Ezra
Coloco los últimos vasos en su lugar y echo un vistazo general al lugar, pensando qué me queda por hacer. Debería estar nervioso, lo sé, al fin y al cabo hoy es la inauguración del local y ha llevado tanto tiempo y tanto trabajo... sin embargo, nada me preocupa en estos momentos pues algo en mi interior me dice que todo va a ir bien.
En ese instante ella entra por la puerta, me dedica una cálida sonrisa y se dirige a la zona de lectura del fondo con una caja en su regazo. Tranquilamente comienza a sacar libros de diferentes temáticas y se toma su tiempo, antes de distribuirlos por la estantería.
No puedo apartar la vista de ella, es hipnotizante observar el movimiento de su cuerpo, el balanceo de sus caderas mientras desplaza el peso de una pierna a otra, el delicado gesto de sus manos al dejar los libros en su lugar. Está tan concentrada en su tarea, ajena al resto del mundo que he de contenerme para no acercarme y besarla ahora mismo. "Aún tienes muchas cosas que hacer, amigo. Deja lo que estás pensando para otro momento" me digo.
Nada queda ya de la chica que yo conocí, esa que huía de una mirada y que se negaba a hablar de sí misma. En estos años se ha hecho más fuerte, más decidida y su talento ha crecido tanto que no podría estar más orgulloso de ella.
La oigo tararear y levanto de nuevo la vista, pasea entre las mesas, corrigiendo la posición de las sillas y moviendo los servilleteros. Todo el mobiliario del local ha sido restaurado por ella y el resultado es increíble. Me extraña que en toda la ciudad haya un lugar con más personalidad que este. Ha dejado su esencia en cada rincón de este local.
—¿No sabes a qué hora llega Luc? No podemos abrir sin él, es parte de esto —pregunta preocupada mientras observa el exterior a través de una de las ventanas.
—Tranquila, llegará a tiempo.
Sé que Luc se está aprovechando de saberse parte importante del asunto, para llegar tarde. Es su golpe de efecto, la forma de hacerse notar.
Alma se acerca a mí y su sonrisa lo ilumina todo, incluido mi corazón.
—Creo que subiré a cambiarme ya. Yo sí sé estar en mi lugar a tiempo —responde y algo me dice que Luc tendrá que aguantar un rapapolvo por su parte más tarde.
Deposita un suave beso sobre mis labios y yo decido no desperdiciar la oportunidad. La atraigo hacia mí de nuevo.
—No tan deprisa. Luego te acapararán todos y seguro que no podré ni acercarme a ti.
Demoro el beso durante unos minutos y cuando por fin la suelto, pienso, como tantas otras veces, que nunca me cansaré de besarla. Ella sale por la puerta lateral dispuesta a subir a nuestra casa, que se encuentra en el piso superior.
Fue una suerte cuando nos enteramos de que esta propiedad se ponía a la venta. Al igual que la casa de mi madre, es una de las pocas construcciones originales que quedan en el paseo de la playa y el hecho de que estuviera en tan mal estado, ayudó a pactar un buen precio por ella.
Y aquí estoy ahora, compartiendo mi vida con la chica más maravillosa del mundo, dedicado a algo que me llena plenamente y rodeado de la gente que me importa. No sé cuánto durará todo esto, pero tengo claro que voy a aprovechar cada segundo.
Me sobresalto al oír la puerta principal y me relajo al ver entrar a un Luc más sonriente de lo normal.
—¡Amigo! —Se acerca y me da un fuerte abrazo—. Lo hemos conseguido. Llegó el día. Oye, las últimas esculturas que has puesto en el jardín son increíbles, deberíamos pensar en poner alguna a la venta, pues estoy seguro que cuando la gente esté sentada en la terraza, tomando algo y admirando tu arte, desearán tener una.
No puedo evitar reírme.
—No tan rápido, eso ya lo pensaremos más adelante. Primero hemos decidido organizar varias exposiciones para dar a conocer a artistas noveles de la zona, así que cada cosa a su tiempo.
—Sí, claro. Lo dejo en vuestras manos. ¿Y donde está Alma? Después de recibir diez mensajes de su parte, pensaba que me estaría esperando en la puerta con una escopeta.
No anda tan desencaminado.
—Ha subido a cambiarse, pero no te preocupes que en cuanto baje, tendrás que oírla ¡y con razón! —Miro la hora calculando el tiempo que nos queda—. Debería salir a ver si el servicio de catering está preparado.
Luc me hace un gesto con la mano.
—Ya me he ocupado yo y está todo en orden. En cuanto vuelva Alma, podremos salir a saludar a la gente.
Unos minutos después, ella reaparece. Lleva un bonito vestido azul, obra de Oli, por supuesto. En contra de todo pronóstico, abraza a Luc con emoción y se ahorra los reproches que tenía preparados.
—¿Hay gente? —pregunta nerviosa.
Luc se acerca a una de las ventanas.
—Tanta que el jardín se va a quedar pequeño. Creo que deberíamos tener menos familia y amigos.
Nos reímos y acto seguido nos miramos los tres sin saber muy bien que hacer.
—Antes de salir —comienzo—, Luc quiero darte las gracias, por formar parte de esto, por ayudarnos a convertir un proyecto en una realidad. Y... Alma, eres la mejor compañera que se puede tener, no aspiro a más en este viaje, que poder disfrutar de tu compañía y vivir cada segundo a tu lado. Te quiero.
Ella se acerca y me besa.
—Yo también te quiero —responde contra mis labios.
Oímos a Luc resoplar y nos separamos.
—Venga, ya está bien. No hace falta que restreguéis vuestro amor a los demás de esa manera. Resulta demasiado empalagoso —protesta con fingido enfado—. La gente nos espera. ¿Preparados?
Ambos asentimos y Luc abre la puerta.
FIN
Bueno, este sí que es el final de la historia.
¿Os ha gustado?
Espero que sí, me pareció bonito que el epílogo fuera narrado por Ezra, que al menos durante unas líneas veamos las cosas desde sus ojos. Saber lo que piensa cuando ve a Alma...
No quiero ser pesada y repetirme con lo que ya dije el capítulo anterior. Estoy contenta por haber terminado esta historia y sé que me costará desprenderme de estos personajes, que al menos una temporada aún me acompañarán...
Mil gracias por dedicar tiempo a mi historia y si os animáis a echar un vistazo a mis otras historias, estaré encantada de veros pasar por ellas.
Besitossss
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La vida vuelve
Teen FictionAlma es una chica de 19 encerrada en sí misma. Llega a una pequeña ciudad costera para empezar en la escuela superior de arte, aunque a cambio tendrá que vivir con un padre al que apenas conoce. Por azar o por destino, el primer día coincide con Ezr...