Capitulo 6

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Corro todo lo que mis pies me permiten mientras sigo a Julian; No sabia que  fuera tan rápido con los pies.
Después de que tuviéramos un plan más o menos decente en donde todos saliéramos beneficiados, el aspirante a sacerdote dijo que tenía que "aprender". El problema está en que no tengo idea de adónde me lleva ni qué se supone que tengo que aprender, ni de quién.
Lo último que me dijo fue "No hables a menos que se te lo pida" y, después de eso, me sacó de los terrenos del pueblo, hacia una jungla. Árboles kilométricos, aves de los más brillantes colores, el verde en la copa de los árboles en contraste con el azul del cielo...
Estamos en el centro de una jungla, supongo. No  khay nada más que el conocido paisaje y nosotros, y en medio del silencio, la voz de Julian llega a mis oídos.
-Agachate. -Susura.
Me giro hacia Bruck, ella ya esta arrodillada en el suelo, parece sumisa y seria a la vez. No entendí con exactitud cuando ella apareció a caballo en las puertas de la fortaleza; pero Julian sonrió al verla, Alex paría acostumbradexso a ver a su hermana irse para adentrarse a una jungla. Y no es que tengamos la relación más unida del mundo con ella, pero me alegra tener a alguien conocido.
Pero créanme: aquí, agazapada entre las hierbas y árboles, ver a una... Especie de tribu, mujeres y hombres, salidos de entre los árboles y colgados entre las lianas... No es la cosa que me esperaba.
-¿Esto es lo que voy a aprender? ¿A ser como ellos? -Susurro a nadie en particular.  Julian, agachado en el suelo delante de mi, me mira con mala cara. Bruck coloca un dedo en sus labios, en acción de "Haz silencio o muere". 
-Jullis, Brunnia...-Todo el mundo se congela cuando un súper mega musculoso hombre bronceado sale de entre los árboles.
No babees, Melody. -Me reprendo. El... Hombre, no ha dejado de caminar hacia nosotros; hacia mi, para ser exacta. Y, a diferencia de los demás, él viste... Humano. ¿Quien es?
Camina alrededor de Julian y sigue caminando hacia mi, sus ojos amarillos puestos en los míos. Su camisa negra se adhiere a los músculos de su pecho. Me muerdo el labio, y lo veo arrodillarse con una pierna delante de mi. Me agarra una mano y me levanta. Ya de pie, veo como todos los nativos nos rodean con un poco más de dos metros de distancia. Sinceramente, me eh  estado acostumbrando a ser el centro de atención, pero ésto es sofocante. Me cuesta respirar y casi me petrificó cuando el que tengo delante se lleva mi mano cerca de su boca. Sus labios apenas están rozando el dorso de mi mano, pero hace que suspire. Sus ojos siguen pendiente de los míos y de la nada, mi mente se paraliza: está usando su Impulsión conmigo. Me suelto de su mano y retrocedo.
¿Quien eres? -Su voz resina en mi mente y me llevo las manos a la cabeza. Duele, horriblemente, y grito.
-¡Basta!-Mi voz suena lejana, ajena a todo esto, y sus palabras siguen en mi cabeza.
¿Que es los que quieres? - Ahora suena enojado, pero... Me concentro, sé como rechazar la Impulsión. Respiro hondo, bajo mis manos y las dejo sueltas a mis costados. Vuelvo a respirar y abro los ojos, mi vista es borrosa y noto la humedad de mis lágrimas en mis mejillas. Me enderezco todo los que puedo y lo miro fijamente a los ojos.
Sal... De... Mi... Cabeza. -Pienso lenta pero firmemente. Él parece sorprendido, y me acerco a él. Puedo hacerlo. Respiro otra vez, mis manos se hacen puños y sólo pienso en... En nada. -Soy la princesa Melody Phoenix, monarca del continente del Sur. ¿Quien eres?-Mi voz es monótona, pero noto la ira acompañada por la adrenalina en mi sistema.
Sin miedo, puedes hacerlo. -Las palabras de Alan llegan a mi mente. Recuerdo estar haciendo lo mismo, en la Academia, con Luck. Me esfuerzo más y sigo acercándose a él.
Soy Makell, líder del clan Null, y éstas en mi territorio. -Brama, con la voz gruesa y ronca. No tengo miedo, no tengo miedo, no... Un dolor punzante en mi pecho me hace retroceder. Es fuerte, muy fuerte.
Pero no me dejo vencer.
Voy a salvar a Luck, lo voy a hacer. Aunque me cueste la vida.
No eres digna de llevar el apellido de tu padre, ni la sangre de tu madre. -Su voz ahora es despreciativa. Y veo una luz, luego oscuridad. Y solo siento ira. Cierro los ojos y cuando los abro, siento la energía salir de mi, emana hostilidad.
Doy un paso adelante y otro, y otro más. Siento mucho calor, y me gusta.
-Tu no puedes juzgarme. -Susurro. Él abre mucho los ojos y dejo de sentir su Impulsión en mi, pero mi poder desconocido sigue fluyendo. -Soy digna de ser yo misma. Soy digna de tener el poder que me corresponde ...¡Y soy digna de ocupar el trono! -Grito. El poder se hace más y más fuerte, veo ondas de color rojo a mi alrededor; pero no me detengo. No puedo. Algo muy dentro de mi esta intentando salir, algo desconocido, algo oscuro y malvado. Y me obliga a hablar. -El poder del Fénix será liberado. La reina será la vencedora y el cielo temblará...-Me niego a seguir hablando. Pero la fuerza se resiste; cierro los ojos y me llevo la mano a la garganta, me quema y caigo de rodillas. Mi cuerpo arde en llamas y no sé como pararlo. Mis ojos ven de a ratos lo que pasa a mi alrededor; es como ver una televisión con poca señal. Me refuerzo y grito, fuerte y con todas las fuerzas que me quedan. En un instante veo al  Makell a unos metros de mi, arrodillado y con un hilo de sangre en la cabeza. Uso unos segundos mi Influencia en su mente enojada.
Ayuda...-Pronuncio con un hilo de voz y salgo de su cabeza antes de que las incendie también. Las llamas se hacen más fuertes y tengo miedo. Extraño a Luck, y Alan y a Alex. Los extraño a todos, y me pregunto si no los veré nunca más. Pero no. Poco a poco, algo obliga a las llamas a volver a mi, es como si el vaso que esta a punto de rebosar se llenase más, y me desbordo. Lloro a gritos y unos brazos me rodean. Las llamas... ya no las siento, pero su poder aún me quema la piel.
-Perdón, perdón... Lo siento...-Susurro. El dolor es horrible, y n sé si lastimé a alguien... Por favor que no sea así.
-Esta bien... Ya pasó, Mel. -Me giro bruscamente y veo sus iris azul brillante detrás de mi. Me tiro a sus brazos y lo abrazo como si alguien pudiese llevarlo lejos, muy lejos de mi.
-Alex...-E inevitablemente, vuelvo a llorar, pero en silencio esta vez.
Pero sin lazar fuego de mi cuerpo. -Pensé. Unos pasos fuertes resuenan a mi espalda y escondo mi cabeza en el pecho de mi Guardián.
-¿¡Que mierda fue eso!?-Los grito de Makell me hacen temblar, y un gemido de dolor profundo, que siento en todo mi cuerpo, sale de mis labios cuando nos levantamos del suelo. 
Me aparto un poco de Alex, que me mira preocupado, para poder verme y casi grito; más por la sorpresa que por el miedo. Quedo petrificada.
Mis manos, mis brazos, mis dedos y toda mi piel expuesta esta marcada por marcas negras.
-¿Qu..e es... esto?- Pregunto, asustada. Miro a mi alrededor y veo todo intacto. ¿Que nadie estuvo cuando una llamarada de energía-fuego salió de mi? ¿Que nadie se percató de que una fuerza extraña dentro de mi habló por mi en contra de mi voluntad?
Mi vista se gira hacia Makell, que tiene la cara llena de tierra y sangre, acompañada por unas ganas increíbles de matarme.
-Estabas... a punto... ¡De liberar el Poder del Fénix! -Grita a todo pulmón, y avanza hacia mi. Pero en un milisegundo, Alex esta delante de mi, protegiéndome. Ambos se miran, y una lucha invisible de 'Macho Dominante'... Makell desvía la mirada.
Alex se voltea y me pasa una mano por los hombros.
Makell se voltea y veo varias cabezas, curiosas y asustadas, salir de los árboles. Makell habla mientras camina, pero eso no le quita el peso y la rotundidad de sus palabras en mi mente.
-Se quedarán... Pero sólo tienes tres días para dominar y aprender el Poder del Fénix... Sino... Morirán.

El Precio De La CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora