto en el rostro, seguramente por su aparición repentina.

—¡¿Kara?! —exclamó en medio de un ahogo.

—Lena... —susurró Kara con sorpresa, manteniendo la mirada demasiado tiempo en su dirección— ¡Lo siento, no he visto nada! —añadió haciendo aspavientos con los brazos y evitando seguir mirándola.

—Claro que no, me estoy tapando con la cortina... —Entonces abrió los ojos como platos y sus mejillas se sonrojaron— ¿Has utilizado tus rayos X?

—Perdóname, fue algo instintivo, para protegerte, no quería verte... —Trataba de excusarse Kara muy apurada.

Lena no pudo evitar sonreír al ver a Supergirl comportándose de esa manera.

—Ha valido la pena sólo por ver a la chica de acero tan abochornada —se rio.

Kara torció el labio, aunque tampoco lamentaba haber mirado, no había podido ver mucho, pero sí lo suficiente como para desear ver más.

—Ya que estás aquí, mátala, Kara, por favor... —rogó Lena.

—¿Matar a quién? —preguntó frunciendo el ceño.

—¡A esa araña enorme y peluda! —exclamó señalando hacia su toalla— ¡Les tengo pánico a las arañas! —confesó con gesto de repulsión.

—Te pasa como a Ron Weasley en Harry Potter —comentó Kara sonriendo—, vamos, pequeñuela, que no te quieren aquí.

La kriptoniana juntó las manos, forzando al animal a subirse en ellas. Desapareció dos segundos y cuando regresó, sus manos estaban vacías.

—La he dejado en un parque cercano, no volverá a atacarte —bromeó con una amplia sonrisa.

—No te burles de mí —se quejó Lena con un puchero. Después sonrió— ¿Puedes acercarme una toalla?

—Tienes una ahí.

—No quiero utilizarla, la ha tocado esa cosa.

Kara negó con la cabeza, aquello sí que había sido toda una sorpresa, aunque agradecía inmensamente que Lena no hubiese sido víctima de un ataque real. Siguió sus indicaciones y le acercó una toalla limpia de un armario. Antes de que Kara pudiera salir de allí, Lena se envolvió con la toalla y salió de la bañera. La kriptoniana empezó a ponerse nerviosa de nuevo, quedándose inmóvil.

—Ya está, gracias, ya puedes salir de mi baño y esperar mientras me visto —dijo Lena con satisfacción.

—Sí, claro, perdona. —Kara se dio la vuelta y se dirigió al salón.

Había pasado todo tan rápido que a Lena no le había dado tiempo a pensar. Ahora, mientras se vestía, recapacitó sobre su encuentro. Sintió un poco de calor en las mejillas cuando recordó que Kara la había mirado con sus rayos X, ¿Qué había visto exactamente?, por supuesto, no se lo iba a preguntar. Por otro lado, tampoco se habían saludado, así que, el problema de no saber cómo hacerlo seguía ahí. Deseaba que Kara la volviera a besar, pero ya la conocía un poco, y seguramente estaría demasiado avergonzada por lo sucedido como para invadir su espacio personal fácilmente. De pronto sonrió de medio lado y la llamó desde su habitación.

Tierra - 40 [Supercorp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora