Capítulo 16.

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La canción que se uso para este capítulo es:

Moon on the water (parte del soundtrack de BECK)
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–¿En serio, Nico?

–Tú también viste el mapa y no te diste cuenta.

–Pero no fui yo quien decidió no preguntar en el hotel la dirección de la galería...

Habían llegado a la ciudad de Nueva York a eso de las 9 de la mañana, después de un agotador viaje de 14 horas; a pesar de haber dormido la mayor parte del tiempo. Lo ideal y más razonable, hubiese sido que ese día lo pasaran intentando adaptarse al horario de aquel país extranjero, pero no. A pesar de que Nico ya llevaba tiempo en el mundo del arte, no consideraba indispensable contar con un agente que se hiciera cargo de arreglar todos los detalles necesarios para los eventos y exhibiciones donde se presentaba. El encargado de la galería donde siempre se mostraban sus obras era el que se ocupaba de vender y promocionar su arte, por lo que la pelinegra estaba confiada en que se podía manejar sola. Aquella situación le parecía ridícula a Maki; la bajita ya era lo suficientemente conocida como para considerar la idea de conseguir uno.

Ahora por culpa de ello, apenas habían tenido tiempo de dejar las maletas en sus habitaciones –que aunque individuales, eran contiguas– y tomar un breve desayuno. Debían ir a la galería para asegurarse que los cuadros hubiesen llegado en perfectas condiciones, –pues estos arribaron el día anterior por paquetería– y a ponerse al tanto sobre el programa del evento, que tendría una duración dos días.

–La dirección es todo lo que necesitamos para llegar ahí. –declaró la artista mientras volvía su mirada al mapa.

–Quizá tendrías razón, si desde el principio hubieses visto el mapa de manera correcta –refunfuñó la doctora–. Habían avanzado en sentido contrario durante varias cuadras y no tenían idea de donde se encontraban. Usar google maps hubiese sido más confiable que aquel pedazo de papel; pero la artista argumentó que eso "mataría" la sensación de aventura. Bufó molesta y se cruzó de brazos mientras tarareaba mentalmente una canción con la intención de tranquilizarse.

¿Sensación de aventura? Tenían el tiempo medido y si querían disfrutarlo juntas, no había lugar para juegos. Ya con el trabajo en el hospital y sus estudios, el tiempo para salir o viajar era realmente escaso, por lo que debían estar aprovechando aquella oportunidad al máximo, no caminando sin rumbo fijo por la Gran Manzana.

La pelinegra observó su entorno y luego miró el mapa– Creo que ya logré ubicarnos.

–¿Crees? –cuestionó Maki aún molesta mientras veía a su pareja.

Nico la ignoró para no alargar la discusión. Era la primera que tenían –que pudiese salirse de control– desde que empezaron su relación, como no se trataba de nada grave la artista decidió que lo mejor sería dejarlo pasar e ignorar las quejas de la pelirroja.

Luego de un rato vagando por las ajetreadas y bulliciosas calles de Nueva York dieron con la edificación. Constaba de dos niveles y lucía bastante amplia, la fachada era de ladrillos rojos y techo gris; un exterior bastante sobrio. Al ingresar, el pulido piso de madera que las reflejaba –como si de un espejo se tratase– llamó la atención de Nico, era tan opuesto al de su apartamento; opaco y con uno que otro rastro de pintura. Las blancas e impolutas paredes del recinto se encontraban decoradas con distintas obras artísticas, se podía apreciar una gran diversidad de temáticas y estilos, aunado a ello, algunas esculturas vistosas que era imposible pasar por alto se hallaban cada tanto en los iluminados pasillos.

–Tengo que dejarte un rato sola. –le avisó la artista a su pareja.

–Si tuvieras un agente estaríamos haciendo turismo justo ahora... –murmuró en respuesta la joven doctora.

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