11.
—¿Mama? ¿eres tú?.— Grito desde mi cuarto al escuchar los pasos de alguien que sube por las escaleras.
—Emily, ¿pero qué haces? No has hecho nada de lo que te pedí, mira nada más cuánta suciedad.— Hace el ademán de pasar un dedo, sobre una superficie de madera.— Porque no recoges tu cuarto, lo tienes hecho un completo desastre, ya te he dicho que...
—Ash mama, otra vez no, 5 minutos al día que te veo y lo único que haces es regañarme, reprocharme, y mandarme ¡Ya basta!, no soy más una niña pequeña a la que puedas mandar, no tienes porque hablarme de ese modo, es mi cuarto y yo lo tengo como yo quiero.
—Emily ¿pero que es lo que te sucede?, sabes muy bien que lo que estoy diciendo es cierto, ¿pero sabes que? has lo que quieras, sabes que algún día no estaré más aquí, para reprocharte, mandarte o regañarte y ese día...— Me tapo los oídos y cierro los ojos en un intento por ignorarla y no prestar atención a lo que dice, si me pagaran por las veces que he escuchado esa frase ya sería millonaria
Cuando ya no escucho más su voz abro los ojos lentamente para comprobar si es que ya se ha ido, hecho un vistazo a mi alrededor y lo que noto es realmente escalofriante, ya no me encuentro dentro de mi habitación, estoy en una especie de cementerio, que rayos está pasando, nuevamente cierro los ojos con todas mis fuerzas pero es inútil, al abrirlos sigo aquí, parada en medio de este tétrico panteón, mi corazón se acelera y siento un calor recorrer mi cuerpo, comienzo a caminar en busca de una salida, poco a poco comienzo a acelerar mis pasos, cuando siento que ya camine lo suficiente volteó hacia atrás para notar que solo he estado caminando en círculos.
—¡MAMA! , ¡MAMAA! ¿Estás aquí?.— Desesperadamente comienzo a buscar una salida, una señal, una respuesta a todo esto, la impotencia me gana y caigo al suelo, me tapo la cara con las manos mientras un torrente de lágrimas brota por mis ojos, unos minutos después levantó la mirada y a lo lejos veo una luz que ilumina un camino, decido levantarme y comienzo a caminar guiándome por aquel extraño resplandor, el cual me guía a una vieja casa, tocó la puerta pero nadie responde, miro por las ventanas y lo único que veo es una rara familia, padre y madre que están abrazando lo que al parecer es un pequeño feto, me siento asqueada al contemplar la tenebrosa escena desde lejos cuándo repentinamente, una pequeña niña llega corriendo y abraza a ambos por sus piernas, me quedó plasmada al contemplar aquella escena; siento como si esto ya lo hubiera visto antes algo así como un dejavú.
Creo que estoy dentro de un mal sueño cierro los ojos nuevamente rogando por despertar y una vez más al abrirlos nada, sigo aquí, pero ahora en un nuevo escenario, está vez me encuentro parada en la sala de mi casa en medio de dos enormes ataúdes, estoy arta de esto, no tengo idea qué es lo que sucede esta vez.
A lo lejos veo a mi abuela, que está conversando con... ¿La madre de Alex? ¿Que hace ella aquí? Camino decidida hacia ellas, cuando notó que alguien viene hacia mí; es el padre de Alex, quizá el me pueda explicar qué es lo que está pasando, me quedo plasmada al ver como pasa junto a mí y ni siquiera me nota, va con lágrimas en los ojos directo hacía un ataúd, comienza a golpearlo fuertemente, una y otra y otra vez, hasta que llegan dos personas a detenerlo, su esposa lo mira desanimada, con cierta pena en los ojos.
¿Que es lo que está sucediendo? Esta vez soy yo la que rompe en llanto.—¡Necesito una maldita explicación!.—Grito, reclamando por que alguien me escuche.
—¡Maldicion es que nadie me escucha!.— Gritó esta vez más fuerte y desesperadamente, al ver que nadie nota mi presencia, la impotencia me derrumba y caigo de rodillas sobre la alfombra de mi sala, mientras que el padre de Alex, una vez mas sigue golpeando el ataúd, 1...2...3...
Tres golpes secos me despiertan.
No, no, NOOO! Otra vez no, esto está comenzando a salirse de control, otra vez el mismo sueño, otra vez la misma sensación.
Abro los ojos sobresaltada y hecho un vistazo a mi alrededor, mi respiración es muy rápida siento que el corazón se me saldrá del pecho, poco a poco recuerdo dónde estoy, odio está conmoción que siento continuamente al despertar, pareciera que está maldita casa tiene algo contra mi.Y una vez más esos intolerables golpes vuelven a sonar, y un terrible dolor de cabeza se hace presente dándome la bienvenida al mundo real.
Mientras masajeo mis sienes en un intento por aliviar un poco el dolor como mi madre me enseñó, otra tanda de golpes impactan sobre la madera de la puerta, esta vez más fuerte. Me levanto torpemente y voy hacia ella.
—¿Emily, te encuentras bien?.— Pregunta Spencer con cara de preocupación.
—¿Si? ¿Porque?.— Arrugó el entrecejo.
—¿Segura? Te noto un poco pálida.—Volteo a mirarme en el espejo que tengo junto a la puerta.
—Ah no es nada, sólo me duele un poco la cabeza, ¿Necesitas algo?.— Pregunto cortésmente invitándola a dejarme en paz.
—Oh no, no te preocupes solo quería asegurarme que no habías olvidado que hoy saldríamos a dar una vuelta.
—Oh claro... que no se me había olvidado.— Finjo una enorme sonrisa, pero mierdaaaaa obvio que ya no me acordaba Spencer.
—Okay, alístate, nos vamos en 1hr, ¿Pero, segura que estás bien?
—Estoy bien, seguro que fue por la siesta que tome, sabes no estoy acostumbrada a dormir por la tarde, pero me parece perfecto que salgamos, en una hora estaré lista.— Una vez que Spencer sale del cuarto me tiro sobre la cama y decido llamarle a mi madre, no contesta pero decido solo dejar un mensaje y no alterarme esta vez, probablemente esté dormida o este con Alex, o esté dormida con Alex, o que se yo.
***
Hoy fue un día espectacular, Spencer me levanto de mi pequeña siesta para salir a dar una vuelta, toda la tarde estuvimos fuera, caminamos por Central Park y comimos un gran Hot-dog, fuimos de compras y parece que las dos tenemos ropa para todo un año, ¡fue genial!
Es casi la hora de la cena cuando llegamos a casa, notó que el carro de mi padre está aparcado frente a la entrada, y eso me alegra.
—¡Oh no!.— Dice Spencer con tono de preocupación.
—¿Que sucede Spens?.— Pregunto confundida pues hace unos minutos todo era risa y diversión, lo pienso unos segundos, seguro que Spencer tiene miedo que mi padre vea todo lo que hemos comprado ya que a él solo le hemos traído una corbata, muy mona por cierto, yo la escogí.
—Es muy raro que tu padre se encuentre tan temprano en casa, y más aun en verano, ya que es cuando más trabajo tiene.
—Tranquila si es por las compras puedo decirle que todo estaba de rebaja.— Trató de bromear un poco con ella, ya que se ve algo tensa.
—Jajajaja, Ay, Emmy.— Rie con tono de angustia.
—Bueno, ahí vamos.— Le digo a una Spencer desconcertada y ambas bajamos del auto.
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Mi Deseo Eres Tu.
Teen FictionEmily no conoce el amor, pues desde pequeña vivió la separación de sus padres y no obstante con eso su padre se muda del país dejando atrás su vida como familia. Unas vacaciones decide visitarlo sin saber que un accidente provocará que se quede al...