Capitulo 9

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Oyó el gong.

Salio de la ducha y cubrió su cuerpo desnudo con una toalla. Palmeo el cuerpo, siempre le pasaba igual, cuando tomaba un baño, el agua lograba relajar y sedar todos sus pensamientos.

Por un segundo se detuvo a pensar en si mismo. ¿Por que estaba allí? ¿Se había vuelto loco?

Sacudió la cabeza. No podia detenerse a pensar.No queria pensar.¡ Era tan delicioso haberse casado, tener por marido aunque sea de mentiras a un hombre como Kim hyun joong...! Poder vivir en Corea sin temores...

Cambio la toalla por una bata. La ato a la cintura.Su cuerpo desnudo bajo aquella bata suave, El cual habia causado la locura de Kyu jong, él jamas pensaba en sus encantos y de esos tenia multiples...

Salió descalzo y empezó, con cierto apresuramiento a sacar la ropa del armario, la que momentos antes había colocado allí. Todo un equipo principesco, digno del esposo de una personalidad como la de Hyun joong. ¿Por que no podía ser él el esposo efectivo de Hyunnie?¿Porque la vida le ponía estas jugarretas?

Precipitadamente, como si pretendiera ahogar las mudas e íntimas interrogantes, buscó ropa en el armario. Todas se las regalo Hyun joong...¿Era decente haber aceptado? ¿Lo era? Él jamás aceptó nada de un hombre, pero Hyun joong...Tenía algo, sí; algo que inspiraba confianza.Hyun joong era diferente a todo y a todos. Y además... era su marido. El día que dejara de serlo... se lo entregaría todo, la sortija que lucía en su dedo, el aro de oro... y ...la vida toda, pues presentía que iba a dejar allí lo mejor y más preciado de su juventud.

Oyó pasos y se apretó más la bata.

La puerta se abrió y Hyun joong apareció en el umbral.

-¿No bajas? La abuela, mas serena, mas comprensiva... Se detuvo. Sus ojos, grises resbalaron por el cuerpo de Saeng.

Saeng sintió calor en su rostro y un parpadeo súbito y prolongado en sus ojos...Sintió como si Hyun le quitara la bata y lo viera así.

-Ya...- le dio la espalda- Ya voy...

Hyun no se movió. Seguía allí, firme, silencioso, con los parpados un poco entornados, midiendo cada dimensión de su esbelto cuerpo.

Atudidisimo, Saeng susurro:

-Vete... Ya bajo.

Hyun no se movió tampoco.

-Termino enseguida.

Hyun avanzó. Despacio, como si midiera sus pasos, como si tuviera miedo de llegar demasiado pronto a su lado , como si temiera tocarlo y no pudiera pasar sin hacerlo...

-Saengie... Vas a turbarme.

-Vete.

-Esta intimidad junto a ti... es peor que una penitencia.

-Hemos..- retorcía las manos, sujetando la bata doblada en su cuerpo- Hemos ... firmado un pacto.

-Si

-Vete.

-Si.

Pero no se movía. De súbito sus dedos le sujetaron el brazo.Inclinó la cabeza hacia la garganta de Saeng. Todo el perfume. Toda la vida joven de Young saeng, toda su debilidad, le hirió de cerca.

Destruyeme despuésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora