Sentí como el acortaba la distancia y me daba un suave beso en los labios.
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Mi corazón comenzó a acelerarse, las manos de Jeffrey fueron a mi cintura apretándome más a su cuerpo, yo alce mi mano para tocar su cara, sentí su barba entre cana hacer cosquillas en los alrededores de mi boca, puse mis manos en su cuello y le indique con un pequeño apretón que estaba dispuesta a ir más lejos, el beso cobro más fiereza, sentí su caricia en mis hombros y como hacia caer mi chaqueta delicadamente al suelo.
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(Las chicas de los gifs no son Rose, aclaro por las dudas♥)
Aun besándonos caminamos lentamente hasta mi habitación, Jeffrey me tumbo en la cama y mirándome con unos ojos que no expresaban un sentimiento en concreto y algo brillosos, se despojó de su camisa y me dejo ver su pecho con algunos tatuajes, tenía tantos sentimientos encontrados en ese momento, eso realmente estaba pasando, se colocó arriba mío y comenzó a besarme nuevamente, yo recorría su espalda con mis manos, rozando cada centímetro de su piel con la yema de mis dedos, su piel era suave y sus besos me estaban llevando al cielo.
Lo rodee con las piernas y el hizo que me sentara sobre el agarrando mi cintura, sentí como bajaba el cierre de mi vestido y a la mitad me miro.
-Estas segura de esto Rose? – dijo en un susurro.
Yo asentí mirándolo directamente a los ojos – No tienes una idea de lo mucho que espere este momento Jeffrey.
El sonrió y deposito un beso en mis labios, para después atacar mi cuello mientras me sacaba definitivamente mi vestido y lo arrojaba al otro lado de la habitación, yo no tenía nada bajo el vestido salvo unas bragas, él se separó de mí y miro mi cuerpo, haciendo que me sonroje un poco.
-Sos hermosa- Dijo con vos rasposa.
Me recostó en la cama, me dio un beso en los labios, o mejor dicho ataco mis labios con los suyos, por dios que bien besaba ese hombre, luego empezó a bajar por mi cuerpo depositando suaves besos a medida que bajaba, cuando llego a mis pechos, sentí su lengua en uno de mis pezones y como apretaba el otro pecho, una sensación de placer invadió mi cuerpo de una manera exquisita haciendo que me arquee para estar más cerca de él, un pequeño gemido salió de mi labios, cuando sentí como bajaba un poco más y llegaba a mis bragas, me las saco mirándome a los ojos, movió mis piernas para que su cabeza quedara en medio y sentí su lengua recorriendo toda mi entrepierna, sus movimientos eran gloriosos, mis gemidos aumentaron, mi respiración de acelero aún más cuando sentía que el orgasmo estaba llegando, él debe haberlo sentido también porque paro la maravilla que estaba haciendo con su lengua.
Ahora me tocaba a mi hacerle pasar un buen momento, me moví para quedar encima de el, y desabroche su cinturón, mirándolo, cuando baje su pantalón, el soltó un suspiro, luego de sacarle el pantalón, también baje su ropa interior, su enorme erección quedo frente a mí, haciéndome sonreír, me arrodille al costado de su cuerpo, y baje mi boca hasta su miembro, lo agarre con ambas manos y me lo metí a la boca, Jeffrey gemía mi nombre en susurros, luego de un rato me hizo levantarme y sabía lo que se venía, el saco de su pantalón un envoltorio plateado, lo abrió y se colocó el preservativo, se puso encima mío e hizo que abriera las piernas, entro muy despacio en mi haciéndome suspirar y echar mi cabeza para atrás.
Saco su miembro dejándome con las ganas y soltando un bufido de descontento.
-Que pasa nena? –Dijo en mi oído.
-Ya sabes lo que pasa-Dije yo sin casi poder hablar de la excitación.
-Vas a tener que ser más especifica.
-Por favor Jeffrey- Dije yo suplicante.
-Pídemelo- Dijo y mordió el lóbulo de mi oreja.
Podía sentir su erección tan cerca mío que no lo aguantaba, y yo estaba tan excitada que me dolía.
-Hazme el amor, por favor.
El sonrió contra la piel de mi cuello, y sentí como me penetraba de repente, haciéndome soltar un gritito, cada una de sus envestidas me hacían temblar las piernas, ese hombre era un animal, me agarro de la cintura con su miembro aun dentro de mí y se sentó en el borde de la cama, con sus manos en mi cintura hacia que yo bajara y subiera, los dos estábamos sudados y respirando de manera acelerada, sentí que las embestidas empezaron a bajar el ritmo y los dos gemimos en un espectacular orgasmo.
El me acostó en la cama y salió de mi para acostarse a mi lado.
-Eso fue... -Dije yo sonriendo.
-Increíble- Dijimos los dos al unísono.
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Espero que les haya gustado, ya que las deje con las ganas muchas veces.
