Cierra los ojos.
El monstruo sigue ahí, sintiéndose fuerte, alimentándose de tu silencio.
Sálvate a ti mismo, del monstruo que robó tus dulces sueños.
Siente la necesidad de vivir conscientemente.
Y verdaderamente libre.
*******
Después de entrar a casa y pasar unos minutos sin saber que decir, dónde solo se escucha el ruido de la cafetera, por fin rompe el silencio.
-Estas preciosa cuando sonríes, Jade, no dejes que nadie te arrebate ese gesto - mi cara debe ser un poema en este instante, de pronto siento como mis mejillas se calientan. Decido no contestar.
-Nunca he pasado más de un día con una misma chica y menos sin tener sexo. Tienes que sentirte afortunada. - dice bromeando.
-¿Y por qué conmigo si? - la pregunta sale de mi boca antes de que me dé tiempo a procesarla.
-Pues la verdad, no te sabría contestar. Supongo que eres diferente a las otras chicas, de momento no pienso dejar de verte.
No me preguntes porque, pero en ese momento desconecto de la conversación y empiezo a pensar en papá.
No entiendo como acabamos aquí. ¿Por qué se había reducido todo a esto? Las promesas, el amor que me tenía de pequeña ¿Dónde habían quedado? Él era tan buena persona. Recuerdo con anhelo todo esos días en los que me llevaba al parque a jugar con otros niños, cuando me enseñó a montar en bici...
Aún recuerdo como empezaron a cambiar las cosas un mes después de que muriera mamá.
Las discusiones se hacían cada vez más constantes. Él se volvió insensible y agresivo, empezo a beber regularmente. Aquel día estaba frustrado, algo en el trabajo no iba bien y ese día fue el peor de la compañía, ya que no salieron las cosas como él esperaba. Quería ayudarlo, consolarlo, cuidarlo... pero era una torpe, cuando llegó de trabajar corrí para recibirle y por el camino tire una de sus botellas de vino más caras. Su cara se desencajó cuando vio el desastre que había hecho, le pedí perdón, le dije que fue un accidente y que tendría mas cuidado.
Él no me escucho. Entre sus gritos me dio una bofetada. Caí al suelo y al instante se arrodilló frente a mí pidiéndome perdón y acurrucándome en sus brazos. Dijo que fue un impulso y no lo pudo controlar, yo le creí porque pensaba que no sería capaz de causarme daño de esa forma.
Pero me equivoqué, con el tiempo las las peleas eran mas acaloradas y subidas de tono. Se cabreaba por el mínimo indicio, cada vez se le escapaban golpes más y más fuertes, hasta ahora.Lo peor es que aún tengo la esperanza de que mi padre volverá, que el monstruo en el que se ha convertido desaparecerá y todo irá a mejor.
Pero la realidad es que tengo miedo, estoy aterrada de lo que me pueda pasar si no vuelve a ser él.
-¿Jade? ¿Estas ahí?- suspiro pesadamente.
-Si perdona, he desconectado por un momento y me he puesto a pensar.
-¿Estás bien?
-¿ Por qué no habría de estarlo? - evito rápidamente su pregunta con otra.
- Te ves diferente- dice mirándome con evidente curiosidad de saber en que pensaba.
-¿Diferente? ¿Por qué lo dices?
-No te ves como antes, ahora estas decaída. Por tu cara no debe ser muy bueno eso en lo que estabas pensando...
-Tranquilo son tonterías.
-Si pues se nota que esas tonterías te tienen preocupada y parece que estas en otro mundo.
-Que tienes ahí...- se acerca a mi cuello y pasa su mano por los lados. Mi cuerpo se encoge de dolor al notar su tacto en la zona dolorida que hace pocos días había causado mi padre, por suerte no llegó a más- ¿Te has lastimado otra vez?
- No es nada- me aparto con una mueca, tapando con mi mano lo mas rápido posible el pequeño rastro que quedaba del golpe.
-¿Cómo te lo hiciste? - su voz tiene ese matiz de preocupación que ya me acostumbro a escuchar.
-Fue un accidente, me caí- mierda, ni yo misma me lo creía, siempre la misma excusa.
-¿Te has caído sobre tu cuello?
-Algo así.
-Sueles caerte muy seguido últimamente no?
-Si, soy bastante torpe la verdad- digo comenzando a ponerme nerviosa.
Antes de poder seguir dandole explicaciones un cuerpo se interpone entre nosotros ¿Desde cuando está aqui?
-¿ Y tú quien eres?- añade con la mirada ensombrecida.
-Me llamo Kevin señor- responde el con fría cortesía.
-¿Se te ofrece algo?- se que mi padre se esta empezando a molestar por su presencia, así que decido interrumpir la conversación.
-Tranquilo papá, Kevin ya se iba...
-¿ En que momento te he dado permiso para que me dirijas la palabra?
-Pero...
-He dicho que no me hables- me dice con un tono de voz cada vez mas alto.
-Perdone, pero no tiene porque hablarle así a su hija, ella no le ha faltado el respeto...
-Tu no te metas niñato. Solo faltaba que mi hija se trajera a sus clientes...- dice hablando solo.
-Que acaba de decir?- salta Kevin con un tono molesto.
-Ya es hora de que te vayas, se esta haciendo tarde- lo acompaño hasta la puerta y ahí nos despedimos.
-Espero verte mañana por la universidad.
-Puede. Oye, siento el beso de hace un rato. Estaba asustada y no sabia como agradecerte lo que habías echo y bueno no pensé...- digo tartamudeando.
-Tranquila no te preocupes, no me ha molestado para nada- dice bromeando, aunque aún con evidente molestia por lo ocurrido hace un rato.
-Eres idiota - rio - Adiós. -cierro la puerta y al girarme me encuentro de frente con mi peor pesadilla, cortando en seco mi risa.
-Papá...- murmuro sin levantar la vista del suelo.
-Jade, espero que no le hayas contado nada a él- responde con autoridad, no necesito verlo para saber que no debo hacerle enfadar, si quiero evitar una ronda de golpes.
-¡Mirame cuando te hablo! ¡Joder!- aprieta mi mandíbula alzandola para estar a la altura de su fría mirada. - Escúchame bien maldita basura. Nunca, nunca en tu miserable vida intentes contarle algo de lo que pasa aquí a nadie.
-Pero John...
Tira de mi pelo con más fuerza callandome - cuando te pregunten por tus marcas, invéntate cualquier excusa sobre lo torpe que eres y que se conformen, repitelo las veces que sea necesario hasta que se rindan y acaben creyendote. - ruge mientras me empuja, haciendo que caiga y que mi cabeza rebote contra el suelo. Pienso que ya ha acabado cuando siento su pie quebrarme las costilla y una patada en el estómago, acompañado de una bofetada.
Con una mirada de desprecio me empuja al suelo de la habitación como si fuera un trapo sucio y abandona el salón.
Levantándome con mucho esfuerzo y dolor me dirijo al baño para poder ducharme, me desnudo como puedo y me quedo mirando mi reflejo en el espejo.
El espejo me devuelve a una mujer pálida y decaída, con la mirada perdida. Las bolsas se marcan en mi rostro. Una mancha entre morado y azul se extiende por el pómulo derecho. Con el rostro sombrío, arrastrando mil demonios en mi mirada. He perdido todo. Estoy muriendo, se me acaban las razones por las que luchar.
Me doy cuenta que la terrible imagen que observo detenidamente, soy yo o al menos lo que queda de mi.Me he convertido en su saco de boxeo personal, que puede golpear cuando se le de la gana y dejarlo tirado sin importarle absolutamente nada.
Cierro mis ojos y una lágrima silenciosa cae por mi mejilla. Tantas veces quise huir y alejarme de la bestia... pero tenía miedo. Otra gota salada recorre mi piel « no debes llorar, Jade. No debes hacerlo»

ESTÁS LEYENDO
I'M FINE
Roman pour AdolescentsDesde que murió mi madre cuando tenía 6 años, nada es igual. Para cuando cumplió un año desde su muerte, mi padre ya era un completo borracho sin sentimientos. Estoy cansada de sufrir cada día, de ser golpeada y maltratada, nadie se merece vivir así...