CAPÍTULO XXXIX

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(Narrado por James)

Las mañanas siguen siendo las mismas. Los mismos rayos molestos que entran por la ventana. Las mismas voces de mi familia en la sala. El mismo maldito tumor en mi cabeza y los insoportables dolores que eso provoca. 

Pero hay algo que hace la excepción. Hay algo diferente y es ella.

Annie.

Mi chica.

La mujer que amo.

Cada hora del día me pregunto si es correcto tenerla a mi lado durante este proceso.

¿Será correcto hacerla ver todo lo que está por pasarme? 

Lo que está por pasarme...

¿Qué pasará? ¿Voy a morir? ¿Voy a vivir? 

¿Lograré tener el tiempo necesario para hacerla feliz y remediar todo lo que le hice en el pasado?

Me gustaría pensar que puedo dejarme querer por ella, pero la inseguridad me está torturando. Emma insiste en decir que Annie está bien a mi lado solo porque me ama, pero ¿es eso suficiente?

No estoy seguro de poder ofrecerle un futuro.

Una hoja de árbol entra por mi ventana y vuela sobre mi vista, logrando despertarme de mis pensamientos. El viento afuera corre con furia, moviendo todo a su paso. 

Decido levantarme. No me molesto en nada más que ponerme los vaqueros y salir a la sala, donde mi hermana y mi abuelo conversan sobre lo que están dando en el noticiero. 

-Por fin te decides a salir, tonturrón - dice ella mirándome de reojo - ¿Quieres que te sirva desayuno?

-No te preocupes, lo haré yo mismo - respondo pasándolos de largo.

-Ultimo notición del día - habla mi abuelo - Mi flojo nieto a decidido servirse por si solo.

-Tu no hables - digo poniendo los ojos en blanco  - Eres el que se aprovecha de todos nosotros.

-Ustedes son iguales - comenta Emma riendo. 

Entro por la puerta de la cocina antes de seguir discutiendo de forma inofensiva con mi abuelo y me cargo el puente de la nariz con los dedos. La vista se me a puesto borrosa, igual que ese día. No puedo evitar recordar las palabras que terminaron por amargar mi año completo. 

Tumor. Ceguera permanente. Cirugía. 

Palabras que antes ni hubiera pensado para mí.

He visto mi vida entera a mi abuelo. No es fácil no poder ver a tu alrededor. Perderte de todo los detalles. No poder ver los rostros que quisieras mirar. Te pierdes de muchas cosas. 

Pero también he visto como a salido adelante. Como nada de lo que puede hacer se ha complicado por ese detalle. La gente lo quiere igual. Los demás siempre estaremos para él.

Me siento en una de las sillas y cierro los ojos. 

Aun así no soportaría no poder ver los ojos de Annie otra vez. 

Siento la presencia de alguien a mi lado y trato de disimular. Al abrir los ojos nuevamente, descubro que aun sigue viéndose todo como si tuviera frente a mis ojos una cortina de agua, que no me deja ver con claridad lo que hay más allá.

-¿Estás bien? - pregunta Emma, sentándose a mi lado.

Esta preocupada. Odio que lo esté.

-Mejor que nunca. - Le sonrío.

-¿Seguro?

-Emma, estoy bien. 

Me acomodo en la silla y miro mis manos. Es frustrante no poder ver con detalle lo que miras.

Mis ganas de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora