Te protegeré siempre

CAPITULO 28 PILLADOS

Empezaron a golpear con fuerza la puerta de la habitación, Lex se incorporó de un brinco en la cama, el sol se colaba entre las cortinas

-Lucas! Lucas!- decía mientras le zarandeaba

-Mmmmm

-Despierta! Nos hemos dormido! Es de día!

-Como!!!!- Lucas se incorporó aturdido a su lado

-Chicos! Vestiros y salid ahora mismo!- gritaba Bárbara al otro lado de la puerta

Los jóvenes se vistieron en tiempo récord, salieron precipitadamente al salón mientras Lex se peinaba con la mano.

-Explicarme que es esto- dijo duramente la mucama mientras les mostraba el periódico

En una columna de la primera pagina aparecía una fotografía de Lex y Lucas besándose bajo la lluvia con el titular “ LA PRIMAVERA PARISINA VUELVEN LOCA A LA HEREDERA DE COSTA Y ASOCIADOS”

-No puede ser!!!- se lamentaba Lex cogiendo el diario

-Estáis metidos en un buen lío, tu padre va a estallar en cólera cuando vea esto

-Perdón, pero que sucede exactamente?- Lucas estaba confundido

-Mi padre es muy reservado, siempre me ha mantenido al margen de los negocios de la familia y siempre he sido un objetivo muy goloso para la prensa rosa... esto va a ser terrible...

-Terrible? Tu padre lleva media hora buscando el periódico!!!, en cuanto lo he visto lo he escondido y he venido a avisaros, el vuelo sale en 8 horas, no se como vamos a conseguir que no se entere.

-Vamos a bajar al restaurante a desayunar, Aba vé a por él

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Lex estaba tensa, se mordía el labio superior mientras movía la pierna de forma compulsiva, Lucas se estaba poniendo mas nervioso al ver como la muchacha se agitaba en su silla.

-Cariño, tranquilizate, me va a dar un infarto!

-Perdona, pero es que no puedo!!! me matará!

-Si no te mató después de “cargarte” a 13 guardaespaldas no creo que te pase nada grave

-Fueron 12, lo de Franco no fue por mi culpa.

-Buenos días chicos!- dijo su padre mientras ayudaba a sentarse a Aba en su sitio- ayer no vinisteis a cenar, todo bien?

-SI! verás...- Lex empezó a temblar- es que...

-Señor Costa, nos entretuvimos en el Louvre, le pido disculpas

-Oh, esta bien no pasa nada- decía distraído mientras ojeaba la carta- habéis pedido ya?

-No papa te estábamos esperando!

Mientras acababan de desayunar un hombre elegantemente vestido se acercó a su mesa.

-Señor Costa? Un placer volver a verle

-Lo mismo digo, le presento a Bárbara, mi asistenta, Alexia mi hija y Lucas su prometido

Lex no daba crédito a las palabras de su padre, notó como Lucas se tensaba a su lado

-Espero verle en la conferencia del mes que viene en Viena

-Yo también lo espero- dijo tendiéndole la mano.

Álvaro Costa se sentó de nuevo en su silla mientras acababa el desayuno, desvió la mirada hacia su hija que le miraba con el rostro desencajado

-Ocurre algo Alexia

-Verás papa... has presentado a Lucas como mi prometido y me preguntaba...

-No pretenderás que le presente como ha tu guardaespaldas después de besaros sin control por las calles de París mientras la prensa os fotografiaba! ignorabas que tenia Internet en el móvil?

-Papá yo....

-Ni papá ni nada!

-Álvaro, por favor no montes una escena- susurraba la mucama visiblemente preocupada

-No te metas en esto! Alexia no me esperaba esto de ti, este año acabas las clases, has pensado que pasará cuando te incorpores a la empresa?

-Ni siquiera me has dado la oportunidad de decidir que quiero hacer con mi vida- respondió Lex mirando su plato

-Se puede saber que te han metido en la cabeza?! No te reconozco, no se quien es la persona tan irresponsable que tengo delante

-Señor- intentó decir Lucas

-Tu mejor cállate, eres el responsable de todo esto.

-Basta!!!- Les interrumpió Lex mientras se levantaba con el rostro bañado en làgrimas.

-Ha donde se puede saber que vas!

-Voy a hacer las maletas

Lex se fue alejando mientras Lucas le daba alcance, en la mesa su padre les veía alejarse, Bárbara se dispuso a levantarse

-Tu también vas a hacer las maletas?

-No- dijo con rabia- voy a consolar a mi hija porque ahora mismo es como si tu madre hubiese hablado a través tuyo- cerraba los puños intentando controlar la ira- siento vergüenza Álvaro...

-Bàrbara...

-No tienes derecho a pronunciar siquiera mi nombre! No te lo mereces, no te mereces a tu hija y por supuesto no mereces que durante 20 años te haya amado incondicionalmente conformándome con ser la SIRVIENTA.

La mucama se alejó de la mesa con paso firme hacia los ascensores del hotel, Álvaro la veía en la lejanía mientras se maldecía una y otra vez por lo que acababa de suceder