△Cap 68△

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¡Narra Samuel!

Desearía que esto fuera una pesadilla... Bueno, en realidad... En cierta manera lo es... La diferencia es, que esta es una pesadilla de la que no puedo despertar.

Escuchaba las voces de mi alrededor como un eco, supongo que seguía procesando el hecho de que mi madre había... Mierda, decirlo me mataba.

Miré a _____ por el rabillo del ojo, sintiendo su preocupación, su preocupación por mí, aunque también notaba tristeza. ¿Por qué la gente tiene que irse? ¿Por qué tiene que doler tanto?, tal vez si no hubiera estado tan aferrado a la idea de que mi familia siempre estaría bien, no estaría atrapado en éste infierno.

_____ tomó mi mano mientras salíamos del hospital, y enlazamos nuestros dedos.

____: ¿Quieres ir a casa?- dijo suavemente

Samuel: - tampoco es que hubiera mucho más que hacer

____: Conduciré yo- dijo tomando las llaves de mi mano, yo asenti.

Me subí tras ella en la moto y me concentre en el cielo mientras ella conducía.
Miré las estrellas y me pregunté, ¿Qué pasa con nuestras almas cuando morimos?, digo, si lo ves desde la perspectiva religiosa, vas con tu Dios si fuiste bueno, pero, ¿Y si en realidad nos volvemos estrellas?, dicen que estamos echos de polvo de estrella, tal vez cada estrella en el mundo es un alma, tal vez nuestro cielo estrellado está lleno de historias por contar, cada una diferente a la otra, tal vez, deberíamos aprender a escuchar las estrellas.

{...}

Llegamos a casa y solté un suspiro, ayudé a ____ a bajar de la moto y después subimos al ascensor.
Recuerdo que aquí fue de las primeras veces que estuve realmente cerca de ____, ella estaba nerviosa, y se veía extremadamente preciosa.

Una pequeña sonrisa se dibujo en mis labios, vaya que ella me hace bien, la necesito para poder seguir viviendo, sobre todo después de... Esto.

Entramos al departamento y me derrumbé en el sofá.
_____ se sentó a mi lado y nos quedamos en silencio por unos minutos, ¿Segundos?, no lo sé.

Samuel: ¿Quieres... Ir a dormir?- pregunté con la voz quebrada

____: , ¿Vienes o quieres un momento a solas?- dijo levantándos del sofá, me conocía tan bien

Samuel: Un momento a solas, por favor- ella asintió y entró a la habitación.

Noté como mi vista se nublaba, el ardor en los ojos... Estoy llorando mucho. Me limpié las lágrimas con el dorso de la mano y miré directo a la oscuridad.

¡Narra ____!

En la habitación, me puse la pijama y me puse a escuchar música mientras esperaba a Samuel.
Mañana tenía ensayo, no sabía si él querría ir, pero estaría con él fuera cual fuera su decisión.

Miré el reloj, las 2:30 a.m, suspire.

Lo que más me dolía, era que sabía que ésta vez no podía hacer nada para ayudarlo.

Me recoste en la cama, y miré el techo con soslayo, ¿Qué podía hacer yo para ayudar un corazón triste?.

¡Narrador omnisciente!

El pequeño de cabellos rizados se levantó al escuchar sollozos.
Tenía miedo, pero su mamá le había dicho que cuando escuchara a alguien llorar, le diera un fuerte abrazo. Así que sus pequeños pies tocaron el piso y empezó a caminar, buscando a la persona de los sollozos.
¿Era su tía?, no, no eran sollozos de niña.
Encontró al soldado en la sala, él estaba llorando.

Rubén: ¿Samu?- el hombre se limpió las lágrimas y se giro para ver al niño con ojos llorosos

Samuel: ¿Qué haces despierto pequeño?- dijo levantándose y arrodillándose frente a él

Rubén: Escuché que alguien lloraba- dijo para después abrazar a su tío con fuerza.

Samuel lo envolvió entre sus brazos, y de alguna manera, esas pequeñas manos lograron calmar todo el infierno que le torturaba el corazón.

Fin.

Una Vida Juntos (Samuel De Luque Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora