Veinte minutos después hecho una rápida mirada a Harry. Tiene la cabeza apoyada en la ventanilla, las piernas dobladas encima del asiento y usa las manos como almohada, tiene la boca entre abierta y algunos rizos le caen por la cara. Me vuelvo a concentrar en la carretera, mientras que su suave respiración me tranquiliza.
No mucho después llegamos a mi casa. Aparco el coche en el garaje y miro a Harry, siento de nuevo esa punzada en el corazón, se le ve muy cansado; pero hace muchos años deje de sentir con el corazón y no lo voy a volver a hacer por alguien que acabo de conocer.
-Tu. -Mi voz retumba en las paredes del coches y él abre los ojos de golpe.- Hemos llegado, vamos baja. -Le ordeno sin remordimiento, sintiendo como cada vez mi corazón se hace más pequeño.
-La próxima vez no me despiertes con tanta alegría, por favor. -Dice irónico y adormilado.
Le miro y niego con la cabeza antes de salir del coche. Él me imita. Se me hace imposible ir de tipo duro con el. Sonrió.
-Ya estas sonriendo de nuevo sin ningún motivo... -Dice mientras caminamos hacia la casa.
-Mira listillo, si no quieres dormir en la calle esta noche sera mejor que cierres tu jodida boca. -Y ahí estoy de nuevo, siendo yo mismo. Cosa que no he hecho desde que se monto en el coche.
Se calla inmediatamente y me sigue dentro de la casa. Lo llevo hasta mi habitación.
-Es bonita. -Dice él con voz de cansado.
-Me alegro que te guste porque vas a dormir aquí. -Me dirijo hasta el mueble que esta al lado de la puerta del lavabo. Es alto, me llega más o menos por el pecho y es de color blanco.
Abro el primer cajón y saco un par de camisetas y dos pantalones cortos. Le lanzo un conjunto a Harry, que los coge patosamente.
-¿Donde duermes tu? -Pregunta mientras se quita los pantalones.
Le observo, de nuevo. Sus piernas están sin depilar, pero su bello casi ni se nota, se le marcan los músculos y están perfectamente equilibradas.- Dormiré en el sofá. -Respondo finalmente.
-No.- Niega él muy seguro. -Yo dormiré en el sofá, es tu casa, no me conoces de nada y encima me acoges por compromiso, no puedo dejarte dormir en el sofá. -Dice poniéndose la camiseta.
-No puedes dormir en el sofá.- Entro en el lavabo y me cepillo los dientes.
-¿Porqué? -Vuelve a preguntar.
-Porque no, los chicos te verán... -Digo con el cepillo en la boca.
-¿Que chicos?.-
-Mis chicos.- Escupo la pasta y me lavo la boca.
-No voy a dejar que duermas en el sofá....- Se queda callado esperando a que le diga mi nombre.
-Louis. -Digo secándome la boca.
-Pues no voy a dejar que duermas en el sofá, Louis. -Repite de nuevo.
-Suspiro.- Dormiremos juntos. -Le miro.- Si quieres claro.. -Digo tímido. No entiendo porque pero me da vergüenza.
Me mira perplejo y asiente tímido.- Vale. ¿Cual es tu lado?- Pregunta con una deslumbrante sonrisa en la cara.
-El derecho. -Digo seco, cortando el royo. Y río.
-Bien.- Se mete en la cama y yo le imito. Me da la espalda y yo se la doy a él.
-Buenas noches.- Digo con la voz adormilada y apago la luz.
-Hasta mañana.- Dice él con su voz ronca.
Cuando despierto siento la presión de algo sobre mis piernas, con pereza levanto las sabanas y veo como la pierna de Harry esta sobre ellas, su torso esta pegado a mi espalda y su respiración choca contra mi nuca. Respiro tranquilo, disfrutando de la calma que él me produce. Con cuidado me giro y le observo mientras duerme. Los rizos le caen de nuevo por la cara, su boca forma una perfecta linea recta y sus largas pestañas descansan sobre sus pómulos. Ha vuelto a poner la pierna por encima de mi, esta vez más arriba, a la altura de la cintura. Al momento reacciono y me levanto con cuidado. Él parece no inmutarse y sigue durmiendo.
Me paso la mano por el pelo y me voy a la cocina, donde las voces de mis chicos ya se hacen notarias.
-Buenos días. -Abro la nevera y saco el zumo de manzana.
-¿Como se llama la de hoy, Louis? -Dice Liam.
-¿De que hablas, capullo? -Digo malhumorado.
-Ey, hermano, relaja... Solo hablaba de la chica que hay en tu cama. -Me roba el zumo de las manos y bebe a morro.
-Eh... Esto, ella, eh... -No sé que decir, estoy totalmente bloqueado, y de pronto escucho que alguien dice mi nombre. Es Harry. -Ah... Ahora vengo. -Salgo casi corriendo de la cocina y entro en mi habitación.
-¿Que pasa? -Él me mira desde la cama. Esta sentado, con las piernas encogidas y pegadas al pecho, nada más me ve sus músculos se relajan y esboza una sonrisa.
-Nada.- Dice avergonzado.
-Vamos, Harry. Vístete, iremos a desayunar.
-¿Me puedo duchar? -Se levanta de la cama y se estira, pasando sus musculados brazos por encima de la cabeza.
-Claro. Toda la ropa que necesitas la tienes en esos cajones. Coge lo que quieras. Cuando estés listo sal, te espero en el comedor. -Sin decir nada más me doy media vuelta y salgo de la habitación.
-¿Y bien? -Pegunta Liam de nuevo.
-¿Y bien, qué? -Digo yo intentando evitar la pregunta.
-¿Qué cómo se llama? -Levanta la voz y pone los ojos en blanco.
-Se llama Harry. -Balbuceo su nombre mientras busco algo de comer, que obviamente no me voy a comer, en la nevera.
-¿Cómo? -Dice Zayn divertido.
-Harry, joder, Harry. -Alzo la voz y al momento me arrepiento.
-Pero eso es nombre de tío. -Dice Niall con la boca llena.
-Muy inteligente mi querido Horan. -Digo con sarcasmo.
Los tres me miran expectantes, sorprendidos e incluso asustados.
-Louis. -Su voz ronca y tímida resuena contra mi nuca. Me giro y le sonrió.
-¿Ya estás listo? -Él asiente.
Le observo. Lleva una gorra puesta con la visera hacia atrás, algunos rizos mojados se escapan de ella pegándose a su cara. Se ha puesto los mismos pantalones y los mismos botines que ayer, pero se ha cambiado la camiseta, se ha puesto una mía de béisbol básica blanca, es de media manga y tiene estas rojas. Le va pequeña, ya que es unos centímetros más alto que yo, y se ajusta totalmente a su cuerpo remarcando los músculos de sus brazos y del abdomen, difuminando sus tatuajes. No se cuanto tiempo llevo perdido en la perfección de Harry cuando uno de mis chicos carraspea su garganta.
-Eh... Nos vemos luego, bro. -Dice Liam dándome una palmadita en el hombro y desaparece. Niall y Zayn hacen lo mismo, Harry les dedica una sonrisa tímida y luego me mira esperando a que diga algo.
-Vamos. -Es lo único que se me ocurre decir. Cojo las llaves del coche y el móvil y salimos de la casa.
Enciendo la radio y hago a las ruedas girar hacia taras, salgo del garaje y me posiciono en la calle. La música resuena en mi oídos y el viento mueve mi pelo. Miro a Harry, él tararea tranquilamente la canción, tiene el brazo apoyado en la ventanilla y mueve la mano haciendo que el viento pase entre sus dedos. Al tener flexionado el brazo la manga de la camiseta se ajusta más a su brazo marcando más sus músculos.
-Me gusta esta camiseta. -Dice estirándola.
-A mi también. Es mi favorita. -Sonrió y bajo el volumen de la música.
-Oh vaya... Lo siento. -Se muerde el labio y me mira intrigado.
-No pasa nada. A ti te queda mejor. -Digo con aire despreocupado, él sonríe y sin permiso vuelve a subir el volumen de la música.