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Tanto ella como yo nos pusimos muy contentas el día que mis papás me permitieron dejar las clases.

Justo antes de que el ritmo de "Come Sail Away" adquiera velocidad, Stu deja de cantar y cambia a una interpretación clásica de la pieza, una versión entre minueto y concierto, como si el propio Johann Sebastian Bach la hubiera compuesto. Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, juraría que hay más de un pianista tocando.

Después de un minuto y medio aproximadamente, Stu deja de tocar y se vuelve sobre el banco para mirarme.

—Sólo he llegado hasta ahí —me dice.

—Me gusta.

—Me alegro —responde mientras Sophie grita desde el otro lado del pasillo:

—¡No es así!

—¡Es como yo quiero que sea! —contesta Stu también gritando.

—¡Eres un bicho raro!

—¡Y tú un french poodle ridículo!

—¡Raro!

—¡Ñoña!

—Bueno, ya —interviene su mamá mientras se asoma al cuarto de Stu—. Josie, ¿te quedas a cenar? —me pregunta.

—Gracias, tía Pat, pero no puedo. Kate viene esta noche y por fin voy a poder interrogarla sobre su Nuevo Novio, al que, por cierto, ninguno de nosotros conoce todavía.

—¿Interrogarla? ¡Josie! —exclama tía Pat.

—Debo hacerlo. Es por su bien.

Amor y otras palabras extrañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora