Capítulo 6:

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¡Despierten! -Grita Alessandro mientras entra a la habitación.

Me levanto desesperado y caigo en la cama de abajo, encima de Elio. La ventana de mi habitación se abre y una ráfaga de viento me empuja, quedando en el suelo.

De vuelta a la rutina... -Suspira Elio.

Alístense, empezaremos a entrenar. -Dice Alessandro.

Los domingos son llamados ''días de descanso'', no ''días de levantarse temprano a entrenar''. -Digo a Alessandro con sarcasmo.

Aún sigo en el suelo, sentado, no tengo energías para nada. Solo necesito seguir durmiendo.

¿Qué esperas? Alístate. -Me dice Elio.

Los espero en el patio. -Dice Alessandro.

Me levanto, voy al baño, me cepillo los dientes y me visto con ropa deportiva.

Voy al patio y ahí está Alessandro esperándonos a Elio y a mí.

Elio está vistiéndose. -Digo.

Ok. -Responde Alessandro.

Alessandro está muy enfadado por el problema del huracán. Por una parte siento que todo fue mi culpa pero, sé que no lo fue. Elio fue quien decidió embriagarse anoche, de todas formas Alessandro nos la cobra a los dos, ha estado enfadado conmigo y con Elio.

A ver tú brazo. -Dice Alessandro mientras saluda a mi madre que pasa a la puerta del patio.

Pongo mi brazo en su mano y Alessandro mira la cicatriz que me dejo el brazalete.

¿Cambio de forma? -Pregunta.

Si, antes no tenía una forma en sí, era una extraña quemadura, ahora es una llama. -Respondo.

Qué raro... -Dice Alessandro mientras se va del patio a dentro de la casa.

Luego de que Alessandro entra a la casa, Elio sale al patio, se dio una ducha.

No aguantaba el olor a alcohol. -Dice Elio.- Así que... ¿Quién quieres que te entrene?

¿No me entrenaran los dos? -Pregunto.

He acordado con Alessandro en el viaje a Venezuela que uno de los dos te entrenara, quien tú decidas... Claro. -Dice Elio.

Ah... No tenía idea de eso, pensé que los dos me entrenarían. -Digo.

Bueno... En realidad, los dos te entrenaremos pero alguien te ayudara físicamente y otro mentalmente, claro, la parte física es lo más divertido, y tienes que elegirme a mí. -Dice Elio arrogante.

Está bien, Señor Arrogante. -Digo.

Elio me mira de reojo. -Jajá, muy divertido tú. -Dice.

Alessandro llega al patio con un cuaderno.

No hay nada sobre tu cicatriz... Solo escribo cosas que le pasan a Elio con su piedra y claro, las que me pasaron a mí. Supongo que es algo que pasa con la piedra del fuego. -Dice Alessandro. -Tal vez en el internet podamos encontrar algo pero no es muy probable que encontremos algún tipo de información.

¿Tienes una cicatriz? -Pregunta Elio.

Sí. -Respondo y le enseño mi brazo.

También tengo una pero es muy diferente. -Dice Elio mientras me enseña su abdomen. En el lado derecho tiene una cicatriz en forma de espiral, no es una cicatriz por quemadura, es por cortada. -Antes era solo una pequeña línea que quedo luego de que me operaran del apéndice pero un día la cicatriz se convirtió en un par de nubes, veía las nubes en todos lados, como si alucinara, luego empecé a sentir un movimiento en mi abdomen y la línea paso a ser el par de nubes. -Dice Elio.

El Elemento (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora