Ya no lo tengo Matt, y no lo tengo...

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Llegamos al hospital y entre a la enfermería general, me dijeron que solo estaba hinchada y que con unas pastillas se me bajaría la hinchazón, le dimos las gracias y salimos de la enfermería, al pasar por uno de los pasillos venían unos enfermeros con una camilla, cuando la vi me paralice al ver a Green dormido o más bien sedado por la anestesia, me solté de Matt y fui tras la camilla y llegaron a una habitación, antes de pasar su padre me detuvo la entrada.

— ¿Qué haces aquí?— se oía tranquilo pero su voz era áspera y ronca con un toque de frialdad, lo mire.

—Vine con Gr...Eros, quiero saber cómo esta— me mira por un momento.

— ¿Tú también estabas en las peleas clandestinas?— asentí con algo de miedo y me mira con furia pero su tono de voz seguía siendo tranquilo — ¿Y por qué no lo paraste? ¿Por qué no lo convenciste de que no debería de ir? ¡Ahora por tu culpa está ahí en esa camilla pudiendo quedar ciego! — fruncí el entrecejo y mis ojos se drenaban de agua mientras negaba en silencio y hasta después de unos segundos me atreví a hablar.

—Eso no es cierto, Eros asistía desde antes de conocerme a esas peleas, algunas veces le dije que no debería de ir pero él siempre me decía que era su elección y que eso le gustaba hacer, así que yo no se lo negué— me miro como si lo que acabara de decir fuera la peor excusa del mundo.

—Nunca me diste buena espina...— y cambio su tono de voz a uno más lento y pausado—Y ahora...mi hijo esta...en esa camilla...por tu culpa— me mira por unos segundos y después vuelve a decir —Bien se lo pudiste haber negado y sabias que te haría caso pero no lo hiciste y ahora te sientes culpable pero no te permitiré verlo— lo mire enojada.

— ¡Usted no me lo puede negar! ¡Y usted no me conoce! ¡Jamás le falte el respeto ni a usted ni a nadie de su familia!— se encoje de hombros.

— Yo puedo escoger lo que es mejor para mi hijo y en este momento decido que no eres buena para mi hijo así que te prohíbo que te acerques a él, sabes que no eres para él, por lo que se solo eran compañeros de Química ¿O me equivoco?— en cierto sentido tenía razón, Green jamás me había pedido que fuera su novia así que en eso no lo podía contradecir, para este punto yo ya estaba llorando a mares, pero me convenció de que fue mi culpa de que estuviera en esa camilla, si yo hubiera puesto atención desde el principio me hubiera dando cuenta de que lo que aquel chico que se puso en las manos no era normal y que de seguro lo usaría en contra de Green para dejarlo donde está ahora. Lo mire por un rato si decir nada.

—Bien, usted gana, no me acercare a él nunca más pero quiero verlo por última vez — lo vi con ojos de súplica.

—No, no puedes.

—Está sedado, ¿Qué tanto me puede escuchar? Por favor...solo déjeme hablar con él por última vez, aunque no me escuche— dije lo último en un susurro, me miro por unos segundos.

—Bien, cinco minutos, solo eso— asentí y entre al cuarto, en él estaba su madre, me sonrió y yo le di media sonrisa, salió sin decir nada, me acerque a la camilla y me senté en el borde, tome su mano y la toque por unos segundos para después ver como una de mis lágrimas caía a su mano, la limpie con mi pulgar.

—Green...Green, en serio lo lamento, sé que cuando despiertes no te acordaras de nada lo que dije pero quiero que sepas que todo lo que pasara...Todo eso que pasara, no tendré nada que ver, por qué tú me gustas y me haces ¡Tan feliz! y lo sabes...O eso espero, yo no te haría daño y en serio perdóname si eso pasa en los siguientes días, yo te quiero y en serio aprecio cada minuto de tu vida que me diste...Un día te dije que eras la única persona que me quedaba y que si algo te pasaba yo no lo soportaría y el que me alejen de ti es una de las cosas que no soportaría, porque durante este tiempo aprendía quererte con tu mal carácter, ironía y sarcasmo, adoro cada gota de sarcasmo que tienes en ti, eso me gusto de ti, adoro tus pinturas, adoro tu cabello ¡Dios! Adoro tus ojos, tus ojos grises que tanto me gustan y sobre todo...Adoro que me digas Alegría, recuerdo cuando te conocí, que era un desastre en Química y tú me ayudaste, recuerdo cuando me dejaste el algodón de azúcar...porque sí, me di cuenta de que fuiste tú, recuerdo cuando te embarre el helado en tu camisola, recuerdo cuando conocí a tus hermanos, recuerdo cuando me diste ese beso que no fue beso y sobre todo recuerdo cuando me diste ese hermoso cuadro que ahora está en mi cuarto y todos los días lo veré para recordarte y recordar que te amo...porque si...Green, te amo ¡Maldita sea! Te amo mucho y no me tomo mucho tiempo descubrirlo, pero supongo que tú no sentirá lo mismo por mí cuando despiertes— me levante del borde de la camilla y le di un apretón a su mano para irme, pero antes de soltarla sentí como él se aferró a mí mano por unos segundos y que en esos segundos dijo.

—Yo también te amo Alegría— y se volvió a dormir, sé que fue un delirio de él estando sedado, pero se sintió tan real, que me hizo ilusiones y pensar que entendería el por qué me aleje de él, pero realmente era una posibilidad muy baja.

Salí de la habitación y en la sala de espera estaban sus padres, su madre me miraba sin entender y con preocupación, mientras que su padre me miraba con indiferencia, vi hacia la derecha y ahí estaba Matt parado con su celular a unos veinte metros de distancia, casi al final del pasillo y lo único que se me ocurrió en ese momento fue correr a él y abrazarlo mientras lloraba, no dijo nada, solo acaricio mi cabello y me abrazaba.

— ¡Ya no lo tengo Matt, ya no lo tengo!— Grite contra su pecho pero él no dijo nada y lo agradecí.

¿POR QUE ME LLAMAS ALEGRÍA? /C.D.A. 1/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora