-"Crecimiento"-
~•❤️•~
El establo carecía casi completamente de figuras humanas, es más, sólo una se encontraba acompañando a uno de los equinos del sector.
Pasaba su mano por el suave pelaje del animal antes de pasar el cepillo, tratando de hacer un suave masaje mientras le cepillaba.
La pequeña lámpara iluminaba a ambos seres en esa fría y oscura noche. Llevaba su abrigo puesto, más, no llevaba el uniforme. Era muy tarde como para usarlo y su entrenamiento había acabado hace ya un par de horas. Aún así el tiempo le era suficiente como para pasar tiempo con su compañero de misiones. Bueno, si se podía ser sincero, ya era hora de que todos estuvieran en sus cuartos, y seguramente en veinte o treinta minutos su enano capitán pasaría por el establo, y si la veía justo en aquel momento de seguro que la mandaría a limpiar el castillo entero.
Dirigió el cepillo al lomo del animal, pasándolo cuidadosamente por el pelaje. Amaba a ese animal, podía decirse que esa relación entre ambos seres era realmente irrompible. Aún recuerda la primera ves que lo vio.
(...)
El clima de aquel día era tan hermoso que ninguno se lo hubiera creído. Ese mundo era lo suficientemente cruel como para tener días como aquellos. Bueno, el clima de ese día será probablemente otra historia que jamás se sabrá.
Acababa de llegar a la tropas de reconocimiento, donde la muerte se podía divisar la gran mayoría del tiempo, y la horrible tensión del ambiente era realmente escalofriante. Bueno, igual estaban esos bellos días de descanso luego de las misiones, como también estaban aquellos bellos momentos que las tropas de la legión compartían entre sí día tras día, olvidándose de que ese mundo es cruel.
¿Pero que iba a saber ella sobre eso cuando recién cumpliría tres días desde que llegó a las tropas? Pues nada. Ella no iba a saber absolutamente nada sobre eso, y por eso prefería mantener su semblante serio y frívolo.
Aquel día les llamaron a todo el escuadrón 104 a reunirse en el establo. Debían escoger un caballo, que después se convertiría en el fiel compañero con el que se estaría hasta el final de los contados días de uno en las misiones próximas. Varios caballos estaban ubicados en el establo, esperando a que alguno de los presentes los eligieran para otorgarle su fidelidad en cada momento.
Caminó por sobre el heno de aquel lugar, viendo como muchos de sus compañeros elegían a sus caballos, como también como varios caballos eran dejados a un lado desinteresadamente.
-¡Hey, quédate quieto de una vez!- escucho a uno de los soldados hablarle a un caballo que no paraba de relinchar mientras se movía con gran fuerza.
Seguramente aquel caballo era uno de los tantos indomables que la mayoría de las veces terminaban sin cuero en el mercado vendiéndose por trozo a los burgueses.
Era un pura sangre aquel caballo que le llamó la atención. Por la fuerza se notaba que quería irse trotando en cuanto tuviera la oportunidad, si no fuera por aquella cuerda que le impedía la libertad que tanto deseaba.
Se acercó al animal una vez que el soldado le soltó de las riendas tras el vano intento de domarlo. Sus pasos fueron tan sigilosos que ni el propio caballo se fijó en ella hasta que esta misma le tocó con la palma de su mano la frente del equino, sobresaltándolo en cuanto hizo el tacto con el su suave pelaje. Se quedó estático, viendo como la chica no hacía nada más que verle a los ojos con una confianza que, posiblemente, hizo que se calmara.
-Yo te daré la libertad que quieres, si tu aceptas ayudarme y acompañarme desde ahora en adelante- dijo tranquilamente al animal, que pareció entender aquellas palabras, ya que este se había relajado y cerró sus ojos, dejándose acariciar por el tacto de la chica.
El soldado quedó perplejo ante tal reacción por parte del animal, pero luego le sonrió a la chica y le dio algunos datos sobre el animal.
-Entonces te llamas Freiheit, un bello nombre para alguien que busca y lucha por la libertad- exclamó una vez que supo su nombre.
(...)
Vaya que había pasado tiempo desde entonces, unos cuantos años para ser verdad. Aquel animal le había acompañado en cada una de sus misiones fielmente, corriendo con fuerza y ganas al momento en que ella le montaba.
Escuchó unos pasos acercarse al sector, y rápidamente apagó la linterna y se escondió tras el animal que ya varias veces antes le había ayudado a esconderse, siendo el único testigo de que ella se encontraba ahí.
-Ackerman, se que estás ahí- y tantas veces como ella se había ocultado tras el animal, varias veces había sido encontrada- cada semana es lo mismo- suspiró, ya no podía retarle si al final ella estaría haciendo lo mismo cuatro veces a la semana- será mejor que te despidas de tu amiguito y te vayas a dormir.
Salió de su escondite y asintió con la cabeza. Acarició una vez más la cabeza de su compañero y le dio un terrón de azúcar que tenía en el bolsillo especialmente para el animal.
Había crecido estos últimos años junto a aquel animal, y esperaba seguir haciéndolo para el futuro.
Salió del establo y se dirigió a su habitación, sin antes darles unos pequeños improperios a su superior.
Definitivamente mañana volvería a ese lugar.
~•❤️•~
Holi, perdón por la demora, pero aquí tienen su querido capítulo.
Este capítulo ya lo tenía desde hace un tiempo, pero me dio flojera subirlo hace unas horas antes, por eso la demora.
Ahora cuéntenme, ¿que les pareció? Espero que no haya salido tan horrendo.
Por cierto, feliz día de san Valentín, el día del amor y la amistad, o como yo le digo, del amorodio y la eneamistad.
Espero que estén felices con las personas que más aman en este mundo. Yo por mi parte tengo chocolates comprados por mi misma. Si, estoy más sola que un palo, pero mejor dejemos de lado mi vida personal.
Voten, comenten y nos vemos mañana ^^
-White
ESTÁS LEYENDO
Semana de Mikasa
FanfictionElla se merece una semana. Desde el 10 de Febrero hasta el 16 de Febrero del 2017.