Mi Deseo Eres Tu.

¡Resiste, mama, resiste!

15.
Un fuerte ruido me hace pegar un brinco. Abro los ojos rápidamente y mi vista tarda un poco en enfocar, veo muchas luces borrosas frente a mi y cuando al fin logro distinguir algo veo a gente corriendo de un lado para el otro, no entiendo qué pasa y mucho menos se en que  momento me he quedado dormida, mi padre y Spencer están parados justo frente a las puertas que llevan al cuarto en el que se encuentra mi madre, lucen muy preocupados y papá tiene las mejillas irritadas, al parecer acaba de llorar, me paro rápidamente, lo cual me produce un fuerte mareo y esto hace que deba sostenerme de una silla, inhaló, exhaló y segundos después me recupero, por un momento pienso en cientos de posibles padecimientos que sean los causantes de mi mareo, cinco segundos después me sereno y pienso que quizá solo sea por la deficiente alimentación que he llevado en estos días.

Cuando logro recuperarme del mareo me acerco hacia ellos para saber si hay noticias de mi madre, al verme mi padre rápidamente camina hacia mi sin dejarme siquiera llegar a ellos.

—¿Que esta pasando?.— Preguntó desconcertada, cuando de pronto vuelven a abrirse las puertas y sale un doctor diferente al que atendió a Alex, Spencer habla con él y sonríe, supongo son buenas noticias, eso me relaja demasiado y exhalo todo el aire que no sabía que tenía contenido.

Corro hacia Spencer —¿Que pasa, que fue lo que te dijo, que acaba de suceder?

—Emily relájate, estas sumamente nerviosa.— me dispongo a protestar pero Spencer no me lo permite.— Escúchame, antes de decir nada primero déjame hablar por favor.— La miro extrañada, pues en tan poco tiempo veo que me conoce perfectamente.— El doctor que salió es el jefe de cirugía y nos comentó...— voltea a ver a mi padre como pidiendo su aprobación para continuar.— bueno..., que los órganos de tu madre se encuentran muy afectados y su corazón está haciendo un esfuerzo mayor al debido, en las últimas horas han estado suministrándole medicamentos para mejorar su estado actual y algunos otros para regresarle un poco de vitalidad a sus órganos y con suerte puedan ingresarla a cirugía mañana por la mañana, pero es de vital importancia ver cómo sobrelleva esta noche.

—¡Mierda!.— es lo único que me viene a la mente.

***

Dos horas llorando, tres idas al baño y seis horas de angustia después, vuelve a suceder toda la movilización como horas antes, las manos comienzan a sudarme y sin notarlo me encuentro rezando para que todo este alboroto no sea por mi madre.

Pasan corriendo frente a mí varias enfermeras y uno que otro doctor ninguno conocido por suerte, llevan con ellos un desfibrilador y eso me pone en alerta, volteo repetidas veces en busca de mi padre o Spencer, pero por ningún lado los veo.

—¿Que mierda? «en que momento se volvieron a desaparecer»
Rápidamente me paro y trató de asomarme por las pequeñas ventanillas que tienen las puertas, pero al no lograr ver absolutamente nada decidida abro una puerta e ingreso dentro de ella.
¡Sorpresa, todo esto es por mamá!
Me quedó inmóvil parada frente a su habitación, quiero correr hacia ella, gritar, hacer algo pero simplemente no puedo, mi cuerpo no reacciona.
El desfibrilador toca su pecho en repetidas ocasiones y su pequeño y frágil cuerpo salta de la cama una y otra vez con cada descarga que recibe de este. Está inmóvil, parece no sentir nada de lo que le hacen.

De un momento a otro la voz regresa a mi de golpe.— ¡MAAMAA!.— mi voz estalla y corro hacia la cama donde se encuentra postrada.— ¡MAMA, POR FAVOR!.— la abrazo y no quiero soltarla nunca, alguien que se encuentra detrás de mi me sujeta y trata de tirar de mi hombro con delicadeza, pero no lo consigue.

—¡Alguien por favor, saque a esta niña de aquí! ¡Pronto!.— grita desesperado un doctor. Se que no debo estar aquí y mucho menos casi sobre ella pero se que me necesita, yo la necesito.