Capítulo 3

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Ha pasado un día desde el incidente. Nadie ha vuelto a entrar a la habitación para verme, a parte de las revisiones que me hacían a diario los médicos. Estar sola con todo el tiempo del mundo, me ha echo pensar demasiado sobre lo que está sucediendo.
Cada minuto que pasa la opresión de mi pecho es más insoportable. La angustia me carcome poco a poco. Siento que me derrumbaré en cualquier momento sin poder controlarlo, mis párpados se cierran con fuerza y trago para deshacer el nudo que se ha instalado en mi garganta. No quiero llorar, sé que ese bastardo no merece mis lágrimas, nadie las merece.
Los médicos me han dicho que hoy me darían el alta, pero no quiero volver, no estoy preparada para enfrentarlo de nuevo...
Llamé a una de mis mejores amigas, la única que sabe sobre la situación con mi padre y le pedí que me trajera ropa para poder salir del hospital. No hizo falta detallar lo ocurrido que Sara colgó el teléfono y en veinte minutos ya estaba en la puerta de la habitación con gesto de clara preocupación por mi.

-Un día de estos lo voy a matar, no voy a consentir que te toque un solo pelo más, entendido? Si vuelve a tocarte y no lo denuncias juro que iré yo a las autoridades, se va a cagar.- dijo muy cabreada, parecía que en cualquier momento le saldría humo por las orejas.

-Me tiene amenazada Sara, no puedo simplemente desentenderme y dejar que mi hermana sufra como lo he echo yo todos estos años. No quiero eso para ella, no lo permitiré aunque tenga que sufrir yo para conseguir mantenerla alejada de toda esta mierda. - dije con lágrimas en los ojos. Pero no derramaría ni una de ellas.

-Esta bien, pero te quedarás todos los días que necesites en mi casa,  quiero que estés lo más alejada posible de ese gilipollas.

-Solo me quedaré una noche, no quiero abusar. Crees que deba ir mañana a la universidad?

-Llevas dos días sin ir, los profesores empiezan a preocuparse, pero si no te ves con fuerzas de ir será mejor que te quedes en casa. Si al final decides ir, créeme cuando te digo que no me separaré de ti por nada del mundo.

-No se que haría sin ti.- gracias a Dios no siguió insistiendo en el tema de mi padre y pude comenzar a vestirme para poder salir de una vez por todas de esta triste habitación.

*******

El viento helado me azota la cara en el instante en el que pongo un pie fuera del hospital.
Subo al coche de Sara y nos dirijamos hacia su casa, no muy lejos de donde esta situada la mía.

Al llegar, lo primero que hago es ponerme a leer, es mi forma de desconectar. Es increíble como puedo abstraerme del mundo con la lectura, como si dejara que una burbuja me rodeara y todo a mi alrededor desapareciera. A Sara ya no le sorprende que pase horas leyendo sin moverme, ha acabado acostumbrándose, sabe que si me dieran a elegir entre pasar una tarde entera leyendo libros o ir de fiesta con ella y acabar borracha como una cuba, elegiría sin duda quedarme en casa rodeada de mis maravillosas novelas.

Sólo puedo confiar en los perfectos hombres de mis libros favoritos, son los únicos que me entienden y nunca me fallan.
Sé que los personajes literarios no son reales. Debería aceptar la realidad y salir más de casa. Pero cuando uno lee o escribe, sueña. Y soñar es mejor que vivir una constante pesadilla, una real.

KEVIN

Esta mañana no se ha presentado a clases la niña de papá con la que tanto me divertí ayer. No tiene sentido que me preocupe por ella si a penas la he visto un día, pero es difícil no hacerlo cuando el día que la conociste tenía un enorme golpe en a cara y al día siguiente escuchas por boca de un profesor que esta ingresada en un hospital con un montón de golpes y ematomas repartidos por todo el cuerpo. Me pregunto que le habrá pasado. Es una pena que se haya echo daño de esa manera, hay que reconocer que la niña esta muy buena, aunque lo buena no le quita lo borde que és.

Aparco el coche en frente de mi pequeña casa, no es mucha cosa pero suficiente para 4 personas. Al abrir la puerta solo se escucha el sonido de la televisión, me encuentro a mis dos hermanos gemelos, Adam y Chad, sentados en el sofá. Me acerco a ellos lentamente y les doy un fuerte golpe a cada uno en la espalda para asustarlos.

-Idiota, me asustaste.- dijo Chad aún asustado.

-Pensé que era un ladrón que quería violarme, no puedes hacerme estas cosas, estoy demasiado viejo y a la vez atractivo como para aguantar tus bromas.- dijo Adam.

-Qué dices niño? A penas si tienes 14 años, no vayas de mayor, porque aun sigues durmiendo con tu peluche Teddy.

-Eso no es verdad, hace un mes que deje de dormir con el, ya no lo necesito.- dijo él orgulloso de su logro.

-Ohh milagro, ya era hora que te desprendieras de ese oso horrible y mugriento.- contesto.

-Dejar de discutir, parecéis niños de 3 años cuando os comportais así.- dice mi madre saliendo de la cocina y entrando al salón.

Mi madre és una mujer baja y con curvas, con un pelo corto por los hombros, de color castaño. Es muy agradable pero con mucho carácter, no te conviene hacerla enfadar.

-Hola madre, te he echado de menos.

-Yo también hijo, pero no me hagas la pelota.- dice divertida.

-Esta noche saldré con unos unos amigos, espero que no te importe.

-Claro, pero intenta no llegar muy tarde, mañana tienes ir a clases si o si.

-Vale mamá, intentaré llegar lo antes posible.- digo antes de darle un beso en la mejilla y dirigirme a mi habitación.

Me siento mal, aunque no le estoy mintiendo del todo. Es verdad que saldré con unos amigos, no le he dicho donde, pero tampoco hace falta preocuparla, lo hago para ganar dinero y así poder ayudar un poco, se que le cuesta mucho mantenernos a los cuatro con el salario de su trabajo.

Cuando acabamos de cenar y subimos todos a descansar, espero hasta la 1 de la madrugada para salir silenciosamente por la ventana de mi habitación, en dirección al muelle. Unos 10 minutos después conduciendo, estoy a unos metros del lugar, se empiezan a escuchar los fuertes rugidos de las motos.
Una vez aparcada mi preciada moto, puedo ver todas las mujeres prácticamente desnudas por sus cortos shorts y a los hombres toqueteandolas o bien borrachos.

Visualizo a mi pandilla de amigos a un lado de la barra y decido acercarme a saludar.

-Hey tio, ya era hora de que llegaras, te has perdido la pelea del estúpido de Erik contra Marc. - me saluda mi mejor amigo Gabe.

-Dime porfavor que Erik ha acabado con la cara destrozada.

-Por mala suerte para nosotros no, la verdad esque se lo merecía, el sinvergüenza se ha liado con la chica de Marc en sus narices.

-Que hijo de puta.

No podemos seguir con la conversación porque llega mi turno, me dirijo con la moto al punto de salida donde se encuentran ya la mayoría de los corredores...
Una vez estamos todos preparados, la chica justo enfrente de nosotros hace una cuenta atrás y tira por fin un pañuelo al suelo, esa es nuestra señal para empezar la carrera que me puede hacer ganar mucho dinero...

I'M FINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora