Caramello » L. Taeyong

09

—¿Si sabes que en dos semanas volvemos a clases, no?— Sohyun miró a Jaehyun con curiosidad, el chico había teñido su cabello de castaño a rubio—, causarás revuelo en las chicas, te ves muy bien Jae.

—Eso es lo que quiero.— le sonrió mostrando sus hoyuelos— Gracias.— le guiñó un ojo—. ¿Entrarás con el cabello así?— señaló sus mechones azules, ella se encogió de hombros.

—¿Por qué no? Quizás hasta compré ropa nueva, seré una chica mala este semestre.— bromeó.

—Sí, chica mala.— Jaehyun se quedó mirándola—, oye... Ten me dijo que habías salido con este chico... Taeyong.— Sohyun miró al rubio.

—Ah... sí.— había olvidado completamente a Taeyong, desde ese día no había vuelto a ir a la heladería, pero si se escribían, todos los días.

—¿Saldrás con él de nuevo?— Inevitablemente el tono de Jaehyun fue seco.

—Eso creo, habíamos planeado ir a la feria el viernes.— sonrió y siguió caminando con el rubio en dirección al centrocomercial.

Taeyong será un problema si quiero conquistarla. Pensó.

—¿Y se llevan bien?— preguntó mientras veía unas camisas en la tienda.

—Es divertido hablar con él.— murmuró tecleando en su móvil.

Seguro está hablando con él. Gruñó por lo bajo.

—¿Te gusta Taeyong?— volvió a preguntar. Tenía la esperanza de que ella dijera que no y sintió su mundo caer cuando ella le respondió.

—Sí.— murmuró sintiendo sus mejillas calentarse—. Creo que también le gusto.— sonrió colocando sus manos sobre sus mejillas, tratando de cubrir el sonrojo.

Desde aquella tarde en el mall, Jaehyun no volvió a ser el mismo.

«…»

Lunes 13 de febrero 2017.

—Siéntense todos.— el profedor de historia entró al aula con su típico ceño fruncido, ese señor era toda una felicidad, si entienden el sarcasmo, ¿no?—, espero hayan disfrutado sus vacaciones.— nos miró a todos, al llegar a mi, se detuvo—, joven Lee.— asintió—, espero haya madurado un poco.

Fruncí el ceño, ¿qué se creía este viejo?

—Y yo que su esposa haya echo bien el trabajo esta vez.— le respondí mientras me cruzaba de brazos. Unas cuantas risas se oyeron en el aula, él se puso rojo de ira, contuve mi risa.

—Largo.— fue todo lo que dijo. Me encogí de hombros, tomé mi mochila y salí de la clase.

Caminaba por los pasillos con aburrimiento, ¿por qué me sacó si él empezó? Bufé, viejo amargado.

—Seungjun, ya te dije que no quiero salir con Heejun.— una voz se oía a lo lejos en el pasillo. Me giré en su dirección, era ella—. Estoy yendo tarde, ¿quieres dejar de molestar?— apresuró su paso e inevitablemente chocó conmigo, casi cayendo al suelo—. ¡Mierda!

—Hey, tranquila.— la sostuve yble ayudé a levantarse—. ¿Una mala mañana?

—¿Taeyong?— preguntó mientras colocaba su mochila de nuevo en su hombro, asentí—. Tú... wow...— murmuró mirándome—. Quedarás calvo.

—¿Y tú?— señale su cabello que ahora era más azul que negro.

—¿Estabas recién llegando?— preguntó olvidando que tenía que entrar a clases. Negué con la cabeza.

—El señor Bang tiene un peculiar  aprecio hacia mi, ya sabes.— me encogí de hombros— y no me iba a quedar callado.

—No cambias, Tae.— tan pronto como dijo el diminutivo se llevó las manos a la boca—. Yo... quiero decir...— se sonrojó fuertemente.

—No te preocupes, me ha gustado.— le sonreí.