Capítulo 1.

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-¡No me jodas Riber! -Grito enfurecido. Golpeando cualquier objeto que esta a mi alcance.

-Vamos colega, relájate. -Dice el tipo que tengo delante. Sus ojos irradian miedo y cada gota de sudor que cae de su frente suplica a gritos que le perdone la vida.

-¿Que me relaje, hijo de puta? -Le fulmino con la mirada deseando que así este cabrón muera y no tenga que apretar el gatillo.

-Joder, Louis... Hice todo lo posible para que la poli no me siguiera... -Le corto al momento que comienza a nombrar una sarta de excusas, las cuales no tengo ganas, ni tiempo de escuchar.

¿Pero tu quien coño te has creído que soy, gilipollas? -Digo haciendo un gesto amenazante con la cabeza.- Si no llega a ser por Malik la policía hubiera llegado hasta la puerta de la jodida casa, y todo, ¿por la culpa de quien?. -Él se queda callado. Su silencio me ensordece haciendo que mi sistema nervioso reaccione. Saco la pistola que llevo guardada en la cintura de el pantalón y la coloco justo en la sien del tipo que me mira suplicando clemencia.- Todo por tu jodida culpa, hijo de puta. -Sin pensarlo dos veces aprieto con fuerza el gatillo, haciendo que un estruendoso sonido salga de la pistola y que el tipo caiga desplumado.

Miro el cuerpo de Riber, tendido en el suelo sobre un gran charco de sangre roja, niego con la cabeza con rabia, y el odio corre por mis venas. Salgo de la sala dejando la puerta abierta, y aviso a dos de mis chicos para que recojan el cuerpo y se deshagan de él.

-¡Me voy! -Le grito a la nada.

Salgo de la casa sin esperar respuesta alguna y me subo en mi BMW E30 de color negro. Meto la llave en la ranura y con un sutil toque de muñeca hago que el motor ruja. Piso el acelerador y las ruedas se deslizan por el asfalto. Son casi las once de la noche, Doncaster esta completamente oscuro y apenas pasan más de dos coches por las carreteras. Me dirijo al lugar de siempre, esperando encontrarme la misma mierda de cada día. Pasan pocos minutos cuando a lo lejos, debajo de la tenue luz de una farola diviso a una figura haciendo autoestop. Frunzo el ceño, ¿que hace alguien a estas horas aquí, solo? Pienso para mi mismo y freno justo al lado de lo que parece ser un chico. Bajo la ventanilla del copiloto y me reclino hacia la derecha hasta verle la cara al chico. Se me hace familiar su cara pero prefiero no darle importancia. Él sonríe aliviado e inseguro.

-¿Que coño haces aquí a estas horas? -Pregunto cabreado. Él me mira pasmado, no sé si es por la pregunta, si porque he sido demasiado directo o simplemente porque no sabe que contestar. Realmente me importa una mierda solo quiero una jodida respuesta y si no me la da me largare.

-Una historia larga...-Murmura. Me da una rápida mirada y continua hablando.- ¿Me puedes llevar al hotel más cercano? -Pregunta desolado.

Y su triste voz me da una punzada en el corazón. Hasta yo mismo me sorprendo. Yo quien aprieta el gatillo de una pistola como si fuera el timbre de una casa, siento pena por alguien. Alguien a quien ni siquiera conozco. Le miro frío y me vuelvo a sentar en mi asiento.

-Sube.- Digo impaciente. Él abre la puerta y entra tímido. Tiene las piernas largas y delgadas, lleva unos botines marrones destrozados, unos pantalones negros, ajustados y con rajas en las rodillas,  una chaqueta verde militar, con pelo de oveja blanco en el cuello, y debajo de la chaqueta lleva una camiseta blanca, básica, de cuello en V. Se transparenta un poco y se puede ver que lleva un tatuaje justo a la altura de la boca del estomago.

Aparto la mirada de él rápidamente y vuelvo a hacer rodar las ruedas sobre el asfalto.

-Oye... Antes de llevarte a ningún lado pararemos a tomar algo. -Le informo. Me mira con la cabeza ladeada. Sonríe y asiente tímidamente.

-Bien. -Digo frío. Llegamos al aparcamiento de mi garito favorito y aparco en mi plaza.- Vamos. -Digo a la vez que salgo del coche, él me imita y sale con gracia.

Me fijo más en él. Es alto, tiene el pelo rizado y alborotado, y ahora que la luz le da de lleno en la cara puedo ver que tiene unos ojos grandes y verdes, su piel es tersa y no muy bronceada.

-¿Como te llamas? -Le pregunto un poco más calmado. Él respira hondo, como si llevara mucho tiempo sin respirar.

-Harry. -Dice. Sonríe tímido, me da un mirada fugaz y clava la vista en sus manos.

-Bien. Verás Harry, este no es un lugar para... -Le observo de arriba abajo, niego con la cabeza. Desentona totalmente, si no es porque va conmigo estoy seguro de que le pegarían una gran paliza.- Bueno... Para gente como tu. Así que no te separes ni un solo centímetro de mi . -Digo finalmente.

Y vuelvo a sentir la punzada en el pecho, mi instinto me dice que cuide de él.

-De acuerdo. -Asiente y noto como se relaja al instante. Sé que ahora se siente seguro conmigo y sonrío.

-¿Porqué sonríes? -Pregunta confuso, aunque divertido.

Le miro, alzo un ceja y me paso la lengua por mis labios, y contengo la risa.

-Por nada. -Digo queriendo parecer serio.- ¿Que quieres? - Le pregunto cuando llegamos a la barra.

Él observa con recelo todas las botellas que hay en la estantería. Sonríe y me mira tímido.

-Un vodzka solo. -Dice con su voz grave. Le miro perplejo y niego serio con la cabeza. Ni de coña, pienso para mi mismo.

-No. -Le respondo impasible. Alzo la mano para llamar a la camarera, ella me sonríe y indica que espere un momento. Él me mira con los ojos abiertos de par en par y junta las cejas.

-¿Porqué? -Pregunta con la voz un poco más aguda.

-Porque no pienso cargar contigo borracho durante toda la noche. -No le dejo contestar y llamo a la camarera.- ¡Deni! -Grito enfadado. Ella corre hasta donde estamos y sonríe coqueta.

-¿Lo mismo de siempre? -Pregunta devorando con la mirada al chico. Estoy seguro de que desea follárselo. Y no le quito culpa, él es guapo, atractivo y tiene algo que atrae.

No. Pon dos chupitos de tequila. -La miro con impaciencia, y ella comienza a moverse de arriba abajo. A los pocos segundos pone los chupitos, la sal y el limón en la barra. Miro a Harry, que continua con el ceño fruncido.

-Bebe. -Le ordeno. Él me mira, me examina y suspira de nuevo. Asiente con la cabeza y comienza el proceso. Se echa sal en la mano, la chupa, después coge el liquido y se lo bebe de golpe, traga y rápidamente se mete el limón en la boca. Segundos después saca la piel de el limón y la tira. Me mira y sonríe. Esta contento y sonrío yo también.

-Vamos. Es tarde. -Asiente y salimos del local.

Subimos al coche y de nuevo hago rugir el motor y hacer que las ruedas rocen el viejo asfalto. Enciendo la radio y la suave voz de Pink suena cantando Fucking perfect. Harry me mira y sonríe.

-¿Estas cansado? - Le pregunto sin despegar la mirada de la carretera.

-Un poco. La verdad, lo único que quiero hacer ahora es dormir y no levantarme en cuatro días. -Su voz suena melancólica, por el rabillo del ojo veo como esboza una triste sonrisa.

-Mierda. El hotel no tienen servicio nocturno... -Freno el coche justo delante del Hotel.

-Harry me mira horrorizado y las lagrimas se acumulan en sus ojos. Sé que le esta costando mucho no llorar.- Vamos, a mi casa y mañana buscamos algo. Ahora durme. -Digo frío, intentando mantener mi fachada de tipo duro.

-Yo... De verdad, no hace falta... -Pongo los ojos en blanco y le miro serio.

-Duérmete, Harry. No te quiero escuchar más. -Y sin dejar que me conteste arranco el coche, haciendo que vuele por las carreteras.

Another dark world. (Larry Stylinson).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora