Confession Song ( Bambam Y Tu)

Capítulo 33

Me costó quedarme dormida. Pensaba en el sueño que tuve, aunque para mi fue una pesadilla. Cuando logré juntar mis ojos, sonó la preciada alarma. Me levanté con pesadez. Me meto a la ducha y doy el agua fría para despertar bien. Salgo con una toalla envuelta en mi cuerpo y me coloco el uniforme. Bajo a comer algo.

-Hola papá

-Hola ____

Mientras comía, tenía la mirada perdida. Miraba la mesa como si hubiera algo sorprendente o nuevo en ella.

-Buenos días- levanto la mirada y veo a Mark tallandose los ojos, aún estaba en pijama y con el cabello desordenado. Me pareció muy tierno ver a mi hermano así

-Hola hijo- papá vuelve su vista a su preciado diario, que no había ni un día donde no lo leyera

Al terminar de comer, lavo mi posillo donde había comido leche con cereal. Subo a lavarme los dientes. Sin darme cuenta me cae pasta dental en el uniforme. Miro la hora y sólo me quedaban unos minutos. Tendría que ir con el uniforme así. Cuelgo la  mochila en mi espalda y bajo rápido

-Adiós!!- salgo corriendo de la casa para tomar el autobús.

Al llegar a la escuela, voy a dejar mis cosas.

-Hola ___- bambam deja sus cosas en su puesto y yo lo miro

-Hola bambam- digo soltando un suspiro, él levanta la mirada

-Que sucede?

-Nada- hago un esfuerzo por sonreír pero el sueño vuelve a mi cabeza provocando que mis ojos se cristalicen y se haga un nudo en mi garganta

-Segura?- me mira a los ojos.

-Permiso- Ya sentía que las lágrimas saldrían así que salgo corriendo

Mi destino fue la azotea. Cierro la puerta tras mío y me siento en el suelo. Junto mis rodillas al pecho, abrazo mis piernas y escondo mi cabeza entre ellas.

En serio tenía miedo que mi sueño se hiciera realidad. Debía decirle antes que se entere por alguien más y todo acabe siendo un verdadero desastre.

Siento la puerta abrirse pero no le tomé importancia. Hasta que siento unos cálidos brazos rodearme. Levanto la cabeza y me doy cuenta que era bambam. Tenía mi mentón apoyado en su hombro y el suyo en mi hombro. Sentía su delicioso aroma a perfume masculino. Siempre se preocupó de su ropa y aspecto. Eso me gusta de él.

Las lágrimas seguían corriendo sin parar, caían en su camisa dejando mojada esa parte. Una de sus manos se encontraba en mi espalada acariciándola de forma suave y delicada, y su otra mano se encontraba en mi nuca. Luego de un rato, me aferro más a él. Mis manos estaban a sus costados, sujetando con fuerza su camisa.

-Bam...bambam- digo una vez recuperándome

-Tranquila, cuando estés mejor me dices que sucede, si?- asiento con la cabeza.

Ya me estaba tranquilizando de a poco, las lágrimas ya no corrían tanto. Me separo lentamente de él.

-Estas bien pequeña?- Toma mi rostro delicadamente limpiando las lágrimas que quedaron en él con sus pulgares

-Eso creo

-Me diras que fue lo que pasó?

-Si- tomo aire- es sólo que esta noche no dormí bien- si lo se, no se lo dije, pero es que no puedo hacerlo.

-Pero eso no explica el que hayas llorado- me mira no muy convencido

-Escucha, yo....- toca el timbre interrumpiéndome