Ágape [Yuri Plisetsky]✓

[006]

Capítulo 6:  Cómo Eros admitió que necesitaba a Ágape.

Un día antes.

—No puedo creerlo—la joven de ojos castaños apoyaba la cabeza sobre sus manos completamente conmocionada. Esas niñas...

—Pues créetelo Akemi-chan—dijeron las trillizas Nishigori al unísono con una sonrisa satisfactoria.

La castaña no contestó, perdida en su subconsciente sin saber aún que pensar.

— ¿Akemi-chan?—la quinceañera se levantó de repente, aún sin decir palabra y se acercó a las tres pequeñas— ¿Qué...?

Antes de que cualquiera de las tres pudiera reaccionar, Akemi se había sentado encima de Axel aplastándola mientras agarraba a Lutz y a Loop y les tiraba de las orejas.

— ¡Os mato!—gritaba enfadada la pequeña de los Katsuki— ¿¡Cómo se os ocurre subir un vídeo mío a Youtube!?

Las Nishigori empezaron a gritar.

— ¡Sólo queríamos ayudarte!—lloriqueaba Lutz—. Tienes mucho talento.

— ¡Quítate de encima gorda!—gritó Axel haciendo que Akemi la aplastara mucho más— ¡Se nota que eres hermana de Yuri, cerda!

— ¡El vídeo ha superado los dos millones de visitas en menos de 24 horas!

La castaña abrió mucho los ojos.

— ¿¡Qué!?—las trillizas aprovecharon el shock de la castaña para escapar de ella— ¿¡Cuántas!?

—Dos millones trescientas mil quinientas ochenta y siete para ser exactas—dijo Loop orgullosa enseñándole el vídeo— ¡Eres famosa!

—No me lo puedo creer... —susurró aún conmocionada, pero rápidamente frunció el ceño— Oye, ¿pero en qué demonios me ayuda ser medio famosa en Youtube ahora?

—Fácil—las trillizas sonrieron—. El partner.

—No me digáis que...—a la castaña se le iluminaron los ojos durante un segundo pero pronto su mirada se volvió a ensombrecer—. No, un vídeo no es suficiente, además Youtube no te da el dinero así al segundo.

—Lo sabemos, por eso hemos usado el dinero del vídeo de tu hermano imitando a Viktor—dijeron Lutz y Loop al unísono.

—Tu video lo subimos por capricho y para recuperar después el dinero, así ya no nos debes nada—Axel sonrió mientras sacaba un billete de avión de su chaqueta haciendo que Akemi abriera mucho los ojos.

—No me puedo creer que tan solo tengáis 6 años—los ojos de la castaña se llenaron de lágrimas— ¡Os adoro!—exclamó abrazándolas mientras cogía el billete.