Capítulo 8:

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Hay momentos en los que no puedo diferenciar las pesadillas con la realidad y este sueño fue la muestra exacta. Elio se veía muy asustado corriendo entre la multitud que iba en contra de el por la acera. El corría muy rápido huía de un auto que iba más rápido que el por la calle, no había ningún callejón por donde Elio pudiera entrar, tampoco había ningún lugar abierto sin poder acorralarse por donde el pudiera escabullirse. Elio logra adelantarse un poco al auto y pasa a la carretera ya que la acera se acaba. El auto con intenciones de atropellarlo acelera y justo cuando el auto llega a Elio el utiliza el aire para saltar a una distancia muy alta, la gente muy sorprendida toma fotos del chico, algunos hasta pudieron grabar un video. Elio salta por los edificios utilizando su poder pero la chica rubia que conducía el auto sale de el con un arma y dispara hacia Elio, lo último que puedo ver es a mi corriendo hasta el auto y ver el cuerpo de Elio caer del cielo.

Elio aún está durmiendo o eso creo, ya que se mueve mucho, me levanto con cuidado y voy al baño para alistarme e ir al trabajo, este fin de semana no he hablado con Sabrina ni por mensajes de texto. He estado tan ocupado con la gema que no he podido pensar en ella, solo puedo pensar en las pesadillas y en la adrenalina que corría por mi cuerpo cuando fui a aquel volcán, aun sin haber hecho nada fue muy emocionante y quiero seguir con esto. Ahora que pienso en ella solo tengo ganas de ir a mi trabajo y relajarme un poco, teniendo en conciencia que cuando llegue a la casa tendré que entrenar.

Me doy una ducha muy larga, ya que me sobra tiempo porque me he levantado muy temprano, me alisto y aún tengo 30 minutos, no tengo por qué preocuparme. Me siento en el sofá de la sala a esperar al taxi que acabo de llamar, me pongo a pensar un poco en Sabrina, ¿Qué habrá hecho el fin de semana? ¿Me extrañará?

Me estoy acostumbrando un poco al horario de Venezuela. –Dice Elio quien llega cansado porque acaba de levantarse.

Lo noto. –Digo.

¿Qué es eso? –Pregunta Elio, susurrando y señala a la silueta de una persona detrás de la ventana, es imposible distinguirla ya que la cortina beige que la cubre tapa por completo sus rasgos, solo puedo notar que la persona tiene un cuerpo alto, fornido y musculoso.

Elio se queda paralizado por completo y yo me dirijo a la puerta a ver por mirilla quien está detrás de la ventana que está al lado. Llego a la mirilla y no logro ver nada, por esto intento abrir la puerta pero Elio se reúsa.

¿Estás loco? –Pregunta Elio– ¿Qué harías si fuera alguien que intenta asesinarnos?

No lo sé, no creo que alguien quiera asesinarnos a esta hora de la mañana. –Respondo- A demás, el taxi está por llegar y no dejare de ir al trabajo solo porque un psicópata este detrás de mi ventana.

Salgo de la casa y veo al señor, no estaba mirando por la ventana, está esperando a algo o alguien, tiene una gorra y unos lentes, no puedo distinguir muy bien su rostro.

¿Se le perdió algo, señor? –Pregunto.

No. –Responde el señor, pero al oír su voz me doy cuenta de que es Alessandro.

¿Que querías hacer, asustarnos? –Le pregunto y me rio.

No, solo quería saber que tan valiente eras y no te das cuenta de que hay gente persiguiéndolos… -Dice Alessandro pero lo interrumpo cuando llega el taxi.

¡Hasta la tarde! –Exclamo mientras corro hacia el taxi.

Cuando llego al trabajo a la primera persona que veo es a Andrés, tengo mucho tiempo que no hablo con él, desde la noche de Bongo’s Bar.

¡Hey, Andrés! –Exclamo- ¿Cómo has estado?

Bien, muy bien. –Responde- ¿Y tú?

Genial. –Respondo.

El Elemento (PAUSADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora