Ocho años

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La dulce niña de cabello trenzado y ojos claros corría por la arena, inmersa de su alrededor, escuchando los suaves golpes de las olas chocar contra las rocas. Sintiendo los diminutos granitos de arena colarse entre los dedos de sus pequeños pies y con una sonrisa tan llena de alegría que podría acabar con todos los males del mundo tan solo curvando sus tiernos labios hacia arriba.

Mientras bajo una sombrilla se encontraba un tranquilo niño sin atisbos de querer disfrutar la arena y el sonido de las olas como aquella niña. Cargando un lápiz y papel hacia trazos torpes con la intención de reflejar la felicidad de aquella pequeña que había logrado captar su atención apenas la vio.

Recuerdos en la ArenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora