Capítulo 5: Cazador cazado.

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Cuando Lia regresó al campamento vio que todos estaban despiertos y alarmados. No entendía con exactitud que sucedía, pero la emoción, provocada por su encuentro con las hadas, la tenía tan tranquila, que ignoró este hecho y se fue directo a dormir. Durmió tan plácidamente esa noche, como si hubiera dormido en una cama de plumas y cobijas de seda; aunque en realidad, durmió al aire libre, en el suelo y con una roca en vez de almohada.

En el momento en que la vieron llegar y acostarse en el suelo, ninguno de ellos quiso molestarla. Entendían aquel encuentro sobrenatural, entendían el cansancio que ella cargaba y además, era bueno que descansara bien, puesto que era algo que ellos no podían hacer.

-Entonces...Gem... -dijo Russt, viendo con temor el libro- ¿Qué dice exactamente?

-Realmente no lo sé -respondió él, abriendo el libro en una página en blanco.

- ¿Cómo así? -volvió a preguntar Russt con sus ojos puestos en esas páginas.

-Es que realmente no lo sé. Sólo abrí el libro y veía esos jeroglíficos y esas extrañas letras como se movían de aquí a allá, tan extrañas que no podía darles un significado. Pero mientras lo hacía algo ocurrió.

- ¿Qué ocurrió? -Preguntó el abuelo.

-Este libro me habló...Me habló directamente a la mente... Me dijo que estábamos siendo perseguidos... y en esta página pude ver a varios soldados... a ese misterioso capitán y unos ojos brillantes en medio de la oscuridad...

Al decir esto, levantó ese libro en esa misma página esperando que las mismas imágenes que él vio también las pudieran ver Russt y el abuelo. Sin embargo, ninguno de ellos dos las vio. En varios minutos vieron esa página, descifrando lo que quería decir Gem pero nada ocurrió.

- ¡Lo juro! ¡Es verdad lo que digo! -Gritó cerrando el libro temblorosamente- ¡Vamos créanme! ¡Me dijo que debíamos marcharnos, ya que no teníamos oportunidad contra ellos!

-Gem... ¿Estás bien? -Dijo Russt poniendo su mano en el hombro de él-. Ven, vamos a descansar...

-Russt ¿Acaso no le crees a mi nieto? -Dijo quitándole la mano sobre su hombro y mirándolo fijamente-. Amigo mío, hay cosas que aún no conoces de esta vida, y una de ellas es el poder de las visiones -se detuvo y miró a Gem-. Yo te creo, pero por ahora no podemos alarmarnos y mucho menos hacer algo. Te recomiendo que descanses, así como lo hizo Lia. Ya mañana, pensaremos como nos la arreglamos.

Aunque no le parecía lo mejor, sabía que estando descansados podrían pensar mejor. Así él se relajó, y se dejó llevar por su abuelo. Pero antes de que diera un paso, Gem perdió el conocimiento y se desmayó. Inmediatamente Russt lo alzó y lo recostó en el suelo, al lado de su hermana. Se preocupó de gran manera, ya que él había empalidecido y su temperatura corporal bajó rápidamente. Por un momento creyó que se había muerto, hasta que el abuelo le tranquilizó diciéndole que eran las consecuencias de la exposición a dicho libro.

- ¿Cómo no quieres que me preocupe? -preguntó alarmado Russt, quien media el pulso del cuello de Gem- ¿Cómo dejas que se exponga demasiado a ese libro?

-Lo siento amigo mío -dijo haciéndose al lado de él, sobándole la cabeza a Gem-. Pero tú mejor que nadie lo sabes: "Los Phill somos personas que no nos rendimos tan fácil". Y eso es algo que ni yo puedo detener. Espera a mañana, ya verás que amanecerá mejor.

Así se levantó, cerró el libro y lo guardó en su bolsa. Una vez hecho esto se dirigió al tronco donde descansaba antes de que Lía lo interrumpiera. Atrás de él dejo a los dos gemelos, acostados y descansando, y al lado de ellos a un Russt Vars, impactado con la manera con que el abuelo los había tratado. Sabía que quería que fueran fuertes, pero se preguntaba si quizás estaba siendo demasiado duro con ellos. Pero sus preguntas se disiparon cuando vio que el aspecto de Gem regresó a la normalidad, y se le veía durmiendo plácidamente.

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