Era como si una nube gris lo cubriera, esperando el momento adecuado para dejar caer el agua que contenía sobre el pelinegro.
Continué escribiendo, de reojo pude notar sus hombros rígidos, el como no dejaba de jugar con sus manos temblorosas.
-Si deseas puedes quitarte el abrigo -le señale con la mano el perchero donde aguardaba mi saco.
-Así estoy bien, gracias -Su voz sonó algo nerviosa mientras agitaba las manos en son de negación
-Entonces, dime -me acomode los lentes y el hizo lo mismo -cuál es el motivo por el que estas aquí hoy?
Los primeros minutos de la sesión los había dedicado a presentarme, el chico al pasar miró cada rincón de la habitación antes de sentarse frente al escritorio; procedí a entregarle el contrato terapéutico*, le explique brevemente lo que estaba leyendo remarcando las partes importantes, se hablo de pago de honorarios y de como se dividían las sesiones. Aclarado lo anterior, comencé con la anamnesis*, hasta lo que me había dicho, Yuuri contaba con 23 años, el menor de una familia de 4, de nacionalidad japonesa pero justo ahora se encontraba viviendo del otro lado del mundo por sus estudios, los cuales finalizaron en el último ciclo escolar, pero encontraba indeciso de regresar a casa. Describió su desarrollo y cuidado, por parte de sus padres, como la genuina dedicación que se le da a un bonsái pero a diferencia de que sus padres no cortaron sus ramas ni impidieron su crecimiento.
Espero unos segundos antes de contestar
-En realidad no lo tengo muy claro, me dijeron que aquí podría sentirme libre de expresar lo que sentía. -el chico comenzó a mirar el piso, tan sólo me dediqué a observarlo- Yo quisiera que alguien por fin escuchara del gran peso que llevo en el corazón. Tal vez le suene estúpido, como a las demás personas, pero ahora en verdad quiero seguir adelante. No quiero seguir llorando a oscuras. Aunque no se muy bien como hacer eso, soy un desastre y lloro por todo, justo ahora mis ojos arden, que tonto soy ¿no? lo se, soy débil, soy tonto, no puedo hacer nada, por eso constantemente me dejan sólo.
Era como si su cuerpo fuera hundiéndose poco a poco ante sus propias palabras
-Posible depresión, no, quizás sólo sea un episodio depresivo. Falta de confianza. Pensamientos recurrentes, negativos-
Varias cosas se vinieron a mi mente, aunque sólo son supuestos, es necesaria mucha más información y tiempo para afirmar algo, pero al menos ya tenía una idea de a donde se dirigía aquello.
-Dime Yuuri, realmente crees que eres tonto?
El chico alzó la mirada clavandola en mi persona, en efecto sus ojos se mostraban cristalinos por las lágrimas que amenazaban con salir.
-Toda... toda la gente lo dice
-Quienes son toda la gente? -no respondió- Porque, bueno yo no creo que seas tonto. En realidad creo que tienes agallas, estas sentado, en una sesión, frente aún psicólogo, estas aquí sentando diciéndome que quieres ser escuchado y que quieres dejar de llorar. ¿Realmente crees que eres débil? ¿o lo crees porque "toda la gente lo dice"? entonces, ¿quién es toda la gente Yuuri?
Se quedó mirándome algo asombrado, sus ojos estaban abiertos de par en par esperando a que me moviera, alguna reacción por insignificante que fuera, pero yo seguí mirándolo con el semblante serio que no había cambiado desde que entramos a la habitación.
-yo.. yo quiero sentirme libre -las lágrimas hicieron de las suyas- Quiero ser capaz de deshacerme de todas esas expectativas que tenían en mi y no cumplí, tan sólo quiero volver a reír y demostrarle a la gente que realmente no soy un tonto!!!
Su voz elevó la fuerza escuchandose en toda la habitación. Forme una ligera sonrisa, casi imperceptible
-Entonces Yuuri, ¿estas dispuesto a llevar un proceso terapéutico para esta situación que te hace sentir de esa manera?
El chico asintió.
Le acerque una caja de pañuelos, no es raro que las personas se quiebren en la primera sesión, aveces pasa otras veces no, pero en la mayoría es porque la persona a llegado por sus propios pies a la consulta, porque realmente han llegado a su límite y aceptan con todos sus sentidos que necesitan ayuda, apoyo, un apoyo aunque sea sólo moral para poder seguir adelante con sus vidas, para poder subir el siguiente escalón, para sentirse libres con su persona sin ataduras que aveces su propio entorno les pone.
Tomó algunos minutos para que se calmara.
-Aún hay muchas cosas que quisiera preguntarte pero aún hay tiempo y pueden esperar.
Hace unos minutos dijiste que deseabas hablar sobre alguna situación ¿es algo en específico?El negó con la cabeza
-En realidad son muchas cosas que quiero contar.... más bien, son muchas cosas que tengo que decir para poder liberarme del peso que llevo encima.
Su ceño se fruncio pero sus labios dibujaban una cálida sonrisa en su rostro, era como si fuera algo bueno que contar pero que causaba dolor al recordarlo.
Quizás sólo son conjeturas mías, pero aquel chico sentado frente a mi tenía una larga historia que contar.Una historia que con gustó escucharé.
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*El contrato terapéutico o alianza terapéutica es el acuerdo entre cliente y terapeuta, donde se fijan el marco y los criterios de la relación profesional a la que ambos se comprometen. Pueden ser adaptados a situaciones específicas en función de las necesidades del tratamiento psicológico, de la disponibilidad de horario o de consideraciones económicas.
*La anamnesis es la reunión de datos subjetivos, relativos a un paciente, que comprenden antecedentes familiares y personales, experiencias y, en particular, recuerdos, que se usan para analizar su situación clínica. Además de la anamnesis, el médico puede recabar información mediante otros métodos,como la exploración física o examen físico, y análisis clínico.
Hola que tal! he tardado siglos en subir esto, pero me cuesta demasiado encontrar las palabras correctas.
No se cuantas veces he borrado los párrafos y vuelto a escribir :c
Se que quizás no es la gran cosa, así que gracias a las personas que lo han leído, también gracias a las personas que le pulsan a la estrellita ❤
Son un amorNos leemos pronto!
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Recuerdo que... (YOI)
أدب الهواة(Victuuri, LeoJi, SeungxPhichit, Otayuri ) "...En ese momento creí que el cielo se había apiadado de mi alma, que por siempre se llevaría mi sufrimiento y ya jamas seria necesario llorar. De verdad creía en ello..." Cada semana Christophe Giacometti...