"El helado, la luna y tus ojos."

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Se encontraban en la misma plaza donde él le había hablado por primera vez. Un encuentro poco memorable al menos para ella pero ahora, ya sabía que para el pelinegro a su lado, en verdad había sido especial.

-Creí que Akashi me había ganado la oportunidad mucho antes de siquiera tenerla. - eso le había confesado apenas esa mañana.

Al principio no había entendido esas palabras pero entonces recordó que al mes de iniciar las clases en Yosen aquel muchacho que era parte del equipo masculino de baloncesto también resulto serlo del similar de periodismo y aprovechándose de eso, la entrevisto sobre su vida personal.

-¿Tienes novio? - había soltado este sin disimular siquiera la pregunta con otras que en verdad fueran del reportaje del diario escolar. -¿Algún enamorado Atsumi?

La pelivioleta fruncio el ceño ante tanta pregunta molesta del mayor, era verdad que ya eran algo cercanos pero al parecer no tanto como para que tuviera que recurrir a preguntar tales cosas.

-No y no. - respondió sin agregar más detalles, Himuro se sintió satisfecho de todas formas. -¿Que tiene que ver eso con el equipo Muro-chin?

-Eres la estrella del equipo femenil, no faltara el admirador que quiera saber ese dato. - sonrió complacido ante el da igual que la chica le había dado.

Después de ese día, Himuro le acompañaba siempre que podía ya sea para ayudarle en sus deberes, entrenar a la par o simple y sencillamente para buscar juntos algún confite o postre que Murasakibara deseara comer con ansias.

Por esa razón se encontraban en esa plaza donde todo comenzó.

-Entonces, el helado también está en tu lista de favoritos. - menciono el muchacho mientras le entregaba el barquillo a la pelivioleta. -¿Que más te gusta Atsumi?

Observó esos ojos brillar ante la primera lamida, sonrió por ser en parte causante de esa alegría.

Abrió su paleta, preparado para escuchar la lista interminable de dulces que le darían y que ya se conocía en realidad, pues su cuestión sólo era una excusa para que pensara bien las palabras que usaría en la declaración de amor que planeaba realizar ese día, en aquel lugar.

En aquella banca donde la había fotografiado la primera vez.

-Me gusta mirar la luna. - y esa respuesta lo tomó con la guardia baja. -Me gusta por que, es como mirar a los ojos de Muro-chin.

-De acuerdo. - pronunció el mayor sin delatar su emoción. -Te gusta el helado, la luna y mis ojos.

-No seas tonto Muro-chin. - hablo sin mirarle, mientras un tenue tono de carmín adorno sus mejillas. -Me gusta el helado, la luna y tú completo, no sólo tus ojos.

Y así, por segunda ocasión Himuro se quedó sin habla en aquella plaza ante su curiosa musa pero esta vez si estaba feliz.

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Otra drabble nacido para el reto de "Es de Fanfics" en FB. ❤

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