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Capítulo 5: Cómo Eros necesitaba a Ágape.

Unos meses después

—Muchas gracias señora Shirogane—dijo la castaña sonriendo mientras recibía un sobre de la mujer.

—Gracias a ti querida—la anciana le sonrió de vuelta—. Con esto ya tienes lo necesario, ¿no?

—Sí—asintió la más pequeña de los Katsuki mientras guardaba el sobre en su mochila.

—Pues espero que te lo pases muy bien en Rusia, cuídate mucho que allí hace frío.

—Sí, me cuidaré, gracias otra vez—dijo la quinceañera despidiéndose de la señora y emprendiendo el rumbo de nuevo a su casa.

A tan solo una semana de la Copa Rostelecom Akemi había conseguido reunir todo el dinero para el viaje tras meses de duro trabajo. Pasear perros, barrer la calle y quitar hierbajos en los jardines de sus vecinos habían sido algunos de los múltiples trabajos que había que tenido que cumplir para conseguir el dinero y entre eso, el colegio, y las clases de baile había acabado exhausta. Pero para ella merecía la pena, iría a Rusia, a apoyar a su hermano y a Yurio y por fin vería al rubio. La castaña llevaba meses impaciente por verlo, sobre todo desde el Skate Canada. No podía de quitarse de la cabeza la cara que tenía el ruso cuando estaba en el pódium. Tristeza y dolor, era lo único que mostraba el rubio a pesar de haber conseguido la plata. La castaña quería preguntarle el por qué, aunque en parte ya lo sabía. Lo estaban obligando a ser la prima ballerina. Y sí, era precioso. Pero no era Yurio.

Quitando esos pensamientos de su cabeza y alegrándose porque ya tenía el dinero la castaña, una vez llegó a su casa, subió corriendo a su habitación y cogió el resto del dinero que había ahorrado durante tantos meses para, automáticamente, volver a la calle.

— ¡Akemi!—la castaña se acercó corriendo a Aika que la saludaba a lo lejos y a Takeshi, que estaba al lado de la pelinegra— ¿Está todo?

— Sí—asintió enérgica—. Vamos rápido a la agencia de viajes a comprar el billete.

Los dos amigos se rieron de la desesperación de la castaña.

—Tranquila, aún no ha abierto—Takeshi apoyó su mano en el hombro de la castaña— ¿Por qué no vamos a tomar algo para celebrarlo? Yo invito.

—Está bien.

Aika y Akemi asintieron y los tres amigos se dirigieron a una cafetería a tomar unos chocolates calientes. Era el primer día de relax de la castaña desde hace meses y se sentía muy bien.

—Pues nosotras te decimos que sí era un beso—le discutían Akemi y Aika a Takeshi.

—No, seguro que era un efecto del ángulo de la cámara como lo que pasara con Plisetsky y Akemi.

—A ti lo que te pasa es que estás celoso de que todo el mundo encuentre el amor menos tú que Akemi no te hace caso—le dijo Aika al pelirrojo mientras Akemi asentía.

—No es eso, ya superé lo de Akemi—dijo el pelirrojo suspirando y mirando a otro lado algo sonrojado—. Pero es que dudo que ese supuesto beso entre Viktor y Yuri en la Copa de China fuera de verdad.

 Pero es que dudo que ese supuesto beso entre Viktor y Yuri en la Copa de China fuera de verdad

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Ágape [Yuri Plisetsky]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora