Sueños [AliciaxSombrerero]

Capítulo 2: Constante llamado

Disclaimer: Alice in Wonderland pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro.

Cápítulo 2: Constante llamado

Alicia se despertó en una habitación un poco familiar para ella. Abrió los ojos con cuidado y se asustó de haber reconocido el lugar en donde estaba así que volvió a cerrar sus ojos, con la esperanza de haber visto mal. Con los latidos de su corazón resonando en sus oídos, la muchacha trató de calmarse. Esperó un rato y se decía a sí misma en voz baja "No puede ser, no puede ser..."

Mientras susurraba esas palabras sin cesar escuchó que alguien entró en la habitación. Primero, oyó que se abría la puerta y luego, pasos se aproximaron a ella. Entonces, la persona que entró le habló. Alicia sintió que se quedaba helada cuando reconoció su voz. No podía ser. Estaba segura de que no debería estar escuchando esa voz por mucho que lo extrañara.

―Alicia, pequeña... ¿Es la pesadilla otra vez?

Quien le hablaba era Charles Kingsleigh, su padre, y Alicia se encontraba en su cuarto en Inglaterra. La joven rubia volvió a abrir los ojos. Sí, efectivamente estaba en su cuarto y su padre estaba ahí junto a ella, cómo solía hacerlo cuando era una niña y tenía pesadillas. Algo estaba mal, él no debería estar ahí. Ella tampoco. Estaba completamente desconcertada.

―Tú no puedes... no puedes... estar aquí... yo no puedo...― balbuceaba de manera terrible pero no lograba ordenar su cabeza como para decir algo coherente. Estaba al borde de un ataque de pánico. El hombre se acercó aún más a la cama y trató de calmarla, acariciándole la frente.

―Es sólo un sueño, querida Alicia. Nada de lo que está ahí es real, pequeñita.

A pesar de la dulzura en las palabras de Charles, Alicia continuaba sin salir del desconcierto. No sabía que había ocurrido. Los ojos del Sombrerero se veían tan reales hace tan sólo un momento. Todo Infratierra se veía y sentía tan real a su alrededor. No podía haber sido un sueño. Y en el caso de que sí hubiera sido un sueño, entonces... ¿Qué hacía su padre allí? Él estaba muerto.

―Pequeña... ¿Me oyes?― cuestionó el hombre, ladeando la cabeza. Charles comenzaba a preocuparse por Alicia

―No puede ser. Tú... no deberías estar aquí. Tú... tú...― Alicia no podía dejar de balbucear. Charles, sin embargo continuaba tratando de calmarla.

―Pequeña, sé que los sueños parecen reales. Pero no lo son...

Alicia lo interrumpió de repente.

― ¿Por qué me sigues llamando pequeña? ¡Yo ya soy mayor!― dijo con un tono desesperado y un poco enojado. Charles emitió una leve risa, como la que hacen los mayores cuando los niños dicen tonterías.

―Lo entiendo, yo también me sentía mayor cuando tenía ocho años.

El corazón de Alicia casi se detiene.