CAPÍTULO XXVI

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Trampa. Deletreo esa palabra lentamente intentando comprenderla.

James habla de una trampa, pero no puedo visualizar su punto de vista. ¿Cómo es que alguien nos tendería una trampa? Éramos unos niňos, no puede existir tanta maldad ¿o si?

Y se que lo que estoy pensando solo se reduce a una persona.

Susan.

¿Podría ser ella la causante de todo eso? ¿Acaso había escrito esa respuesta en mi lugar?

Trato de recordar más allá y no encuentro el momento en que esa carta pudo llegar a sus manos y como es que se enteró de la relación que podría haber entre James y yo.

¿Puede que a ella ya le gustaba James en ese entonces? Se supone que eso comenzó en la secundaria, poco antes de que me fuera a Chicago.

¿Lo habrá hecho solo por envidia? ¿Porque no quería que tuviera amigos aparte de ella? ¿Será porque no deseaba verme con amigos porque quería ser ella la que los tuviera?

Ya no se que pensar. Estoy tratando de mantener la mente fría.

James acaba de confesar que estuvo enamorado de mí. Me mandó una carta y todo ese tiempo en que me molestó fue por despecho.

Dios, esa confesión es una de las pocas que jamás esperé recibir.

Siento mi corazón inquieto y es como si todo lo que creía saber fuera falso y completamente un engaňo.

Que toda mi vida es una mentira. Es como si yo no fuera la dueňa de mi propia historia.

James está frente a mí, no deja de pasear sus dedos entre los mechones de mi cabello y entonces comienzo a sentir la presión que eso me provoca. Sus manos me reconfortan y quiero sentirlo más, pero eso no está bien y lo sé muy bien.

James es alguien en quien nunca debí fijarme, pero también es alguien que jamás a logrado salir de mi vida y ahora está amenazando con volver a remover todo como un torbellino.

— Te has quedado muda — dice con una sonrisa muy poco notoria.

—Es que... — Me ahogo con mis propias palabras y aclaro mi garganta antes de seguir hablando — No se que pensar de todo esto.

— Quizas deberíamos comenzar con la honestidad y quizás intentar perdonar — Sus dedos se vuelven firmes en mi cabello y mi rostro queda paralizado frente a sus ojos —. Annie, necesito que me perdones por el inmenso daňo que te provoqué.

¿Perdonarlo?

Eso es algo que siempre creí que nunca sería capaz de hacer y tampoco quería intentarlo.

Quise odiarlo con todas mis fuerzas y quizás detestar cada recuerdo que tenía suyo.

Y ahora lo único que quiero es abrazarlo y sonreír porque me ha dicho que me quiere y que siempre lo hizo.

¿Y donde queda Ian en todo esto?

¡Carajo!

—No se si puedo — digo para después deshacerme de su contacto —, estoy recién procesando todo esto y no puedo olvidar todo lo que me hiciste en el pasado.

Me observa en silencio y aunque no quiere demostrarlo, sus ojos gritan de angustia.

Oh, James. Si supieras lo confundida que estoy, si supieras las ganas que tengo de aferrarme a ti, pero lucho por mantenerme lejos y fría porque es lo que corresponde.

No está bien por todo lo que me hiciste, no está bien por Ian, ni por Susan ni por nada de lo que ha pasado.

Todo me indica un camino que me lleva lejos de él.

Mis ganas de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora