Capítulo 1: Un nuevo comienzo.

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Mi nombre es Sam Freneguer y hasta unas cuantas horas me estaba despidiendo de lo que había sido mi hogar hasta haber cumplido los 17 años, en estos momentos me encontraba en el auto junto a mi familia yendo a donde sería mi nuevo hogar en California, esta es nuestra primer mudanza, mis padres habían conseguido un mejor trabajo allí. 

La verdad es que... no es que me sienta tan mal de haber dejado aquel lugar donde vivía anteriormente. Justamente yo soy esa clase de persona que le es muy difícil entablar muchas amistades, no tenía muchos amigos, con contar con los dedos de mi mano era más que suficiente. En mi anterior instituto tenía a mis compañeros, que para mi desgracia... eran demasiado falsos y muy poco amables, bastante molestos y agresivos... o al menos así lo eran conmigo. 

Es por esta una de mis primeras razones para poder comenzar de nuevo, de poder ver esta vez, una buena cara a las cosas que vendrán. 

Mientras estoy concentrado en fundirme en mis pensamientos, la voz de mi madre nos da aviso a mi hermana y a mí que ya habíamos llegado a lo que sería nuestro hogar por muchísimo tiempo... o eso esperamos. La casa es más que asombrosa, es de un estilo victoriano, grande y con un aire a esas películas antiguas de grandes mansiones, y ni hablar del gran jardín que ven mis ojos. Tantas flores, tantos colores... siento que son artificiales. A veces llego a pensar que soy bastante observador ante ciertas cosas. 

Mientras yo estaba volando en mis pensamientos alcanzo a oír a lo lejos una voz  bastante aguda, no podía tratarse de nada más que mi hermana menor, Lizzy. Veo como se acerca a pasos ligeros hacia mí mientras que con su teléfono va sacando fotos de todo el lugar.

-¡Sam, ven vamos, quiero ir a los columpios de allá.!-decía pegando pequeños saltos a mi alrededor haciendo que me maree con solo verla girar, señalando un punto más alejado del nuestro, había un gran árbol con dos columpios  en esta.-¡¿Acaso estas sordo, hermano?! Vamos. Que necesito a alguien que tome las fotos por mí- comenzó a empujarme de forma débil sin obtener que me moviera, se nota a gran escala que está muy impaciente.

-Que ya voy, ya voy. Pero no me empujes, puedo caminar- Le dije con cierto todo irritante, ella solo asintió sin mucha importancia y fue corriendo a agarrar uno de esos columpios.

Al notar cómo eran los dos columpios, me los esperaba viejos y gastados pero resultó ser lo contrario.Estaban en perfecto estado y en la parte de los asientos la madera estaba barnizada y tenía dos almohadones en cada uno.

-¡Vamos, estoy lista!- comencé a hamacarla a una velocidad normal, mientras trataba de buscar un buen ángulo para sus fotos. A lo lejos, nuestro padre llegó hacia nosotros –Papá, ¿quieres unirte a nuestra increíble sesión de fotos? -  comenté sarcástico a lo que ambos rieron por lo bajo y mi padre se acercaba al otro columpio sentándose al lado de mi hermana.

-Estos dos columpios estaban destruidos cundo vinimos a ver la casa junto a su madre hace unos meses pero, como sabía que Lizzy se divertiría los volví a armar y han quedado como nuevos. Su madre me ayudó a repararlos- dijo mientras nos sonreía. Nos enternecía la forma en la que nuestros padres nos consentían demasiado.- Bueno peques, creo que deberían ver la casa, pronto oscurecerá y hay muchas cosas que hacer aun. Como por ejemplo desempacar sus cosas- se levanto del columpio e iba hacia la casa con mi hermana y yo yendo detrás de el, mientras chasqueaba sus dedos para apresurar nuestros pasos.

Al entrar por esa gigantesca puerta, la decoración era increíblemente moderna, con tonos azules y pasteles, y algunos recuadros con nuestras fotos y viajes familiares hasta el momento como parte de la decoración. Desde una gran puerta, aparece mujer rubia de ojos celestes con una sonrisa en su cara que por lo que notaba venia de la cocina, esa mujer era mi madre, la que más amaba en este mundo, después de mi oveja negra o mejor dicho, mi hermana.

-¿Y... Qué opinan? ¿Les gusta? Yo misma me dispuse a decorarla- se la notaba emocionada y ansiosa a la vez esperando una respuesta de Lizzy y de mi parte. Los dos asentimos con una gran sonrisa y levantando una mano con el puño cerrado y el dedo pulgar arriba, dando a entender que nos gustó. Nuestra madre trabaja en una misma compañía de la de nuestro padre, solo que ella es diseñadora de interiores y mi padre es arquitecto-...Dentro de media hora preparo la cena pero antes, quiero que vean sus habitaciones, las he acomodado un poco antes de que entraran.- nos dedico una ultima sonrisa y fue a la cocina nuevamente.

Nos fuimos a la segunda planta emocionados, Lizzy se apresuró y entro a la primer puerta que encontró, yo seguí caminando por el gran pasillo donde había varias puertas, me tome el tiempo de ver cada una, hasta poder llegar a mi destino, que sería mi cuarto..

No vi a mi hermana hasta que me fije mas al costado de su cuarto, que esta en frente del mio, la encontré leyendo un manga de esas caricaturas chinitas que ella ve. De la nada esconde lo que leía ya que había notado mi presencia.

-¿Q-qué haces aquí?- preguntó algo nerviosa.

-Yo vivo aquí- le respondí y me incline para ver con más detalle su libro.-Me da igual tus dibujitos chinos y por cierto... te sangra la nariz.- le hice gestos en su nariz y ella rápidamente agarro el pañuelo que llevaba en una de sus manos para limpiarse.

-Me refería a qué hacías en mi cuarto pero no me molesta...-hizo una pausa para acomodar su manga en el lugar. Lugar que era una caja fuerte.- Algún día te encontrare un seme que te ablande ese corazón de frozen,a ver si con eso estás más divertido. –puse los ojos en blanco y ella comenzó a reírse.

Salí de su cuarto y me dirigí al mío. Mi madre se había esmerado bastante en poner mi color preferido en ciertas partes de la habitación sin exagerarlo demasiado, en ciertos detalles como la pared, las sábanas y algún que otro mueble. El verde me da tanta paz...

Estaba dispuesto a  terminar de ordenar mis cosas y de una vez adentrarme en mi cama para poder descansar. No suelo cenar, cosa que a mi madre no es que le agrade mucho, pero hay veces me dan esos ataques de querer comer todo lo que vea en la heladera.

Un delicado golpecito avisó que alguien llamaba a mi puerta, del otro lado se escuchaba la dulce voz de mi madre. 

-Cariño, sé que me dirás que no tienes hambre pero ya sabes cómo soy.- asentí dejándola pasar, tría un pequeño tazón con una humeante sopa.- Necesitaras fuerzas para mañana y sirve para que te relajes ahora, ¿estás emocionado por comenzar de nuevo?.-

-Gracias por acercarme la comida, mamá... y tal vez la palabra "emocionado" no sea la correcta, pero si estoy un tanto ansioso...-ella bajo la cabeza entristecida- Pe-pero, no te preocupes, me prometí a mi mismo empezar de cero y eso haré mañana, tranquila de eso.-note que volvió a alzar la vista y darme una amplia sonrisa en respuesta.

-Uff bueno... esta vez te dejare dormir  pero mañana ningún pero.- asentí y me acomode en la cama, ella me dio un beso en la frente como despedida.

-No soy un bebé, mamá-. Infle mis mofletes medio molesto ante su acción.

-Para mí siempre serás mi bebé, pequeño-.Se fue cerrando la puerta dejándome completamente a oscuras y pleno silencio.

Poco a poco mi mente fue relajándose, dejándome llevar por el sueño.



Hey what's up guys :D

Si, primer historia que hago, esto es emocionante (?... Pues me encantaría que las personas que lean esto me ayuden mucho y me den sus opiniones, quería hacer el primer capítulo hablando más bien de los integrantes de la familia y algunas características, para el segundo cap. ya vendría lo shido (?. Nos vemoos y gracias por leer ;)


Perfectos Opuestos. (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora