Sueños [AliciaxSombrerero]

Capítulo 4: Solo un sueño

Disclaimer: Alice in Wonderland pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro.

Capítulo 4: Solo un sueño

Alicia despertó asustada, pero esta vez no estaba en su habitación. La luz era tan abundante que la dejaba ciega y sintió el suelo húmedo en su espalda. Cuando por fin pudo aclarar su visión, la primera imagen que se formó era un árbol. Reconocía ese árbol, no era la primera vez que lo veía. Ella estaba tendida en un jardín. Más precisamente, ese era el jardín de Lord Ascot, cerca de la madriguera donde había caído a última vez. Alicia se puso pronto de pie, tambaleándose y luchó por no vomitar. Estaba mareada y se sentía enferma. Se miró el cuerpo y vio que tenía puesto su viejo vestido azul, aquel que había usado cuando llegó a Infratierra y que ahora no era más que retazos rotos causado por crecer y encogerse en la sala redonda. No debería tener puesta esa ropa.  

Le dio la vuelta al árbol, buscando el agujero de la madriguera del conejo, pero no había nada. La tierra en la base del árbol era tan lisa como una sábana recién planchada. Rendida, se decidió a caminar. Definitivamente, eso no era la realidad que ella recordaba. 

―Es solo un sueño― se dijo en voz alta.

Sabía que eso era un sueño, pero ahora temía no poder despertarse. Hace unos minutos estaba en Infratierra, con el Sombrerero mismo pidiéndole que se quedara. Con una herida horrible en el estómago. Tenía que encontrar la forma de salirse de ese sueño. Mientras seguía su paso por el largo jardín, la chica se palpó donde debería estar su herida. Estaba sana. Algo andaba mal. De alguna forma, llegó al final del jardín, donde se encontraba la mansión de Lord Ascot. Estaba llena de gente, con la misma fiesta de la que había partido cuando el joven Hamish le había pedido matrimonio. Todos cuchicheaban entre ellos sobre cómo la joven Kingsleigh se había atrevido a rechazar desposar a un lord. Cuando la vieron, con su ropa sucia con tierra y el cabello despeinado, el cuchicheo aumentó. Entre ellos, Alicia vio a su madre Helen, quien corrió a su encuentro.

―Alicia, querida... ¿Qué es lo que te ha sucedido?― su madre la sujetó por los hombros, mirando su descuidado estado ―. ¡Tu ropa esta hecha un desastre! ¡Y mira tu cabello!

―Vine del jardín, madre―  la cortó ella, mirando hacia todas partes, en busca de algo que pudiera romper el sueño. Todos los sueños tienen algo que nos ayuda a despertar, pero Alicia aún o lo encontraba ― ¿Qué estás haciendo aquí?

―Te estuvimos esperando toda la tarde ― le hizo saber su madre, aún mirando con desaprobación el vestido de su hija ―. No puedo creer que hayas rechazado a Hamish.

Alicia volvió a sentirse confundida otra vez, una sensación que a esta altura se cansaba de experimentar.

― ¿Estuvimos? ¿Quiénes me están esperando?

―La familia de Lord Ascot y yo― Helen hizo una pausa y luego continuó ―.Alicia, sé que vas a odiarme pero tú te casarás con Hamish. No habrá discusión sobre eso.