«Mukami's Mother» |Diabolik Lovers|

Episode 7

Soy una idiota.

Voy de un lado a otro en la cocina, regañándome internamente de la forma que me pueda resultar más cruel. ¡¿En qué diablos estaba pensando?!

Ese es el caso, no estaba pensando. De lo contrario, no lo habría aceptado, ¿Quién diría que ahora estoy prácticamente atada a el? Mi estupidez va en picada, ¿Qué sigue ahora? ¿Nos casamos ante del tiempo requerido?

Ugh, no llegaré a eso.

Finalmente dejo de andar como enferma mental por la cocina, preparo un té para calmar mis nervios y comienzo a preguntarme si debería preparar algo de cenar para cuando lleguen los hijos de Karl. Pensar eso se siente muy raro, normalmente solo pensaba en algo así para mis niños...

No es momento de ponerse sentimental, tengo que mantenerme enfocada especialmente ahora.

Habiendo terminado mi té, escuché la puerta principal abrirse. Sacudí ligeramente la falda de mi vestido y salí a recibirlos, si estaré viviendo aquí necesito que haya un buen ambiente, y para ello tengo que empezar con conocerlos.

Cuando entré en el Hall, los seis estaban parados en el mismo lugar sin pronunciar palabra, como si estuviesen pensando que hacer a continuación.

—...Hola. —No fue lo más inteligente que pude decir, pero si lo más normal.

En ese instante me miraron, casi con indiferencia, pero con un notable interés en su mirada. Era como si ellos me veían como un misterio. Al menos si sabían que yo estaba ahí, ¿Hace cuánto no sentí algo parecido?

—Buenas noches. —Reiji fue el único en saludar, pero fue mejor que no recibir saludo alguno. — Espero que no hayas tenido ningún tipo de problema.

Depende cual sea tu definición de "Problema". Si consideras que meterme con tu padre es un problema, entonces si tuve problemas.

Por supuesto, solo lo pensé.

—Ningún problema, gracias por preguntar.

Ayato dio un paso adelante, con una expresión de enfado. ¿O esa es siempre su expresión?

—Supongo que tuviste tiempo para recordar, ¿Dónde está chichinashi? —Preguntó. Fruncí el ceño con la confusión palpable en mi rostro. Otra vez estaba hablando de eso.

—No sé de quién o de que está hablando, alte... —Las palabras se quedaron atascadas en mi garganta cuando alguien puso una mano en mi hombro, haciéndome callar al instante.

—No se merecen que los llames de esa forma querida, ahórrate las molestias. —Karl se posó delante de mí, al escuchar su voz sentí como todo el ambiente se ponía tan tenso que podría ser cortado con un cuchillo. — Ella no sabe nada.

—Tsk, ¡no me digas! Vivía en esa casa, por supuesto que sabe dónde está Yui. —Ayato levantó la voz, esta vez estaba realmente enfadado.

—La verdad yo ni siquiera se de quien están hablando, si me permiten, no tengo razones para mentir acerca de eso, ¿No? —Crucé los brazos por encima del pecho y curvé mis labios en una mueca, ¡Me acusan sin razones! Esto es inaudito.

—Solo estas defendiendo a los estúpidos adoptados... —Kanato ocultó su rostro tras su peluche, como si se tratase de una barrera contra mí.

—¡No te permitiré que hables de ellos de esa manera! —Mi tono de voz se elevó de manera considerable, estaba tan molesta que ni siquiera el que Karl estuviese ahí me cohibió, ¿Quién había criado a estos muchachos? Creo hacerme una ligera idea.

—Hana haz el favor de calmarte, evita las emociones fuertes lo más que puedas. —Dijo Karl, con cierto tono de reproche. Sentí como si me encogiera en mi lugar.