Capitulo 4.

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Kleyd.

Su cuerpo cambia antes de que se de cuenta, sus huesos se mueven y su pelaje cambia, dejando a la vista solo tersa y bronceada piel.

Su corazón martillea tan fuerte en su pecho que le llega aparecer doloroso.

El cuerpo inconsciente de la mujer predestinada a el no es lo que lo impacta, sino el centenar de hematomas y cortes que recorren su cuerpo. Su torso y rostro están irreconocibles, la hinchazón y el color morado reinan en sus fracciones haciendo imposible distinguir sus rasgos.

Con un nudo en la garganta y el corazón estrujado de una mezcla de enfado y preocupación, se acerca a paso calculado su luna.

Con manos temblorosas y un cuidado casi exagerado, toma en brazos el pequeño cuerpo de su mujer, su agarre casi flaquea al distinguir la exagerada falta de peso en su cuerpo.

Consternado por el estado de la pequeña mujer en sus brazos, emprende rápidamente el camino hacia una de las tantas cabañas esparcidas por el bosque, las cuales están suministradas para cualquier emergencia.

Con rápidos movimientos deja a la pequeña cosita recostada en uno de los muebles de la cabaña y se apresura a buscar ropa para ambos así como algunas cosas para curar sus cortes.
Se viste solo con unos pantalones deportivos y se apresura a llegar con su mujer.

Cura sus cortes con extremo cuidado y venda sus mas profundas lecciones, escuchando solo pequeños quejidos y gemidos de dolor por parte de la chica.

Cuando ya a curado y desinfectado las mas profundas de sus lesiones,  le coloca una camisa que en comparación a ella ed enorme.

Intentando calmar sus nervios, se concentra en la mujer inconsciente delate suyo. Un sentimiento de alegría pura lo embarga y en sus labios una pequeña sonrisa se forma.

Alzando a su luna en brazos se dispone a emprender el camino hacia su casa, un poco mas aliviado por la mejoría notable en su estado.
Su cuerpo se había empezado a curar por si solo a una velocidad  formidable, aunque aun tenía el cuerpo cubierto de cardenales, sus cortes y fracturas ya se habían empezado a curar, Kleyd suponía que en horas su Luna estaría por completo recuperada, aunque muy débil y cansada.

Camino por el bosque deseoso de llegar a su hogar, así que cuando empezó a notar el ligero aumento de cazas largo un suspiro de alivio.

Con los hombros cuadrados y una fría expresión, cruzo por las casas en dirección a su mansión.

Cuando por fin llego, ordeno a las criadas de la casa que prepararan la habitación principal y que llenaran la tina del baño del mismo.

Con zancadas largas,  se dirigió escaleras arriba,  pasando de largo por la habitación que antiguamente usaba, sin darle la menor atención a quien se hallaba en la puerta mirándolo con desconcierto.

Empujando las ligeras puertas, entro en la recamara principal y acostó a su luna con ligero cuidado sobre sus sábanas de seda negra.

-¿ Quien es ella...  Y porque esta en nuestra habitación?- La vos de su ex amante retuvo entre las paredes, provocando que un gemido de molestia escapara de los labios de su luna.

Hastiado por su presencia se giro y tomo a la mujer por el brazo,  importándole poco su brusquedad.

-¿Dime quien es?...te lo exijo- La orden lo dejo desconcertado, pero luego su desconcierto se transformo en molestia.

-Mira mujer...  No termines con mi paciencia, no eres nadie para exigir aquí- El tono frío y el desdén en sus palabras no pasaron desapercibidos para ella.

-¡Soy tu luna, claro que tengo poder para exigir!... Y ahora dime quién es esa zorra- La risotada que soltó el Alpha la descolocó y cuando se acerco a ella, su pose era intimidante.

-Tu no eres y jamas seras mi luna... Ese titulo solo le corresponde a mi mate, la que por cierto esta acostada en NUESTRA cama y en NUESTRA habitación... Tu no pintas nada ya aquí, así que te recomiendo que empaques tus cosas...  Mañana mismo te largas de mi manada. - Y salio dejando a su amente con el rostro descancajado y profundamente humillada.

Con los ojos llorosos y el corazón a dolorido le juro venganza a la silueta difusa del hombre que hasta ese momento había amado.

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Helous, como están?

Lamento la tardanza, es que se me complica escribir y corregir desde el movil.

Espero que les guste.

No se olviden de votar y comentar.

Bss, ARA.

Alpha: Detrás de la mirada del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora